Cinismo

HACE POCOS d¨ªas, la Asociaci¨®n de Amigos de Kuwait public¨® en la prensa espa?ola un gran anuncio en el que, sobreimpreso en la foto de los tensos rostros de unos refugiados, pod¨ªa leerse: "P¨®ngase en su lugar. Desgraciadamente, nosotros ya lo hemos hecho. En solidaridad con el pueblo kurdo". Produce sonrojo que los valedores del Kuwait oficial tengan el cinismo de llamar a la solidaridad con los kurdos, mientras en el interior de su pa¨ªs los palestinos son perseguidos, arrestados, torturados, y a menudo fr¨ªamente ejecutados, por bandas de j¨®venes kuwait¨ªes.Como denunci¨® Amnist¨ªa Internacional, y el propio secretario de Estado de EE UU, James Baker, se?al¨® -en su ¨²ltimo viaje al emirato- al pr¨ªncipe heredero, existen pruebas de la brutalidad kuwait¨ª, de la participaci¨®n en ella de miembros de la familia real y de la existencia de centros de detenci¨®n y tortura dirigidos por militares del emirato. Para los kuwait¨ªes, el fin de la guerra ha retrotra¨ªdo las cosas a como estaban antes, con la ¨²nica salvedad de que a su cat¨¢logo de caprichos han a?adido un nuevo enemigo: el pueblo palestino. Por una parte, la actitud de la familia reinante, ineficaz en la hora de acometer la reconstrucci¨®n del pa¨ªs asolado por la guerra, revela que los kuwait¨ªes s¨®lo pretend¨ªan librarse de Irak y seguir actuando con la misma soberbia de siempre. De ah¨ª que sus ofertas de democratizaci¨®n no resulten cre¨ªbles y hayan sido desmentidas por la realidad cotidiana.

Pero, por otra parte, sea cual haya sido la falta de habilidad de Yasir Arafat al alinearse con Irak en la crisis del Golfo, es evidente que la persecuci¨®n de palestinos en Kuwait no responde a los errores globales del l¨ªder de la OLP, sino a la m¨¢s irracional xenofobia. Olvidando la importante deuda que Kuwait tiene con los palestinos, que han coadyuvado como ning¨²n otro colectivo (en tanto que profesores, ingenieros, administrativos, banqueros) a su prosperidad, los kuwait¨ªes quieren cerrar las puertas a todo lo que no sea un fuerte contingente armado estadounidense que les proteja de los enemigos que creen ver por doquier y que no son capaces de comprar con su dinero.

?sta es la raz¨®n para su repentina frialdad con la cuesti¨®n palestino-israel¨ª y su distanciamiento del plan de paz que propugna Washington. Considerando c¨®mo la cuesti¨®n contrar¨ªa a Egipto, ello explicar¨ªa el fracaso de los esfuerzos por montar una estructura de seguridad colectiva centrada en el Consejo de Cooperaci¨®n del Golfo y apoyada en una masiva presencia de tropas egipcias y sirias. Contrariamente a lo acordado en la Declaraci¨®n de Damasco hace unas semanas, el Gobierno de El Cairo, a la vista de la actitud de las monarqu¨ªas conservadoras ¨¢rabes, ya ha empezado a retirar a sus contingentes militares.

El desprecio de los kuwait¨ªes por los derechos humanos, cuyo respeto fueron los primeros en reclamar cuando estaban en dificultades, y su ceguera pol¨ªtica interior e internacional amenazan con acorralarles una vez m¨¢s. Habr¨¢ sido el m¨¢s triste final para una operaci¨®n de rescate que moviliz¨® al mundo entero.