"La guerra a¨²n no ha modificado nuestras previsiones
BOSCO ESTERUELAS, "Todav¨ªa no tenemos la tranquilidad suficiente para pensar en futuros proyectos. De momento, tenemos la cabeza en Inglaterra, que la operaci¨®n tenga ¨¦xito", declara el empresario japon¨¦s, Shoichiro Toyoda, al referirse a los planes de la compan¨ªa en Europa.
Toyota comenzar¨¢ a fabricar a partir de finales de 1992 turismos de alta cilindrada en Burnaston (Derbyshire), en Reino Unido, con una producci¨®n anual en la primera fase de 100.000 unidades y 200.000 m¨¢s tarde, y se ha comprometido a que el 80% del producto sea local antes de la mitad de 1995. Una segunda planta de apoyo para la fabricaci¨®n de motores entrar¨¢ en marcha, tambi¨¦n en 1992, en el norte de Gales.
La compa?¨ªa quiere seguir la estrategia que hace ya casi 10 a?os comenz¨® en Estados Unidos fabricando en Europa sus propios autom¨®viles y afrontar con las mejores garant¨ªas el mercado ¨²nico europeo.
"Cuando el a?o pasado visit¨¦ Espa?a por segunda vez en 10 a?os me sent¨ª algo acomplejado porque me di cuenta de que no somos fuertes all¨ª. Nissan, General Motors, Volkswagen... No s¨¦, tal vez sea demasiado tarde para nosotros", confiesa Shoichiro Toyoda con cierta modestia extra?a para alguien que dirige la empresa con mayores beneficios de todo Jap¨®n, l¨ªder del mercado automovil¨ªstico nacional y tercera en el mundo despu¨¦s de General Motors y Ford.
Toyoda, que tiene 67 a?os y es nieto del fundador de la firma, trabaja en Toyota desde 1952. La familia Toyoda apenas controla el 1% del accionariado de la compan¨ªa, en la que trabajan s¨®lo 91.000 empleados, cifra bastante baja si se compara, por ejemplo, con los 766.000 que lo hacen en la norteamericana General Motors, la n¨²mero uno del sector de automoci¨®n.
Portavoces autorizados de la empresa puntualizan que la direcci¨®n de Toyota no desprecia en absoluto Espa?a como mercado potencial de inversi¨®n. El propio presidente subraya que tiene en mente desarrollar la colaboraci¨®n entre empresas auxiliares de Toyota y hom¨®logas espa?olas. ?se fue uno de los objetivos que se marc¨® el ministro espa?ol de Industria, Claudio Aranzadi, cuando visit¨® Tokio en marzo pasado. "Deseamos ponernos en contacto de forma individual con empresas de componentes espa?olas, con la intenci¨®n de trabajar juntos. Con una de ellas ya lo hemos hecho", afirma Toyoda.
"La primera vez que viaj¨¦ a su pa¨ªs, hace diez a?os, visit¨¦ Valencia y Barcelona. Cuando lo hice por segunda vez el a?o pasado descubr¨ª una industria mucho m¨¢s din¨¢mica. Es maravilloso para ustedes tener ocasi¨®n de organizar el a?o que viene los Juegos Ol¨ªmpicos, la Exposici¨®n Universal de Sevilla y todas las actividades relativas al V Centenario del Descubrimiento de Am¨¦rica. Pienso que Espa?a tiene un gran porvenir", agrega.
Pregunta. ?Qu¨¦ opini¨®n tiene de la guerra del golfo P¨¦rsico? ?Cree que Jap¨®n est¨¢ haciendo lo suficiente para resolver la crisis, que deber¨ªa contribuir con algo m¨¢s que dinero?
Respuesta. Jap¨®n es, como usted sabe, seg¨²n su Constituci¨®n, un pa¨ªs que renuncia a la guerra. Habr¨ªa querido que la crisis se hubiera solucionado pac¨ªficamente, pero por desgracia no ha sido as¨ª. Conf¨ªo en que se logre pronto la paz. Jap¨®n est¨¢ esforz¨¢ndose para colaborar al m¨¢ximo con las fuerzas aliadas, respetando los principios constitucionales, para poner fin a la guerra.
Impacto de la guerra
P. ?Qu¨¦ impacto tiene la guerra en la industria del autom¨®vil?
R. Por supuesto que el impacto puede ser serio cuanto m¨¢s tiempo dure el conflicto.
P. ?Toyota va a revisar sus cifras de producci¨®n para 1991 tras el estallido de la guerra en el Golfo?
R. En enero de cada a?o anunciamos los resultados del ¨²ltimo ejercicio, y los objetivos para el siguiente, que siempre est¨¢n sujetos a posibles revisiones m¨¢s adelante. Efectivamente, la guerra supone que no podamos vender veh¨ªculos a pa¨ªses compradores. Por el momento no hemos modificado nuestras cifras para 1991.
El presidente explica que, seg¨²n los datos hechos p¨²blicos el pasado 22 enero, Toyota produjo un total de 4.212.373 veh¨ªculos en 1990, 5,9% m¨¢s que en 1999, lo cual representa una cifra r¨¦cord por tercer a?o consecutivo. La producci¨®n de toda la industria del motor japonesa ascendi¨® a 13,4 millones, r¨¦cord tambi¨¦n y superior a la de cualquier otro pa¨ªs. M¨¢s de la mitad (2.504.291 unidades) de turismos, camiones y autobuses de la marca Toyota se matricularon el a?o pasado en Jap¨®n, un 8,5% m¨¢s que en 1989.
La producci¨®n en el extranjero aument¨® un 43,6% (677.041 unidades, la mitad procedente de las plantas en Estados Unidos y Canad¨¢). En Europa, donde la venta de coches japoneses se estima que creci¨® el 4,3% el a?o pasado en comparaci¨®n con el descenso global experimentado por la industria local, Toyota continu¨® subiendo y acort¨® bastante la superioridad de Nissan (351.000 la primera por 381.000 la segunda).
Toyota es due?a, despu¨¦s de los buenos resultados del a?o pasado, del 32,3% del mercado interior japon¨¦s, y su producci¨®n total super¨® en macho a la de Nissan (2.417.010) y Mazda (1.422.624), que se ha colocado por delante de Honda como tercera firma del sector.
Autolimitaci¨®n
Un portavoz oficial, de la compa?¨ªa fundada en 1933 y que tiene su sede en Toyota City, cerca de Nagoya, m¨¢s de 300 kil¨®metros al sur de Tokio, en la prefectura de Aichi, afirma que es muy probable que Toyota tenga que reducir la meta de 4,36 millones de veh¨ªculos de producci¨®n que se ha marcado para 1991 debido al impacto de la guerra del Golfo en la econom¨ªa mundial: "Habr¨¢ que seguir cuidadosamente los acontecimientos. De momento no se han revisado los c¨¢lculos realizados a finales del a?o pasado, pero es muy probable que tengamos que hacerlo". En 1995, Toyota planea fabricar seis millones de autom¨®viles en todo el mundo.
P. Hace escasos d¨ªas, el Gobierno japon¨¦s ha renovado por otro a?o la cuota de autolimitaci¨®n voluntaria que desde hace casi 10 la industria nacional acept¨® en sus exportaciones de autom¨®viles a Estados Unidos. Todo ello pese a haber bajado el volumen de las exportaciones y de que ha habido voces en la industria apoyando la supresi¨®n. ?Qu¨¦ piensa?
R. Bueno, la medida es una decisi¨®n que las propias compa?¨ªas nacionales toman voluntariamente. Somos nosotros quienes en su momento nos comprometimos a frenar el volumen de exportaciones para contribuir a solucionar el desequilibrio comercial entre los dos pa¨ªses. S¨ª, la cuota no ha sido suprimida, pero en cambio producimos cada vez m¨¢s en Estados Unidos.
P. ?C¨®mo piensa que ser¨¢ el coche del futuro?
R. Un monje budista que conozco me dice que el coche que puede funcionar sin gasolina no es un coche. Sin embargo hay que fabricar un nuevo modelo que pueda funcionar sin gasolina o que consuma el m¨ªnimo de combustible y que no contamine. En Jap¨®n los problemas medioambientales son objeto hoy en d¨ªa de una gran atenci¨®n por parte de todos. Igualmente hay que estudiar, por ejemplo, si es realmente rentable el coche que funciona con energ¨ªa solar.
La carretera hacia Europa
P. ?Cu¨¢l ser¨¢ la estrategia de Toyota en el caso de Europa?R. Es cada vez mayor el n¨²mero de europeos que compran autom¨®viles japoneses, por eso pensamos que debemos abastecer m¨¢s el mercado. Toyota decidi¨® por ese motivo modificar su estrategia, instalando una planta de ensamblaje en Inglaterra, que confiamos est¨¦ terminada a finales de 1992, en la que el 70% del producto ser¨¢ europeo y el resto japon¨¦s.
P. La Comunidad Europea (CE) a¨²n no ha resuelto el problema de la entrada de coches japoneses. Pa¨ªses como Francia, Italia y tambi¨¦n Espa?a se resisten ' a que haya una liberalizaci¨®n completa y exigen un periodo de restricci¨®n voluntaria mayor que el que propone Bruselas. ?Qu¨¦ le parece?
R. No quiero entrar en detalles. La CE anunci¨® en su momento que la unificaci¨®n del mercado en 1992 significar¨ªa la ca¨ªda de todas las barreras y la eliminaci¨®n de restricciones comerciales. Creo que si las empresas japonesas son capaces de ofrecer el modelo de coche que atraiga a los clientes europeos sin invadir el mercado europeo no habr¨¢ graves problemas.
P. Pero si me permite ser m¨¢s concreto, ?aceptar¨ªa, por ejemplo, que los coches que Nissan o Toyota fabrican en Inglaterra fueran tambi¨¦n contabilizados dentro de una cuota de autorrestricci¨®n voluntaria?
R. Los coches japoneses fabricados en Europa son europeos. Cuando me entrevist¨¦ con el anterior ministro brit¨¢nico de Industria me dijo que los coches de Nissan fabricados en Inglaterra eran exportados sin ning¨²n tipo de trabas a los dem¨¢s pa¨ªses comunitarios.
'Just in time'
P. ?Cree usted que el sistema de just-in-time de Toyota, de abastecerse de suministros en el momento sin ning¨²n almacenamiento, es aplicable a otras empresas?
R. Por supuesto. Algunas empresas europeas lo est¨¢n ya aplicando. Cuando estuve el a?o pasado en Espa?a vi que en Pamplona y en Santander se realizaba con ¨¦xito.
P. ?Y es factible trasladar a otros pa¨ªses la filosof¨ªa empresarial nipona de gran familia?
R. Creo que s¨ª. Para fabricar, por ejemplo, un coche, todos necesitan realizar un esfuerzo conjunto. Existe una uni¨®n, si se quiere interesada, para que la industria prospere.
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