El ¨²nico criterio razonable
OBTENER informaci¨®n por m¨¦todos il¨ªcitos (escuchas telef¨®nicas, colocaci¨®n de micr¨®fonos, espionaje, etc¨¦tera) es ¨¦ticamente repugnante, porque supone una intromisi¨®n intolerable en la vida privada de los ciudadanos, como ha defendido y defiende este peri¨®dico. Adem¨¢s, en la mayor¨ªa de los casos es delito y, por tanto, castigable de acuerdo con la amplia normativa legal vigente.Ahora bien, un medio de comunicaci¨®n comprometido con los derechos del individuo y con la legislaci¨®n democr¨¢tica -y que, por tanto, no utiliza m¨¦todos ll¨ªcitos-, ?qu¨¦ debe hacer si recibe una informaci¨®n comprometida? Si los datos de la informaci¨®n sobrepasan el ¨¢mbito ¨ªntimo de las personas, es decir, si resultan de trascendencia pol¨ªtica, ?debe secuestrarla al inter¨¦s de los ciudadanos? Si la informaci¨®n es de inter¨¦s p¨²blico y su contenido no afecta a la intimidad de las personas, debe darla a conocer una vez contrastada: ¨¦se es el ¨²nico criterio razonable para un medio de comunicaci¨®n.
La reproducci¨®n radiof¨®nica en la SER de parte de dos conversaciones telef¨®nicas mantenidas el pasado d¨ªa 18 por el l¨ªder socialista Jos¨¦ Mar¨ªa Benegas, en las que ¨¦ste hac¨ªa duras cr¨ªticas, m¨¢s o menos veladas, a Felipe Gonz¨¢lez, Narc¨ªs Serra, Carlos Solchaga y otras personas, abri¨® ayer un profundo debate sobre las relaciones entre el Gobierno y el partido que lo sustenta, y, subsidiarlamente, sobre el papel de los medios de comunicaci¨®n. La SER obtuvo estas cintas de un modo ortodoxo y resulta obvio que lo reproducido es de inter¨¦s general. Su contenido arroja luz, en efecto, sobre una cuesti¨®n pol¨ªtica que preocupa grandemente a los ciudadanos llamados a votar dentro de un mes: las relaciones entre el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez y el partido que lo sustenta. ?ste es el centro del problema. Tras la salida de Guerra del Gobierno, las reticencias expresadas por algunos notables contra la composici¨®n del Ejecutivo se hab¨ªan detenido siempre un mil¨ªmetro antes de convertirse en reproches al presidente. Las grabaciones conocidas ayer indican que, de puertas adentro, esa frontera ha sido traspasada. Los ciudadanos tienen derecho a saberlo.
Por lo dem¨¢s, que existan divergencias en un partido, que el liderazgo de su principal dirigente sea cuestionado por otras personas y que la ciudadan¨ªa tenga conocimiento de ello no constituye ninguna tragedia. El bochorno ante el estilo tabernario y la debilidad argumental puede estar justificado; pero no el p¨¢nico que ayer se apoder¨® de algunos socialistas, militantes o simples votantes. Democracia es, ante todo, transparencia. As¨ª lo ha entendido el Tribunal Constitucional cuando, a la hora de ponderar eventuales conflictos de derechos, ha considerado prevalente el de recibir informaci¨®n veraz y relevante a otros que podr¨ªan ser evocados.
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