La infancia no existe en Espa?a, seg¨²n Asuntos Sociales

Pasear con el coche de un beb¨¦ puede ser una aventura tan arriesgada como ir al supermercado con dos ni?os de tres y cinco a?os; pero la haza?a llega a insuperable si alguno pronuncia la frase "quiero hacer caca": una ojeada a nuestro alrededor basta para constatar que en Espa?a "la infancia no existe", seg¨²n afirrn¨® Juan Carlos Mato, director general de Protecci¨®n Jur¨ªdica del Menor, del Ministerio de Asuntos Sociales, durante la presentaci¨®n de la campa?a Esc¨²chalos. Imag¨ªnate lo que te pierdes si no escuchas a los ni?os y las ni?as. El ministerio ha destinado 200 millones de pesetas a esta iniciativa.

Pensada "en funci¨®n de los 8.000.000 de ciudadanos menores de 14 a?os (el 20,4% de la poblaci¨®n) y dirigida a todos los adultos, es una interpelaci¨®n para cuidar las peque?as cosas, las relaciones cotidianas entre los ni?os y los adultos que son, en definitiva, en las que m¨¢s cosas nos jugamos y en donde m¨¢s podemos perder", explic¨® Mato. El responsable de la pol¨ªtica relativa a los menores afirm¨® que existen actitudes de los padres que no contribuyen a desarrollar al ni?o como persona y aport¨® los datos m¨¢s significativos de dos estudios que han servido de apoyo para la realizaci¨®n de esta campa?a. As¨ª, un 4,8% de los padres espa?oles prefiere recurrir en las relaciones con sus hijos al castigo fisico, mientras que un 8,75% utiliza m¨¦todos de violencia psicol¨®gica. "Mientras se reduce el maltrato fisico, los insultos, humillaciones, arnenazas de abandono y vejaciones verbales que forman partedel maltrato ps¨ªquico calan en todos los sectores sociales, pelro muy especialmente en las clases media y alta", dijo Mato. Un 5,5% de los padres manifiesta que tiene dificultades para establecer l¨ªmites y control obre el comportamiento de sus hijos."Los ¨²ltimos a?os se ha producido un enorme cambio en los roles del padre y la madre; esto ha supuesto un incremento del nivel de tolerancia, pero ha ido unido a una enorme inseguridad, y los padres no saben c¨®mo actuar en situaciones concretas, como equilibrar la necesidad de poner l¨ªmites, necesaria para la seguridad de los ni?os, con la de concederles libertad y autonom¨ªa. El principal problema para resolver este conflicto consiste en que estamos culpabilizados. Con la campa?a se pretende informar de que los ni?os tienen dos necesidades b¨¢sicas: protecci¨®n y autonom¨ªa. Ambas se enlazan escuch¨¢ndoles ", concluye.