La vacuna contra el catarro es m¨¢s ¨²til que la del sida, seg¨²n Rolinson

George Rolinson, codescubridor en 1957 del n¨²cleo de las penicilinas e impulsor de las penicilinas semisint¨¦ticas, dijo el pasado mi¨¦rcoles en Madrid que el sida es "s¨®lo un problema relacionado con drogadictos y homosexuales promiscuos", y, por tanto, factible de prevenir. Desde su punto de vista estima m¨¢s ¨²til socialmente dedicar esfuerzos a encontrar una vacuna contra el catarro com¨²n.

"Aunque estemos en el camino, no creo que se encuentre una vacuna contra el sida antes de 10 a?os, y yo, personalmente, estoy m¨¢s interesado en el desarrollo de un ant¨ªdoto contra el catarro com¨²n", dijo este investigador ingl¨¦s, varias veces cercano a la concesi¨®n del Nobel por sus trabajos en la quimioterapla antibacteriana. Rolinson reconoce, no obstante, que si bien la ciencia del siglo XX ha conseguido "ganar una batalla a las bacterias", los virus han tomado la alternativa, "y la infecci¨®n viral es mucho m¨¢s dif¨ªcil de combatir".Rolinson estuvo esta semana en Madrid para participar en un homenaje a Fleming, Florey y Chain, organizado por los laboratorios Beecham en el marco del Sal¨®n de la Medicina y la Terap¨¦utica (Iberm¨¦dica 91). Los tres cient¨ªficos compartieron en 1945 el Premio Nobel de Medicina y Fisiolog¨ªa por su descubrimiento, aislamiento y utilizaci¨®n de una nueva sustancia llamada penicilina, que revolucion¨® el tratamiento terap¨¦utico de las infecciones y de las enfermedades de transmisi¨®n sexual.

Un hombre callado

Su impresi¨®n personal sobre Fleming, al que conoci¨® ya jubilado, no es muy halagadora para el famoso escoc¨¦s: "Era un hombre callado, un poco t¨ªmido, sin una gran presencia f¨ªsica y de dif¨ªcil di¨¢logo. Era un buen bacteri¨®logo", prosigue, "pero limitado en sus conocimientos de quimioterapia". Su reconocimiento se dirige m¨¢s hacia la labor de Florey y Chain-de este ¨²ltimo fue disc¨ªpulo-, quienes encontraron 10 a?os despu¨¦s el valor terap¨¦utico de la penicilina.Tras m¨¢s de 30 a?os trabajando en el desarrollo de las peniciiinas, George Rolinson se dedica ahora a mejorar el uso y la elecci¨®n de antibi¨®ticos. No tira piedras contra las prescripciones m¨¦dicas, pero reconoce que en muchos casos, por deficiencias en el diagn¨®stico del agente pat¨®geno, los tratamientos no son los adecuados. Esto supone el riesgo de que se generen resistencias bacterianas al medicamento y, fundamentalmente, de que el paciente no mejore", concluye.