Las grandes empresas de Holanda no han hecho planes especiales por la guerra
Las dos nuevas l¨ªneas telef¨®nicas abiertas por el Ministerio de Econom¨ªa y la Uni¨®n Holandesa de Empresas para informar al sector sobre la guerra del Golfo apenas suenan. Por el momento, sus consejos sobre transporte, seguros y medidas de protecci¨®n para las firmas que mantengan contactos en Oriente Medio tienen poco eco. Una reacci¨®n que afianza el silencio y la aparente tranquilidad con que el mundo empresarial holand¨¦s ha acogido el estallido del conflicto.Ninguna de sus grandes sociedades, bancos o multinacionales reconoce haber dise?ado un plan de acci¨®n. Mucho menos haber aplicado ya alguno. Las compa?¨ªas petrol¨ªferas como Shell o Koninklijk Oil dependen m¨¢s que nunca del precio del crudo. Philips, Altos Hornos, Unilevel o bancos como Amro y el grupo NMB Postbank, sin embargo, han asegurado en la prensa que les preocupa mucho m¨¢s la posible recesi¨®n econ¨®mica derivada de la contienda. "S¨®lo si la guerra se recrudece y alarga adoptar¨ªamos medidas especiales", es la contestaci¨®n que ilustra con m¨¢s frecuencia su postura actual.
Para otros la guerra ya ha tenido graves consecuencias. La compa?¨ªa a¨¦rea nacional KLM ha reconocido unas p¨¦rdidas de varias decenas de millones de florines, aunque sin especificar cifras. Ello se ha debido sobre todo al constante aumento de los seguros de vuelo y el precio de los combustibles. KLM tambi¨¦n se ha visto afectada por el cierre del espacio a¨¦reo sobre Arabia Saud¨ª y los Estados del Golfo. Dicha ruta era empleada para viajar, entre otras, a las ciudades de Dahr¨¢n, Darein, Abu Dahbi y Dubai. La compa?¨ªa ha resuelto adem¨¢s no volar m¨¢s all¨¢ de El Cairo o Chipre.
Las empresas navieras cpnsideran por su parte el golfo P¨¦rsico como zona de guerra . S¨®lo viajan si la tripulaci¨®n accede a ello. En tal caso, ¨¦sta recibe una prima del 100% de su salario. En tierra, el sector hotelero est¨¢ resultando el m¨¢s afectado. Y no s¨®lo porque numerosos turistas extranjeros, norteamericanos y japoneses en su mayor parte, hayan anulado sus vacaciones. El temor a atentados terroristas y los mayores gastos han retra¨ªdo tambi¨¦n a numerosos invitados a congresos internacionales.
Para esta ¨²ltima industria, la guerra ha comenzado en el peor momento. Y ello porque, desde hace dos a?os, Holanda trata de afianzar su posici¨®n en el mercado de la organizaci¨®n de congresos. Seg¨²n datos reci¨¦n publicados, en 1989 los ingresos en este campo subieron un 10%. El pa¨ªs ocupaba hasta ahora la quinta plaza en la lista de lugares m¨¢s escogidos para preparar encuentros de este tipo. Este a?o, los da?os pueden sumar m¨¢s de 200 millones de florines (unos 11.000 millones de pesetas), seg¨²n los c¨¢lculos de la oficina holandesa de congresos. Dicha cifra incluye las p¨¦rdidas hoteleras.
El sector agrario tambi¨¦n se ha visto da?ado por el conflicto. La importaci¨®n de aves de corral de un d¨ªa y huevos incubados y la de vacas para cr¨ªa hacia Oriente Medio suman al a?o, respectivamente, 65 millones de florines (unos 3.600 millones de pesetas) y cerca del 12% de los env¨ªos holandeses de este ganado en 1989. Estas primeras cifras contrastan con las que Ilustran las exportaciones holandesas efectuadas al propio Irak durante la primera mitad de 1990. Ventas de alimentos s¨®lidos, az¨²car, miel, productos l¨¢cteos, ganado y colorantes, sistemas de bombeo y productos qu¨ªmicos que superan casi en un 80% las efectuadas en las mismas fechas de 1989.
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