i Vaya ganao !
S¨¢nchez / Campuzano, Mendes, PuntaCuatro toros de Ram¨®n S¨¢nchez, muy desiguales de presentaci¨®n los lidiados y los dos devueltos al corral, inv¨¢lidos los seis,- sobreros del conde de la Maza, 1? bien presentado flojo, 4? con trap¨ªo, muy serio, encastado. Jos¨¦ Antonio Campuzano: pinchazo hondo bajo, rueda de peones y estocada baja (silencio); estocada corta tendida trasera y ca¨ªda (pitos). V¨ªctor Mendes: estocada trasera y descabello (silencio); estocada (ovaci¨®n y salida al tercio). Antonio Manuel Punta: pinchazo, otro hondo muy trasero, rueda de peones y estocada trasera ca¨ªda (silencio),- dos pinchazos y otro hondo trasero (silencio).
Plaza de la Maestranza, 19 de abril. 13? corrida de feria. Cerca del lleno.
JOAQU?N VIDAL
Todos los toros rodaban por la arena y el p¨²blico dec¨ªa que vaya ganao. ?Vaya ganao! ha sido frase habitual en esta feria y en la corrida n¨²mero 13 (dicho sea sin ¨¢nimo de provocar), estuvo corriendo de boca en boca, desde que apareci¨® por toriles el primero de la tarde, hasta que desapareci¨® por la puerta del desolladero el ¨²ltimo.
No siempre dec¨ªa la gente "?Vaya ganao!, en los propios tonos de contrariedad con que suele expresarse en semejantes casos cuando habita (o mora) el hist¨®rico coso de la Maestranza, pues lleg¨® un momento en que se puso a gritar, a decirles al presidente y al empresario del coso (hist¨®rico) las verdades del barquero, a tirar almohadillas, y un sector hizo adem¨¢n colectivo de marcharse, jurando que no volver¨ªa nuanca jam¨¢s por all¨ª (es decir, hasta hoy por la ma?ana, naturalmente). Lo cual significa que, una de dos: o la estafa de los toros inv¨¢lidos hab¨ªa colmado la santa paciencia de la gente que habita (o mora) el hist¨®rico coso, o hab¨ªa enemigos infiltrados.
Tambi¨¦n es cierto que el torero V¨ªctor Mendes, en actitud insolente, puso al p¨²blico de los nervios. Indiferente a la protesta generalizada porque el toro estaba tan inv¨¢lido que no pudieron ni picarlo y porque el presidente no quiso devolverlo al corral, cogi¨® los palitroques y se dispuso a poner banderillas. El p¨²blico no pod¨ªa ni quer¨ªa aceptar que un matador de alternativa pretendiera hacer uso abusivo de la invalidez del toro y le pidi¨® que se abstuviera de agredirle con las banderillas. Primero, diciendo no, como la buena crianza ense?a; luego, a gritos; finalmente, arrojando almohadillas al ruedo.
El p¨²blico deb¨ªa de traerle a V¨ªctor Mendes sin cuidado, porque prendi¨® las banderillas, y antes de prenderlas, se contoneaba en el redondel, giraba sobre las puntillas imitando el minu¨¦, pon¨ªa pintureras posturas... Una situaci¨®n rid¨ªcula, esa del torero bailar¨ªn y el p¨²blico encrespado abronc¨¢ndole; pero la fiesta est¨¢ as¨ª. Saben los toreros que, en estos casos, siempre hay quien pica y aplaude, otros se contagian, y el resultado final es que pueden salir a saludar muy ceremoniosamente. Unos voluntarios muletazos de V¨ªctor Mendes, despu¨¦s de las banderillas, al toro inv¨¢lido - que, curiosamente, ya no volvi¨® a caerse-, le sirvieron para eso, y m¨¢s.
V¨ªctor Mendes hab¨ªa banderilleado al toro anterior, y banderillear¨¢ la siguiente que toree y se pasar¨¢ toda su vida profesional banderilleando, pues los matadores-bandilleros del tiempo presente se creen en la obligaci¨®n de banderillear cuanto aparezca por los chiqueros, valga o no valga, lo pida o no el p¨²blico. Esta es una de las diferencias de los matadores-bnderilleros contempor¨¢neos antiguos, que s¨®lo banderilleaban en ocasiones especiales y si lo demandaba la afici¨®n. Otra, que aquellos matadores- banderilleros hac¨ªan la suerte despacio, reun¨ªan en la cra, prend¨ªan en los rubios, sal¨ªan del embroque andando, mientras estos de la modernidad - uno de ellos, V¨ªctor Mendes- pasan a toda velociadad, clavan trasero y se precipitan a tomar la barrera,Lances de capa buenos no hubo ni uno, faenas de muleta sustanciosas, tampoco. A toros inv¨¢lidos les corresponde una tauromaquia traumatol¨®gica que a¨²n est¨¢ por inventar. Jos¨¦ Antonio Campuzano, V¨ªctor Mendes, Antonio Manuel Punta, intentaban pases y se quedaban en medios pases porque mediadas eran las embestidas. El cuarto, sobrero y buen mozo, encastado y noble, ten¨ªa faena, pero Campuzano se abstuvo de d¨¢rsela, s¨®lo por no aguantar sus vivaces acometidas. 0 sea, que no toda la culpa fue del ganao. A veces los toreros tambi¨¦n dicen eso de "?Vaya ganao!" y s¨®lo es una excusa.
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