Mubarak pide eliminar de Oriente Pr¨®ximo las armas de destrucci¨®n masiva

El presidente de Egipto, Mohamed Hosni Mubarak, pidi¨® ayer la supresi¨®n de todas las armas de destrucci¨®n masiva en Oriente Pr¨®ximo y convoc¨® a los ¨¢rabes a una reconciliaci¨®n sincera, para superar las huellas de la guerra. Mubarak, que intervino ante una sesi¨®n conjunta del Parlamento y el Consejo Consultivo, repas¨® la crisis provocada en el mundo ¨¢rabe por el reciente conflicto b¨¦lico y traz¨® las grandes l¨ªneas de su proyecto pol¨ªtico y econ¨®mico de posguerra.

"No queremos una divisi¨®n entre el Oriente ¨¢rabe y Occidente. No queremos que contin¨²en las campa?as de malos sentimientos ( ... ). No queremos que la naci¨®n ¨¢rabe sea dos naciones", dijo con firmeza el jefe del Estado egipcio. El Cairo, que ha participado de forma muy activa en la coalici¨®n multinacional que ha derrotado a Irak, ha visto con tristeza c¨®mo la Liga ?rabe regresaba a su seno escindida como fruto de la crisis vivida en los ¨²ltimos meses.Ahora, Mubarak ha querido tender una mano a la reconciliaci¨®n pero, ha aclarado, "no a la que se basa en declaraciones, comentarios o consignas aprendidos de memoria". Por ello, su diplomacia se halla embarcada en la tarea de ganar adeptos para su proyecto de cooperaci¨®n global, tanto en lo pol¨ªtico, como en el terreno socio-econ¨®mico o de la seguridad. As¨ª lo explic¨® tambi¨¦n el rais, cuyo discurso fue radiotelevisado en directo, una f¨®rmula inhabitual que se ha introducido con la reciente guerra del Golfo.

Esa misma actitud parece impregnar al r¨¦gimen sirio, cuya Prensa, bajo completo control del Estado, llamaba ayer al mundo ¨¢rabe a ser solidario. "Los ¨¢rabes deben sacar lecciones de la catastr¨®fica guerra del Golfo y corregir los errores en sus relaciones, para despu¨¦s sentar las bases de una solidaridad ¨¢rabe", aseguraba el diario Al Zaura.

Ajuste de cuentas

Ambos pa¨ªses ya han empezado a trabajar en ese sentido y ma?ana van a reunirse en Damasco los jefes de las diplomacias egipcia, siria y de los seis pa¨ªses del Consejo de Cooperaci¨®n del Golfo. "No hay tiempo para pensar en un ajuste de cuentas ( ... ) y de lo que se trata es de desplegar el m¨¢ximo de esfuerzos para solucionar las diferencias ¨¢rabes y consagrarnos a la seguridad y el desarrollo", manifest¨® ayer Mubarak, sin olvidar precisar que ambas cuestiones son "inseparables".Donde pueden producirse mayores roces entre estos nuevos aliados es en el terreno de la falta de libertades de esos pa¨ªses. "Debemos ampliar el espacio de participaci¨®n en la vida p¨²blica para los ciudadanos ¨¢rabes y profundizar la marcha hacia la democracia, con la aproximaci¨®n decidida por cada pa¨ªs de acuerdo con sus circunstancias y experiencia", se?al¨® el l¨ªder egipcio.

Para El Cairo, el objetivo primordial de los ¨¢rabes no ha cambiado. El problema palestino contin¨²a siendo, en su opini¨®n, prioritario. Con el fin de evitar cualquier ambig¨¹edad sobre la postura de su pa¨ªs tras las diferencias mantenidas con la OLP durante la crisis de la. invasi¨®n iraqu¨ª de Kuwait, Mubarak dijo: "El pueblo palestino tiene derecho a la autodeterminaci¨®n". Por ello, una vez resuelto el conflicto ¨¢rabo-israel¨ª (que incluye adem¨¢s el Gol¨¢n y el sur de L¨ªbano), un acuerdo de seguridad no ser¨¢ dif¨ªcil.

En ese marco, Egipto propugna no s¨®lo "la eliminaci¨®n de Oriente Pr¨®ximo, incluido Israel, de todas las armas nucleares, qu¨ªmicas y biol¨®gicas", sino incluso que se evite la proliferaci¨®n de las convencionales.