La Embajada de China investigar¨¢ los tres talleres clandestinos
La Embajada de la Rep¨²blica Popular China en Espa?a ha decidido abrir una investigaci¨®n para conocer las condiciones laborales de los 29 ciudadanos de su pa¨ªs que trabajaban en los tres talleres de confecci¨®n clandestinos clausurados en Madrid a finales de la pasada semana por la polic¨ªa, seg¨²n inform¨® ayer un portavoz de esta representaci¨®n diplom¨¢tica. "Desconocemos el asunto y vamos a averiguarlo" precis¨® a este peri¨®dico dicho portavoz.
La Brigada Provincial de Documentaci¨®n del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa ha clausurado estos tres talleres -uno de ellos ubicado en el n¨²mero 129 del paseo de las Delicias; otro, en el 16 de la calle de Herminio Puertas, y el tercero, en el n¨²mero 26 de la calle de Pelayo- por carecer de registro oficial y por incumplir la normativa laboral vigente, ya que en ellos, incluso, trabajaban menores de edad.
El responsable del taller ubicado en la segunda planta del n¨²mero 16 de la calle de Herminio Puertas, Xinqing Jin, afirm¨® ayer que el negocio es de tipo exclusivamente familiar y que no es cierto que en el mismo trabajen menores de edad.
La mayor de sus tres hijas, Li Fenjin, de 18 a?os, asegura que ella s¨ª trabajaba en el taller, pero no, como ha dicho la polic¨ªa, sus otras dos hermanas peque?as, que acuden al colegio de Nuestra Se?ora de] Sagrado Coraz¨®n para aprender espa?ol.
Ignorancia de la ley
Xinqing Jin matiz¨®, a trav¨¦s de su hija, que abri¨® el negocio textill hace ocho meses y justific¨® su supuesta clandestinidad en que desconoce la normativa laboral espa?ola e incluso el idioma.Xinqing Jin -cuya esposa viajar¨¢ pronto desde China hasta Madrid para ayudarle en las tareas del taller- pide a las autoridades espa?olas que le permitan legalizar su taller.
Cuiguang Lin, propietario del restaurante chino ubicado en el mismo edificio de la calle de Herminio Puertas y otro de los chinos detenido por la polic¨ªa en relaci¨®n con los talleres clandestinos, niega tener ning¨²n tipo de vinculaci¨®n con el taller que regenta Xinqing Jin. "Mi padre", confes¨® su hija Xiao Lin, de 16 a?os, "no tiene nada que ver con el taller". "Unicamente se ha limitado a arrendar el local para obtener un dinero con el que pagar el alto alquiler del restaurante, que tiene poco negocio", se lament¨®.
Xiao Lin asegura que cuando la polic¨ªa registr¨® el edificio donde se ubica el taller, se incaut¨® de "m¨¢s de un mill¨®n de pesetas" de su familia. "Es el dinero que hemos podido ahorrar desde que llegamos a Espa?a hace cuatro a?os, no es robado, y lo necesitamos para ir viviendo; espero que la polic¨ªa nos lo devuelva".
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