La hora del kilovatio
La reordenaci¨®n del sector el¨¦ctrico coincide con una tendencia a ganar competitividad en todos los pa¨ªses europeos
El estudio de Arthur Andersen, realizado junto a su firma asociada Andersen Consulting, sorprendi¨® a propios y extra?os. Un alto cargo de una de las compa?¨ªas privadas no pudo ser m¨¢s expl¨ªcito: "estamos enfrascados en unas discusiones que tienen todos los visos de no encontrar una soluci¨®n que nos ponga a todos de acuerdo y, en medio de ellas, aparece nuestro auditor y nos env¨ªa el mensaje de que nuestra situaci¨®n financiera es dudosa para afrontar las inversiones futuras". Y es que los responsables de las el¨¦ctricas no esperaban que Arthur Andersen fuese a presentar un estudio sobre el sector "en estos momentos" y menos que se lo entregase a la prensa antes que a ellos con unas declaraciones, ad hoc, explosivas.La crispaci¨®n no se limita a eso. Para las compa?¨ªas el¨¦ctricas existen sospechas de que la firma auditora hubiese orquestado con el Ministerio de Industria una rueda de prensa con el pretexto de presentar un informe sobre el sector el¨¦ctrico en Europa justo despu¨¦s de que los presidentes se hubiesen entrevistado con el ministro Claudio Aranzadi y un d¨ªa antes de la reuni¨®n para debatir las propuestas sobre la reordenaci¨®n del sector. Esta posibilidad ha sido rotundamente negada por Industria y por Arthur Andersen.
E71 hecho real es que esta auditora y Andersen Consulting escogieron el martes 29 de enero para poner de largo el estudio European Electric Power Trends en el que se recogen las tendencias del sector el¨¦ctrico en Europa para la d¨¦cada de los noventa, a la que no dudaron en calificar como "revolucionaria".
Otro hecho igual de real es que el informe de Arthur Andersen hace que esta firma, tradicional auditora de las el¨¦ctricas, salga de su silencio y tome partido con un respaldo t¨¢cito a las directrices del Ministerio de Industria en la reordenaci¨®n que pretende hacer en el sector y para la que ha urgido a las compa?¨ªas espa?olas a que presenten sus propias propuestas. Las l¨ªneas b¨¢sicas de esa reordenaci¨®n se centran en la constituci¨®n de una sociedad gestora de los activos nucleares -punto en el que est¨¢n de acuerdo las el¨¦ctricas- y en la separaci¨®n del resto de activos de generaci¨®n de los de distribuci¨®n para agruparlos en dos o tres unidades operativas. Este es el punto de desencuentro entre las el¨¦ctricas privadas, alguna de las cuales, adem¨¢s de considerar que la eficiencia que busca Industria ya se consigue con la actual estructura del sector, han aprovechado para enfatizar sus deseos de finalizar con la moratoria nuclear. Cuesti¨®n que Industria, por el momento, no quiere o¨ªr ni hablar.
Un sector sin l¨ªder
El desacuerdo entre las empresas, por otra parte, ha demostrado que el sector, acostumbrado en ¨¦pocas pasadas a ejercer una fuerte influencia desde el lobby de Unesa, carece de un l¨ªder natural que sepa imponer un acuerdo entre ellas y negociarlo con la Administraci¨®n como ocurr¨ªa entonces.Para Industria, al igual que para Arthur Andersen, la competitividad va a ser la principal fuerza impulsora, tanto desde el punto de vista intrasectorial como en la distribuci¨®n, en el futuro del sector. En el primer caso, los indicios apuntan a que se producir¨¢ una fuerte competencia entre las empresas existentes y especialmente en el segmento de generaci¨®n con alianzas empresariales, penetraci¨®n de compan¨ªas extranjeras en mercados dom¨¦sticos y aumento de los intercambios de energ¨ªa (Espa?a importa 2.700 millones de kilovatios hora y exporta 4.500).
En el caso espa?ol, es posible que ahora Uni¨®n El¨¦ctrica Fenosa no encuentre impedimentos para dejar una participaci¨®n a la empresa alemana RWE (primera del r¨¢nking en su pa¨ªs y cuarta de Europa) como le sucedi¨® hace unos a?os. Espa?a ha alcanzado acuerdos para intercambiar energ¨ªa con Francia. Francia vende energ¨ªa base a Espa?a y Espa?a lo hace en energ¨ªa punta.
El aumento de la competencia "conducir¨¢ a reducciones de costes que se traducir¨¢n en presiones sobre el tama?o de las plantillas, estrategias m¨¢s agresivas de compra de combustible y una gesti¨®n m¨¢s centrada en la productividad y la rentabilidad", seg¨²n Arthur Andersen. El exceso de capacidad que ahora tiene Francia, por su parte, puede verse mermado a partir de 1995, seg¨²n las fuentes de esta firma, a no ser que vuelva a invertir. En caso contrario, tendr¨ªa que comenzar a tomar la energ¨ªa que vende, lo que repercutir¨ªa directamente al mercado italiano, que depende demasiado de Francia.
La aparici¨®n de nuevos operadores, a su vez, ser¨¢ otra lanzadera de la competitividad. Estos nuevos operadores, que se configuran como socios independientes, ser¨¢n de una gran importancia para apoyar las inversiones futuras de las empresas contando, adem¨¢s, con el apoyo adicional de entidades financieras. En este aspecto, Arthur Andersen ha augurado que en Espa?a las compa?¨ªas tienen una dudosa capacidad financiera para afrontar esas inversiones y que necesitan el respaldo de socios independientes.
La previsi¨®n de entrada de operadores coincide con la intenci¨®n de Industria de separar la distribuci¨®n de la generaci¨®n. Industria busca, en el fondo, eliminar las compensaciones interempresariales que se hacen en la actualidad para igualar los costes de generaci¨®n (las empresas que ingresan m¨¢s por verter producci¨®n m¨¢s barata al sistema, caso de Hidrola e Iberduero, deben pagar lo que sobrepasan del coste est¨¢ndar al resto de empresas que est¨¢n por debajo).
Se prev¨¦, para ello, que el papel de Red El¨¦ctrica tenga una nueva funci¨®n en el futuro. Una vez conseguida la reordenaci¨®n seg¨²n las directrices de agrupar los activos de generaci¨®n no nuclear en grupos m¨¢s reducidos que sean homog¨¦neos -la misma capacidad de producci¨®n con fuentes diversificadas-, permitir¨¢ que Red pueda comprar toda la energ¨ªa a un mismo precio para despu¨¦s vend¨¦rsela a las distribuidoras. Ello no supone que vayan a desaparecer las compensaciones por distribuci¨®n ya que los costes de distribuci¨®n de la energ¨ªa no son iguales.
La apuesta por el gas
Los gobiernos, seg¨²n Arthur Andersen, tratar¨¢n de crear un marco en el que la industria de suministro el¨¦ctrico fije sus precios en base a costes econ¨®micos, har¨¢ innovaciones tecnol¨®gicas y contribuir¨¢ a la mejora medioambiental. Por ello, ser¨¢n los sistemas integrados, como el franc¨¦s y el irland¨¦s, con una sola empresa operadora, los que mas sufran las presiones.Otra fuerza impulsora de los cambios provendr¨¢ del desmantelamiento de las barreras al comercio existentes entre los pa¨ªses de la CE y el resto de pa¨ªses europeos. Seg¨²n las fuentes de la firma auditora, es previsible que en los pa¨ªses del este se centre gran parte de la producci¨®n, adem¨¢s de nuevas oportunidades de crecimiento y diversificaci¨®n.
Pero las diversas fuerzas impulsoras se encuentran con la dificultad de la elecci¨®n del combustible, las cuales presentan problemas: el carb¨®n nacional europeo (brit¨¢nico, alem¨¢n y espa?ol) es caro y muy contaminante; la energ¨ªa nuclear se bate frente a la opini¨®n p¨²blica contraria y el petr¨®leo despierta la preocupaci¨®n tradicional por la diversificaci¨®n energ¨¦tica. Ante ello, el gas natural se ha convertido en el combustible con m¨¢s atractivo por razones econ¨®micas y medioambientales. No obstante, en la actualidad el gas est¨¢ poco desarrollado y resulta caro.
Ante eso, los gobiernos, entre ellos el espa?ol, est¨¢n desarrollando pol¨ªticas para potenciar dicha energ¨ªa, en algunos casos de forma coordinada. El ejemplo m¨¢s claro son las negociaciones con Argelia y Marruecos para conectar el gasoducto europeo a trav¨¦s de Espa?a con el Magreb. Esa conexi¨®n, que recibi¨® un fuerte espaldarazo tras la visita de Aranzadi a Argelia en diciembre pasado, permitir¨ªa la llegada de gas natural de forma continua. La guerra del Golfo puede truncar, no obstante, las buenas expectativas y mediar de nuevo en la redacci¨®n del nuevo PEN.
Todos los cambios con que se enfrenta Europa se encuentran con obst¨¢culos importantes como el conservadurismo tradicional del sector -no s¨®lo espa?ol- que proviene de la permisibilidad que han tenido las empresas para actuar en r¨¦gimen de monopolio, a pesar del Tratado de Roma; el nacionalismo econ¨®mico, que significa una velada oposici¨®n a la entrada de entidades extranjeras en firmas nacionales; los costes y precios no trasnparentes, que ha sido normal en el sector el¨¦ctrico y que inhibir¨¢ el desarrollo de una competencia efectiva y equitativa y el aumento de la competencia para conseguir los recursos de inversi¨®n que reportar¨ªan los inversores independientes.
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