La CE discrimina a Espa?a en el reparto de ayudas regionales y gastos agrarios

Espa?a est¨¢ fuertemente discriminada en el reparto de las ayudas regionales de la Comunidad Europea y de los gastos agrarios. El Gobierno, despu¨¦s de dos meses de debates, ha decidido lanzar una ofensiva general sobre el destino del dinero comunitario. La nueva estrategia se apoya en una mayor integraci¨®n europea, idea que ha defendido siempre Felipe Gonz¨¢lez, pero reclama suficiencia de medios y solidaridad financiera para que la Comunidad pueda estar a la altura de las ambiciones que promete con las reformas en marcha. El presidente del Gobierno tiene sobre su mesa un documento elaborado por el Ministerio de Econom¨ªa en el que se justifica la raz¨®n de Estado que mueve a Espa?a.

El an¨¢lisis del empleo del presupuesto de la CE echa por tierra el mito de que Espa?a es uno de los pa¨ªses m¨¢s beneficiados. El saldo favorable para nuestro pa¨ªs -diferencia entre las aportaciones nacionales a la Comunidad y el dinero recibido- fue de 180.000 millones de pesetas en 1989 y de 140.000 millones en 1990, y la tendencia, seg¨²n fuentes del Gobierno, "es que contin¨²a para abajo". Ese resultado a favor se explica actualmente por la devoluci¨®n de una parte del IVA que Espa?a ingresa y que equivale casi al super¨¢vit neto entre aportaciones e ingresos.El informe del Tribunal de Cuentas, que no tiene en cuenta las devoluciones por IVA -decrecientes y que desaparecer¨¢n a partir de 1992-, demuestra que el beneficio para nuestro pa¨ªs es pr¨¢cticamente cero. Sin embargo, Espa?a no tendr¨¢ jam¨¢s d¨¦ficit con la CE gracias al incremento de los fondos estructurales aprobado en 1988. Las ayudas regionales y sociales de la CE crecen de forma progresiva para llegar a duplicarse en 1993.

Cuantitativamente m¨¢s

Espa?a, con una cuota del 27% del Fondo Europeo de Desarrollo Regioanal (Feder), es el pa¨ªs comunitario que cuantitativamente m¨¢s recibe, pero el an¨¢lisis comparativo pone en cuesti¨®n la justicia distributiva. En porcentaje del producto nacional bruto, nuestro pa¨ªs recibe tres veces y media menos que Irlanda y Grecia y cuatro veces y media menos que Portugal. Si se toman en cuenta s¨®lo las regiones m¨¢s desfavorecidas, que son las que se benefician privilegiadamente de estos fondos, las nueve comunidades aut¨®nomas espa?olas incluidas en esta categor¨ªa s¨®lo reciben para paliar su retraso la mitad de la compensaci¨®n que las griegas, portuguesas e irlandesas.

El desfase es brutalmente superior a las diferencias de renta. El presidente Gonz¨¢lez bloque¨® la reforma presupuestaria de la CE hasta que en febrero de 1988 logr¨® la duplicaci¨®n de los fondos estructurales, pero la realidad demuestra que la base de partida era demasiado peque?a.

En lo que respecta a los gastos agr¨ªcolas, la situaci¨®n es delirante. Los pagos del Feoga-Garant¨ªa se han convertido en el principal cap¨ªtulo de ingresos desde 1987, en que ascendieron a 108.031 millones de pesetas. El a?o pasado las transferencias a los agricultores pasaron a ser m¨¢s del triple de esa cantidad, que, a pesar de todo, es muy inferior a la que se deber¨ªa obtener si nuestro pa¨ªs disfrutara de un trato de igualdad.

Espa?a es el segundo pa¨ªs de la CE en poblaci¨®n activa agraria, s¨®lo superado por Italia, y el segundo tambi¨¦n en superficie agraria ¨²til, detr¨¢s de Francia. En cuanto al valor de la producci¨®n final agraria, ocupa el cuarto lugar. Sin embargo, cada agricultor espa?ol recibe 6,6 veces menos que un holand¨¦s, 6 menos que un belga y casi 3 menos que un alem¨¢n o un franc¨¦s. Hasta los brit¨¢nicos, que tienen una agricultura limitada y en fase de reducci¨®n progresiva, obtienen 2,3 veces m¨¢s beneficio. S¨®lo Luxemburgo, cuya agricultura es testimonial, est¨¢ por debajo de Espa?a. Si la comparaci¨®n se hace con el dinero recibido por hect¨¢rea, la desproporci¨®n es a¨²n mayor, y tambi¨¦n la relaci¨®n en base a la producci¨®n agraria demuestra el perjuicio para nuestro pa¨ªs.

Reforma de la PAC

El nuevo ministro de Agricultura, Pedro Solbes, tiene una oportunidad con la reforma de la Pol¨ªtica Agraria Com¨²n (PAC) que estudian los Doce. La nueva orientaci¨®n de primar las zonas desfavorecidas, los agricultores de renta m¨¢s baja y la hect¨¢rea en lugar del producto obtenido, favorecen la b¨²squeda de un equilibrio para Espa?a. El problema es que ning¨²n pa¨ªs va a renunciar a recortar su cuota, especialmente Francia, que ha pasado en los ¨²ltimos a?os de una situaci¨®n de equilibrio a una aportaci¨®n neta de m¨¢s de 300.000 millones de pesetas a la CE.

La improbable victoria en el reparto del dinero es lo que ha llevado al Gobierno a una estrategia de dotar a la CE de m¨¢s recursos (suficiencia de medios) y de poner en pr¨¢ctica una verdadera pol¨ªtica de cohesi¨®n. Estas dos propuestas presentadas el pasado 4 de marzo en la conferencia intergubernamental para la uni¨®n pol¨ªtica han levantado ampollas en la mayor¨ªa de los pa¨ªses de la CE. A Espa?a s¨®lo la apoyan Grecia, Irlanda y Portugal, que resultar¨ªan beneficiados.

La solidaridad financiera no puede lograrse sin un presupuesto mayor para la CE, ahora limitado al 1,13% del producto interior bruto de los Doce. El objetivo, seg¨²n fuentes del Gobierno, es lograr "un 3% o un 4% para que la Comunidad pueda estar a la altura que requieren los retos de la uni¨®n pol¨ªtica y monetaria".