Cambio de rumbo
La implantaci¨®n de t¨¦cnicas de producci¨®n 'japonesas' en los 90 modifica el planteamiento de los sindicatos
"?C¨®mo asegurar que las mejoras, realmente necesarias, de la productividad y la calidad no se hagan a expensas de las condiciones de trabajo y la influencia sindical?". Con esta pregunta el sindicalista ingl¨¦s Hugh Williamson resume el cambio de posici¨®n protagonizado por los sindicatos ante la masiva implantaci¨®n de la organizaci¨®n del trabajo a la japonesa -el llamado toyotismo- en los a?os 90.
El discurso de los sindicatos ha dado un vuelco. La oposici¨®n frontal queda atr¨¢s, y ahora buscan una estrategia conciliadora. "No podemos rechazar globalmente la nueva organizaci¨®n de trabajo, porque tiene elementos positivos. El reto consiste en asimilar esos elementos, impidiendo que las empresas impongan los negativos", explica Carlos Vallejo, responsable de Relaciones Internacionales de CC OO en Catalu?a.El toyotismo consiste en el compromiso de los trabajadores en la productividad mediante reuniones de grupo, sugerencias de mejora, flexibilidad en los puestos y reducci¨®n de los tiempos. Es opuesto al cl¨¢sico sistema taylorista en el que cada empleado se limita a cumplir mec¨¢nicamente su tarea.
La competencia japonesa ha provocado ya durante esta d¨¦cada varios intentos de modificaci¨®n de la organizaci¨®n del trabajo, que fueron muy mal recibidas por los sindicatos. En Espa?a han funcionado, con mayor o menor fortuna, en un centenar de empresas, como Ford, Seat, Renault, IBM, Sharp, Michel¨ªn, Alcatel o Ensidesa. Sin embargo, en el umbral de los 90, la idea de la productividad ha empezado a calar incluso entre los propios sindicatos.
Carlos Vallejo explica: "Hay elementos del toyotismo con los que estamos de acuerdo, porque favorecen una mayor humanizaci¨®n del trabajo, como la polivalencia, la formaci¨®n continuada, la eliminaci¨®n de las labores rutinarias o la rotaci¨®n en los pues tos". Pero a?ade: "Nos da miedo en cuanto tiende a explotar al m¨¢ximo la labor del trabajador, a crear relaciones individualistas en la empresa y a minar la estructura de los sindicatos".
'Conejitos de indias'
Espa?a y el Reino Unido son los pa¨ªses europeos donde las grandes multinacionales -especialmente del autom¨®vil- est¨¢n experimentando nuevos sistemas, inspirados en el toyotismo pero adaptados a la peculiar idiosincrasia de los trabajadores. En Espa?a, Seat va a aplicar un sistema revolucionario de grupos de trabajo en su planta de Martorell, que se pondr¨¢ en marcha a finales de 1992, y Nissan implanta los c¨ªrculos de calidad.Un ejemplo de f¨¢brica experimental es la que Ford instal¨® en Hermosillo (M¨¦xico, en 1986, cuyos 2.100 trabajadores sirven como una especie de conejitos de indias en la implantaci¨®n del sistema en otras plantas ele la multinacional. El toyotismo se ha implantado de forma radical: el llamado t¨¦cnico universal Ford, es un obrero polivalente capaz de desempe?ar cualquier funci¨®n en la f¨¢brica, y que se re¨²ne con otros operarios en grupo para perfeccionar sus tareas.
La planta lleg¨® a ser la tercera del mundo en calidad, pero los trabajadores estaban insatisfechos. Rolando Corral, delegado sindical de la empresa, explica que "en cuatro a?os, hubo unos 10.000 empleados que abandonaron la empresa, pese a que los sueldos eran buenos, ya que el trabajo era demasiado duro".
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