Por el progreso social
Los dos sindicatos mayoritarios han superado sus discrepancias electorales para celebrar un Primero de Mayo unitario, aunque no en toda la geograf¨ªa espa?ola. Sus reivindicaciones son comunes y el secretario general de UGT, Nicol¨¢s Redondo, apuesta por un cambio en la pol¨ªtica econ¨®mica tras el fracaso del enfriamiento que se ha traducido en un estancamiento del empleo. Al l¨ªder de CC OO, Antonio Guti¨¦rrez, le preocupa el empleo, los salarios, los derechos sociales, las pensiones, la vivienda y las condiciones de vida y trabajo.
La presencia masiva de trabajadoras y trabajadores en las calles de Espa?a este Primero de Mayo de 1991 debe ser una clara demostraci¨®n de que siguen plenamente vigente los objetivos prioritarios del sindicalismo.Estamos a las v¨ªsperas de grandes cambios institucionales en Europa y espectaculares acontecimientos recientes de orden internacional multiplican el inter¨¦s y la necesidad de nuestras demandas.
Queremos un Primero de Mayo para el progreso social. Un progreso traducido, en primer lugar, en un nuevo orden internacional basado en la paz, la justicia y no en la fuerza o la arbitrariedad. Con unas Naciones Unidas realmente independientes y no dominadas por las superpotencias. Con una verdadera vocaci¨®n para hacer realidad los derechos humanos y las libertades individuales en todo el mundo.
La reciente guerra en el golfo P¨¦rsico, a la que los sindicatos espa?oles nos opusimos frontalmente, ha puesto de manifiesto ad¨®nde han conducido las soluciones de la llamada "coalici¨®n internacional": destrucci¨®n masiva, muerte, mutilaciones, graves da?os a la ecolog¨ªa. Y ninguna soluci¨®n a los problemas que afectan al Medio Oriente desde hace mucho tiempo.
Entre ellos, la terrible masacre a la que se somete al pueblo kurdo.
Los campamentos para refugiados son un compromiso de solidaridad ineludible para un problema dram¨¢tico. Pero la soluci¨®n de fondo exige un compromiso profundo y real de todo el mundo democr¨¢tico para que se haga justicia.
Este Primero de Mayo habremos conseguido mucho si conseguimos llamar la atenci¨®n acerca de que un nuevo orden internacional verdadero debe estar basado no en la fuerza de las armas, sino en la paz, en la cooperaci¨®n entre los pueblos y en la erradicaci¨®n de toda forma de xenofobia y de colonialismo.
En segundo lugar, los trabajadores deben asumir como prioritaria en la acci¨®n sindical la defensa de la naturaleza. Como una necesidad imprescindible no s¨®lo para nuestro progreso econ¨®mico y social y para nuestra calidad de vida, sino, tambi¨¦n, para nuestra propia supervivencia.
El reciente desastre en el Mediterr¨¢neo -un episodio m¨¢s de una larga cadena- pone de manifiesto que la reconciliaci¨®n con la naturaleza y el reto de afrontar globalmente el desaf¨ªo ecol¨®gico es una tarea impostergable de] movimiento obrero.
En tercer lugar, progreso social es una vida mejor en nuestro pa¨ªs. En estos momentos hay derechos elementales cuya vigencia resulta imprescindible y son, por tanto, objetivos de primer orden. Como la igualdad de derechos entre los trabajadores, seriamente afectada cuando existe un tercio de la mano de obra bajo contratos at¨ªpicos; la eliminaci¨®n de toda forma de discriminaci¨®n de la mujer trabajadora; la necesidad de que todo trabajador est¨¦ cubierto por ley o por convenio colectivo; la formaci¨®n profesional permanente; el derecho inalienable a que se preserve el medio ambiente y la salud en el trabajo.
Pol¨ªtica redistributiva
Pero la calidad de vida y de trabajo depende cada vez m¨¢s de aspectos que no se negocian en los convenios colectivos y tienen, en muchos casos, mucha mayor importancia. Nos referimos al derecho a una vivienda digna -exigencia que los sindicatos mantenernos desde hace tiempo y que el debate de estos d¨ªas, trufado de otras cuestiones, ha tenido al menos el m¨¦rito de haberlo sacado del olvido en que el poder p¨²blico lo ten¨ªa arrumbado-, a una sanidad digna de un pa¨ªs europeo, a transportes adecuados, a una fiscalidad redistributiva y justa.
En cuarto lugar, este Primero de Mayo nos p¨¦rmite plantear una vez m¨¢s la necesidad de un cambio en la orientaci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica y social. Se ha demostrado ya el fracaso de las pol¨ªticas monetaristas y el enfriamiento de la econom¨ªa s¨®lo se ha traclucido en un estancamiento de la creaci¨®n de empleo mientras los tipos de inter¨¦s est¨¢n por las nubes. La Propuesta Sindical Prioritaria, como gran apuesta estrat¨¦gica de los trabajadores para modernizar y hacer progresar el pa¨ªs, debe ser el eje de las negociaciones para abordar ese giro social que la sociedad reclama.
Por ¨²ltimo, resulta imprescindible que en este Primero de Mayo aunemos nuestros esfuerzos y renovemos el llamamiento de que se construya la Europa de los trabajadores.
Las conferencias intergubernamentales actualmente en marcha -que abordan la vital cuesti¨®n de la reforma de los tratados- configurar¨¢n la Europa con que afrontaremos el siglo XXI.
Queremos la uni¨®n econ¨®mica y monetaria, pero basada en la cohesi¨®n social y en una verdadera coordinaci¨®n de las pol¨ªticas econ¨®micas; apoyamos con entusiasmo la uni¨®n pol¨ªtica para dar car¨¢cter constituyente al Parlamento Europeo y establecer una Europa federal.
Pero consideramos absolutamente imprescindible que junto con este proceso -de manera simult¨¢nea y no dej¨¢ndolo ad calendas grecas- se avance en la Europa social.
Por eso, frente al obstruccionismo y al doble lenguaje, reclamamos: un di¨¢logo social europeo con voluntad firme de obtener acuerdos vinculantes; el desbloqueo inmediato de la Carta Social para que pueda estar en vigor antes de 1993; el derecho a la negociaci¨®n colectiva europea; los comit¨¦s de empresa europeos para empresas transnacionales de m¨¢s de 1.000 trabajadores; el Programa de Acci¨®n de la Confederaci¨®n Europea de Sindicatos.
Deseamos, en definitiva, que esta jornada reivindicativa sea un poderoso aliciente para reavivar las ilusiones y la esperanza de los trabajadores y trabajadoras de nuestro pa¨ªs.
es secretario general de UGT.
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