El teniente coronel Hernando sostuvo en diciembre el ¨²ltimo contacto con ETA en Santo Domingo

El teniente coronel F¨¦lix Hernando, un hombre del grupo de Servicios Especiales y dependiente del comisario Manuel Ballesteros, fue el ¨²ltimo interlocutor del Gobierno con el dirigente etarra Antxon Etxebeste en Santo Domingo. La reuni¨®n se celebr¨® el 18 de diciembre del a?o pasado -diez d¨ªas despu¨¦s de que ETA asesinara a seis polic¨ªas en Sabadell con un coche bomba- y el mensaje transmitido fue inequ¨ªvoco: con atentados no, hay di¨¢logo y ya no basta con el anuncio de! una tregua; ser¨ªa necesario un largo periodo sin bombas para que pudiera volver a plantearse una reanudaci¨®n de las conversaciones.

En el seno de ETA y de la coalici¨®n Herri Batasuna han aflorado serias divisiones por el enfoque que debe mantenerse ante los sondeos realizados a lo largo del a?o pasado por distintos emisarios del Gobierno.Tras la reuni¨®n con el teniente coronel Hernando, Antxon traslad¨® a la c¨²pula de ETA el requerimiento del Gobierno a trav¨¦s de dirigentes de Herri Batasuna que le visitan peri¨®dicamente. Karmelo Landa e I?aki Aldekoa, dos de los responsables de HB, se reunieron en enero en Santo Domingo con Antxon para intercambiar impresiones. Como en ocasiones anteriores, los dirigentes abertzales transmitieron el contenido de su conversaci¨®n a la c¨²pula de ETA, seg¨²n admiten miembros de HB.

Los contactos se hab¨ªan iniciado a finales de la primavera de 1990. "Un hombre de confianza de Rafael Vera", secretario de Estado de Interior, visit¨® a Antxon en Santo Domingo y le indic¨® que el Gobierno reanudar¨ªa las conversaciones con ETA si los terroristas efectuaban un alto el fuego de dos meses, seg¨²n fuentes oficiales.

El emisario, de quien se guarda celosamente su identidad, y que en los documentos de ETA aparece citado como "el botijero", es un ex pol¨ªtico, al que se relaciona como enlace de la CIA en Espa?a. La tregua, comunic¨® el emisario, Podr¨ªa ser t¨¢cita o p¨²blica, pero siempre como paso previo.

Dirigentes de Herri Batasuna se han trasladado en numerosas ocasiones a Santo Domingo para recoger las impresiones de Antxon. Entre ¨¦stos se encuentran Jos¨¦ Luis Elkoro, senador y alcalde de Bergara (Guip¨²zcoa); el diputado Rafael D¨ªez Usabiaga, quien ha sustituido a I?aki Esnaola en el esca?o; el hombre fuerte de la coalici¨®n en Navarra, I?aki Aldekoa, y el eurodiputado Karmelo Landa.

En agosto, septiembre y diciembre de 1990 tuvieron lugar tres reuniones de dirigentes de HB con Antxon. A la primera asistieron Elkoro, D¨ªez Usabiaga y Aldekoa. A la segunda, Elkoro y Diez Usabiaga. A la tercera s¨®lo acudi¨® Elkoro, mientras que por parte de ETA estuvieron presentes Antxon, Ignacio Aracama, Makario, y Bel¨¦n Gonz¨¢lez Pe?alva.

Reservas de ETA

ETA dud¨® de los prop¨®sitos de Interior y aunque no cort¨® los contactos, siempre penso que en ese momento no pod¨ªan fructificar, seg¨²n han comentado fuentes de la lucha antiterrorista. No obstante, realiz¨® una contraoferta en la que designaba sus interlocutores y contestaba que la tregua ser¨ªa de 15 d¨ªas en lugar de dos meses, y que se anunciar¨ªa p¨²blicamente en el momento en el que ambas partes se sentasen a hablar, pero no como condici¨®n previa, seg¨²n consta en documentos intervenidos por la polic¨ªa francesa a ETA. Los interlocutores nombrados eran Antxon, Makario y Bel¨¦n -deportados en la Rep¨²blica Dominicana- y Jos¨¦ Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera; Isidro Mar¨ªa Garalde, Mamarru, y Juan Lorenzo Lasa Mitxelena, Txikierdi, presos en c¨¢rceles francesas. Se trata de los mismos interlocutores cuya incorporaci¨®n a las negociaciones de Argel pidi¨® ETA cuando se produjo la ruptura, en marzo de 1989.Tras el ¨²ltimo contacto establecido por Hernando, las diferencias entre Interior y ETA permanecen inalterables. El Gobierno ha elevado el list¨®n de sus exigencias tras el atentado de Sabadell y, considera que en cualquier caso deber¨ªa haber una larga etapa previas sin tiros para sentarse a hablar, mientras ETA se mantiene en los 15 d¨ªas a partir del traslado a Suecia -pa¨ªs que se acepta como lugar de las conversaciones- de Antxon, Bel¨¦n y Makario. Durante la tregua, seg¨²n ETA, deber¨ªan ser excarcelados Josu Ternera, Mamarru y Txikierdi para que pudieran incorporarse a la negociaci¨®n.

Interior no ve inconvenientes en el traslado de los tres primeros desde Santo Domingo a Suecia. Incluso cree que hay posibilidades de obtener de Francia la salida de Mamarru y Txikierdi, quienes ya han cumplido sus condenas y s¨®lo est¨¢n pendientes de procesos de extradici¨®n solicitados por Espa?a. Sin embargo, resulta imposible contar con Josu Ternera, quien ha sido condenado a 10 a?os de c¨¢rcel en 1990 por la justicia francesa.

ETA, seg¨²n indican dirigentes de HB, considera que no existe ese problema y que todo obedece a una falta de voluntad pol¨ªtica del Gobierno para avanzar en la negociaci¨®n. "Es imprescindible que se acepte la globalidad de los interlocutores de ETA", precisa D¨ªez Usabiaga. "Despu¨¦s de Argel son necesarias unas m¨ªnimas bases para iniciar cualquier otro proceso. Aunque no se vuelva a la letra de Argel, los m¨ªnimos del nuevo proceso pasan por el reconocimiento de la interlocuci¨®n propuesta".

Este dirigente de HB ha restado importancia al hecho de que ETA haya realizado atentados mortales mientras mantiene contactos con Interior. D¨ªez Usabiaga ha indicado que el hecho de que se hayan registrado atentados no quiere decir que ETA no tenga voluntad negociadora. A?ade que tambi¨¦n durante los contactos la polic¨ªa ha detenido a los miembros de la c¨²pula etarra Jos¨¦ Javier Zabaleta, Baldo, (23 de septiembre de 1990), o a Carmen Guisasola (17 de noviembre de 1990), ambos arrestados en Francia.

Interior insiste en que el experimento de Argel no puede repet¨ªrse mec¨¢nicamente. El di¨¢logo para poner fin a la violencia etarra exige un replanteamiento pol¨ªtico en el conglornerado pol¨ªtico que se mueve en torno a ETA. El Gobierno entiende que al final del trayecto habr¨¢ efectivamente que hablar, pero no cree quie se haya llegado a ese tramo. La participaci¨®n regular de HB en las instituciones y el cese de los atentados aparecen como dos signos necesarios para que el di¨¢logo pueda dar alg¨²n resultado.