El barroco feliz
En la sala de C¨¢mara del Auditorio Nacional, que registr¨® un lleno absoluto, asistimos el martes a un concierto de los que, en principio, se anuncian sin pretensiones pero que, al final, nos dejan la impresi¨®n de haber entrado en contacto con la m¨²sica entera y verdadera.La formaci¨®n de bolsillo de la Villa de Madrid, que dirige Mercedes Padilla y en la que act¨²an instrumentistas de primera categor¨ªa, con ?ngel Jes¨²s Garc¨ªa a la cabeza -y el flautista ?lvaro Mar¨ªas-, nos llevaron por los m¨¢s alegres y conmovedores rincones de lo barroco. desde Pachelbel y su popularizado Canon, hasta Bocherini y sus Noches de Madrid, en la versi¨®n que sustituye lo evocativo por lo real y utiliza la caja y la campanilla en lugar de los violines indicados por el autor en el original escrito para quinteto de arcos. Entre uno y otro autor, Vivaldi y, Telemann.
Orquesta de C¨¢mara Villa de Madrid
Direcci¨®n: M. Padilla. Solista.A. Mar¨ªas, flauta. de pico. Obras de Pachelbel, Vivaldl, Telemann y Bocherini. Auditorio Nacional. Madrid, 9 de abril.
Telemann en su obertura sobre don Quijote nos da un incipiente descriptivismo a trav¨¦s de un preludio y seis cuadros, en los que el m¨²sico de Magdeburgo pinta como sue?a, tanto, lo ideal como lo imitativo: aventura de los molinos, galope de Rocinante, trote del rucio de Sancho Panza. Tanto Bocherini como el alem¨¢n fueron interpretados con justeza, buen criterio y, quiz¨¢, falta de detallismo en los matices.
En contra de la c¨¦lebre Boutade de Stravinsky sobre Vivaldi, el veneciano nos depara en su cuantioso legado muchas sorpresas. Y no son pocas las contenidas en los dos conciertos protagonizados por Mar¨ªas: el En fa mayor, R V 434, y el En do mayor, R V 433. Este ¨²ltimo para flauta sopranino har¨ªa feliz a Joaqu¨ªn Rodrigo, tan amigo de pajarear en sus pentagramas. ?lvaro Mar¨ªas los toc¨® de la mejor manera: haciendo de lo cient¨ªfico camino para alcanzar la m¨¢s expresiva y vivaz comunicatividad.
Nada de lo que hace Mar¨ªas obedece a capricho, sino a profundo estudio, pero a la hora de los resultados aparece siempre el m¨²sico distinto. Bien asistido por Mercedes Padilla y sus m¨²sicos, logr¨® un ¨¦xito notable que, por otra parte, fue la t¨®nica de la tarde en un programa prolongado con varios bises.
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