Clausurado por 'actividades peligrosas' un taller de reparaci¨®n de aparatos radiactivos de Carabanchel
El Ayuntamiento de Madrid decret¨® en mayo pasado "la clausura por riesgo inmediato" de un almac¨¦n, laboratorio y taller de reparaci¨®n de aparatos radiactivos que tendr¨ªa que haber sido precintado en diciembre y que est¨¢ procediendo ahora al traslado a un nuevo local. Radex, SA, una de las dos empresas que cubren este servicio en Espa?a, ha pasado todas las inspecciones del Consejo de Seguridad Nuclear desde que hace 14 a?os se instal¨® en Carabanchel.
"Hemos perdido, nos rendimos, no queremos que los vecinos nos pongan crespones negros en las farolas; nos han cambiado las normas y nos han pillado", asume Francisco Nieto, administrador de Radex, SA.La empresa pidi¨® en 1966 licencia para instalar unas oficinas en la calle de Mar¨ªa Guerrero, n¨²mero 25, aunque m¨¢s tarde ampli¨® sus cometidos -calificados como instalaci¨®n radiactiva de segunda categor¨ªa- para dedicarse a la importaci¨®n, comercializaci¨®n, comprobaci¨®n y reparaci¨®n de aparatos industriales (de gammagraf¨ªa) y m¨¦dicos (de terapia). La peligrosidad de su actividad se derivaba de la utilizaci¨®n de fuentes encapsuladas de cobalto 60 e iridio 192, con capacidades m¨¢ximas autorizadas de 100 curios.
Circunstancias excepcionales
El departamento municipal de Contaminaci¨®n Atmosf¨¦rica, en un informe previo al decreto de clausura, considera que los riesgos importantes "solo podr¨ªan venir asociados a circunstancias catastr¨®ficas como terremotos o incendio muy grave".La propietaria del inmueble, que les alquil¨® la planta baja por 36.000 pesetas al mes, no puso pegas durante muchos a?os a su funcionamiento, pese a que habitaba con su familia en el ¨²ltimo piso. Manoli Aldabero comenz¨® a preocuparse cuando el inquilino del primer piso, Juan Antonio P¨¦rez Mu?oz, descubri¨® hace algo m¨¢s de un a?o, y por una aver¨ªa en la ca?er¨ªa, que hab¨ªa radiaci¨®n en su vivienda.
Los inquilinos, la propietaria y otros vecinos se han quejado en repetidas ocasiones de los nocturnos disparos de la alarma. El administrador cree que todos los problemas han llegado por intereses econ¨®micos de la due?a del edificio y limita la molestia de la alarma a una noche en la que se rompi¨® el tubo Geiger del equipo de detecci¨®n situado en la zona bunquerizada del local. Para aportar m¨¢s validez a sus argumentos, recurre a las inspecciones anuales del Consejo de Seguridad Nuclear, superadas 14 a?os sin problemas.
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