El escritor y cineasta David Mamet inaugur¨® con 'Homicidio' la competici¨®n
Al humor, cercano al malhumor, de la pel¨ªcula inaugural -Homicidio, escrita y dirigida por David Mamet- se a?adi¨® anoche en Cannes un temporal de lluvias y vientos racheados que convirti¨® a la explanada de La Croisette, donde las estrellas de turno hacen su ritual pase¨ªllo de exhibici¨®n, en un vel¨®dromo con moqueta roja. Rostros populares aqu¨ª -aunque fuera de Francia poco y a veces nada- fueron vistos y no vistos. Salieron de los 36 opulentos coches negros que la organizaci¨®n de Cannes-91 puso a su disposici¨®n y cruzaron a la carrera los 30 metros que les separaban de la entrada a la sala Lumi¨¨re con las manos en la cabeza, protegiendo a sus peinados del vendaval y del rid¨ªculo.
Dentro, les esperaba hora y media de cine tan desapacible como el clima de fuera, pues Homicidio, aunque hace re¨ªr en ocasiones, gracias a la riqueza de los di¨¢logos de Mamet, no es precisamente una pel¨ªcula graciosa, sino todo lo contrario: bastante l¨²gubre, herm¨¦tica y dif¨ªcil de entender.Homicidio es una historia policiaca con escenas muy violentas, pero poco o nada trepidante. En un comentario previo aparecido en la prensa especializada francesa se la encasilla como un thriller intelectual, lo que la define con bastante tino, pues las tres o cuatro escenas t¨ªpicas del g¨¦nero policiaco que tiene dentro est¨¢n suavizadas y absorbidas por las 20 o 25 restantes, que son de tono discursivo e intentan, y en buena parte consiguen, exponer paso a paso la evoluci¨®n mental de un joven polic¨ªa de raza jud¨ªa que se ve involucrado en un oscuro arreglo de cuentas entre un grupo de nazis y otro de sionistas.
David Mamet es -como el polic¨ªa de su pel¨ªcula, interpretado magistralmente por su actor favorito, Joe Mantegna- un jud¨ªo de Chicago. Esto puede dar alguna clave para entender por d¨®nde va Homicidio, as¨ª como una v¨ªa de acceso a su hermetismo formal: bajo la especie de pel¨ªcula policiaca hay en realidad un relato secretamente intimista e incluso introspectivo, en el que la palabra predomina sobre la imagen y la especulaci¨®n sobre la acci¨®n. Comenta Mamet: "Soy hebreo y me educaron como hebreo, pero no s¨¦ qu¨¦ religi¨®n tengo, si es que tengo alguna".
Como vemos, emplea con soltura Mamet la terminolog¨ªa esc¨¦ptica que caracteriza al outsider, al marginado. Y a?ade: "La pel¨ªcula cuenta la historia de un marginado. El individuo marginado, el que no tiene lugar en lo que llaman normalidad social, es un mito dentro de la historia del relato norteamericano contempor¨¢neo. Pero no es un mito abstracto, sino que deriva de la realidad, porque el marginado es un producto genuino de la sociedad estadounidense y abunda en ella. Por eso considero un camino leg¨ªtimo pretender entender la vida en mi pa¨ªs a trav¨¦s del mito del outsider ".
La marginaci¨®n, para Mamet, expresa la existencia en su pa¨ªs de una forma extrema de opresi¨®n, una opresi¨®n que, a su juicio, se ejerce como garant¨ªa de la tranquilidad p¨²blica. Esto explica, a?ade textualmente Mamet en una entrevista concedida en Italia, "que los norteamericanos eligieran a un imb¨¦cil como Reagan para que saneara su deuda p¨²blica y durante su Gobierno ¨¦sta se triplicara".
Si detr¨¢s de la aventura policiaca convencional de Homicidio hay un relato introspectivo anticonvencional, el hecho de que al final de la pel¨ªcula ¨¦sta d¨¦ un inesperado giro hacia el alegato pol¨ªtico inconformista, resulta coherente con el pensamiento de este buen escritor ya hecho -lo prueban sin discusi¨®n sus obras teatrales y sus perfectos guiones de Casa de juegos, El cartero siempre llama dos veces y Los intocables- y buen cineasta todav¨ªa a medio hacer.
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