Solana estudia con los obispos el plan escolar para la religi¨®n

El ministro de Educaci¨®n, Javier Solana, se reune hoy con el secretario general de la Conferencia Episcopal, Agust¨ªn Garc¨ªa Gasco, y el presidente de su Comisi¨®n de Ense?anza, Jos¨¦ Delicado Baeza, para negociar c¨®mo se integra la ense?anza de la religi¨®n en el programa escolar de los nuevos niveles educativos configurados por la LOGSE

En el marco de los acuerdos entre el Estado espa?ol y la Santa Sede, que establecen la obligatoriedad de que los centros educativos ofrezcan ense?anza religiosa, Educaci¨®n y la jerarqu¨ªa cat¨®lica tendr¨¢n que ponerse de acuerdo sobre el espacio en que deben situarse los planes de estudios de esa disciplina escolar para aquellos alumnos que decidan voluntariamente recibirla.Solana present¨® la semana pasada los decretos de las ense?anzas m¨ªnimas que deber¨¢n formar parte obligatoriamente de los planes de estudios de las nuevas etapas de ense?anza primaria y secundarla (6 a 16 a?os). Se trata de una competencia que la Constituci¨®n atribuye al Estado, que tambi¨¦n es, constitucionalmente, aconfesional. Por esta raz¨®n, la religi¨®n no forma parte de las ense?anzas m¨ªnimas oficiales. Son, pues, los obispos quienes han de determinar las correspondientes a la religi¨®n cat¨®lica. En todo caso, al Estado corresponder¨¢ velar porque esos planes de estudios espec¨ªficos respeten el esp¨ªritu y la letra de la Constituci¨®n espa?ola.

Los decretos se encuentran todav¨ªa en fase de tramitaci¨®n, puesto que han de pasar por el Consejo Escolar del Estado y por el Consejo de Estado antes de que los apruebe el Ejecutivo.

En los actuales anteproyectos, el ministerio ha reservado una hora semana] para la religi¨®n. La cuesti¨®n reside en saber si los programas que elabore la Conferencia Episcopal han de figurar o no, y con qu¨¦ rango (?en el propio cuerpo de la norma legislativa?, ?en un anexo?) en los decretos definitivos.

Descontentos

Hay que recordar que el hecho de que la cuesti¨®n de la ense?anza religiosa aparezca no en el cuerpo de la nueva ley de Educaci¨®n, sino en una disposici¨®n adicional, ha dejado irritadamente descontentos a los obispos y a las fuerzas pol¨ªticas y sociales que apoyan la posici¨®n de la Iglesia cat¨®lica.Otra cuesti¨®n pendiente es la determinaci¨®n de en qu¨¦ lugar del horario escolar se sit¨²a la asignatura. Dado que el Gobierno interpreta como una coacci¨®n a la libertad del alumno el que se le obligue a elegir entre la ense?anza de la religi¨®n y la formaci¨®n ¨¦tica, como suced¨ªa hasta ahora, para los obispos es importante que se coloque en medio de la jornada escolar y no al principio ni al final. Son conscientes de que esta f¨®rmula (que ya provoc¨® un pleito ante el Tribunal Constitucional en Italia, resuelto, en principio, contra las tesis del Vaticano), podr¨ªa ser una invitaci¨®n a la deserci¨®n de aquellos alumnos que prefiriesen entrar una hora m¨¢s tarde en el colegio o salir una hora antes.

Hay que tener en cuenta tambi¨¦n que la Administraci¨®n (sus direcciones provinciales y los gobiernos aut¨®nomos, en su caso) determina el n¨²mero global de horas lectivas anuales y semanales; pero la organizaci¨®n final del horario corresponde a la autonom¨ªa pedag¨®gica y de gesti¨®n que la ley confiere a los propios centros educativos.