El bar¨®metro de Babson

La Bolsa no sufre las fricciones de la industria, y por ello sus vaivenes c¨ªclicos tienen explicaciones irracionales. En la conducta de los mercados han acertado m¨¢s los economistas semimagos que las teor¨ªas anal¨ªticas de Schumpeter o Kondratiev. Uno de los primeros, Roger Babson, empez¨® tom¨¢ndole la temperatura al mercado por medio de una f¨®rmula t¨¦cnica, conocida por el bar¨®metro de Babson, que bien podr¨ªa aplicarse en momentos de vacilaci¨®n como el que cierra ahora la semana en las bolsas espa?olas. Antes de que la inversi¨®n piense en una honrosa retirada a tiempo (como ocurri¨® ayer y, anteayer), el bar¨®metro deber¨ªa anunciar esas d¨¦cimas que ponen al enfermo sobre aviso.La recolecci¨®n de informaci¨®n en los mercados se basa en una mezcla especial de datos estad¨ªsticos, cotilleos, rumores y buenos consejos de banqueros, cambistas y taxistas. Con todo ello, Babson, en el Wall Street de las mitoman¨ªas, efectuaba el diagn¨®stico antes de aconsejar a sus clientes y amigos. Aquejado de tuberculosis, instal¨® su oficina al aire libre y trabajaba enfundado en un elegante abrigo calentado por electricidad y ayudado por su secretaria, que tecleaba la m¨¢quina sirvi¨¦ndose de dos martillos de goma.