Impecables 'pablorromeros'

Pablo Romero / Rodr¨ªguez, Dur¨¢n, Gal¨¢n

Toros de Pablo Romero, muy bien presentados, encastados y de desigual juego. Manolo Rodr¨ªguez: tres pinchazos, media delantera perpendicular, dos descabellos -aviso- y descabello (silencio); dos pinchazos y dos estocadas cortas delanteras ca¨ªdas (pitos). Curro Dur¨¢n: pinchazo y estocada (ovaci¨®n); dos pinchazos y estocada (algunos pitos). Juan Pedro Gal¨¢n: estocada desprendida (silencio); estocada (silencio). Plaza de la Maestranza, 1 de mayo. Dos tercios de entrada.

La corrida de Pablo Romero estuvo impecablemente presentada. Eran toros con trap¨ªo, bien hechos. Una corrida pareja. Cuatro de ellos fueron ovacionados de salida. Todo era proporci¨®n y armon¨ªa. No hab¨ªa exceso de kilos, eran toros musculosos. Era, en definitiva, el toro de lidia que anhela la afici¨®n.Los seis fueron toros encastados y por ello en todo momento estuvo presente la emoci¨®n de la lidia. El aficionado no pudo dar tregua a la atenci¨®n, y no pod¨ªa por menos de se?alar el contraste con el llamado toro comercial, al que, en la comparaci¨®n, un castizo se pas¨® la tarde llam¨¢ndole "la ovejita lucera".

El juego fue desigual, aunque en total tomaron 18 varas, casi todas con mucha dignidad. Hubo tres mansos y tres bravos. Salvo el primero, algo blando de manos, que hizo un par de veces amago de genuflexiones, los toros no se cayeron, y al primero, su raza lo restitu¨ªa enseguida a la posici¨®n enhiesta.

Naturalmente la pelea del toro manso tambi¨¦n tiene su inter¨¦s para el aficionado. Mayor inter¨¦s, si los diestros hubieran demostrado su destreza, cosa dif¨ªcil pues el cartel era de toreros con pocas corridas y, por tanto, con poco sitio. La valoraci¨®n de su quehacer no puede desconocer la dificultad que entra?a siempre enfrentarse a un toro con raza.

El veterano Manolo Rodr¨ªguez acus¨® su situaci¨®n en el dique seco. Pero adem¨¢s de evidenciar su falta de sitio, tuvo poca disposici¨®n a la quietud, especialmente relevante en el primer toro, dadas las buenas condiciones de su enemigo. Al cuarto, que enseguida se entabler¨®, Rodr¨ªguez le entr¨® a matar con evidente desconcierto.

Curro Dur¨¢n tuvo el mejor lote y a ¨¦l correspondieron los buenos muletazos que se vieron en la tarde. Pero no hubo faenas, pues le falt¨® la necesaria decisi¨®n para dar continuidad a su labor en los encastados toros que, naturalmente, ten¨ªan mucho que torear.

Tropez¨® Juan Pedro Gal¨¢n con el peor lote; dos de los tres que llegaron a la muleta con comportamiento de mansos. Debi¨® aplicarles la lidia que requieren los mansos, pero hoy hay que dar derechazos y naturales y para esas preciosidades no estaban sus enemigos.

Jaime de Pablo Romero, al que tantos sinsabores le ha dado en los ¨²ltimos a?os el centenario hierro, debe sentirse orgulloso de la corrida que envi¨® a la Maestranza. Enhorabuena.