Emilio Butrague?o
El futbolista se cas¨® en una ¨ªntima aunque agitada ceremonia
Emilio Butrague?o, de 27 a?os, firm¨® ayer el contrato m¨¢s largo de su vida, aquel que recoge en una de sus cl¨¢usulas el manido "hasta que la muerte os separe". Al menos eso fue lo que dijo Vicente Mundina, el televisivo sacerdote que ofici¨® la boda entre el futbolista y Sonia Gonz¨¢lez, su novia de siempre, en la iglesia de La Asunci¨®n de Nuestra Se?ora, en Torrelodones. Mundina fue uno de los pocos elegidos que asistieron a tan secreto casamiento. ?l, Manolo Sanchis y pocos m¨¢s. Unos treinta. El hermetismo fue absoluto, tanto que incluso hubo familiares que desconocieron el lugar y la hora de la ceremonia hasta una hora antes de celebrarse.El rumor de que el Buitre iba a pasar por capilla corr¨ªa por la capital desde hac¨ªa tiempo. Sin embargo, nadie sab¨ªa nada en concreto. La discreci¨®n del delantero del Real Madrid fue tal que ni siquiera pidi¨® un par de d¨ªas de permiso al club para tan solemne jornada. Sin embargo, alguien se fue de la lengua y comenz¨® la caza. Brigadas de periodistas y fot¨®grafos, de la prensa del coraz¨®n y de la otra, acotaron parroquias, ermitas y sacrist¨ªas. Unos se fueron hasta Las Navas del Marqu¨¦s, en ?vila. All¨ª verane¨® Butrague?o de peque?o y temieron un ramalazo melanc¨®lico. Varios optaron por El Cerro de Los ?ngeles, donde la padres del Buitre acostumbran a hacer ofrendas. Otros corrieron hasta la ermita de Los Pe?ascales, urbanizaci¨®n pr¨®xima a Torrelodones donde la familia Butrague?o posee un finca -El Cueto- de 6.000 metros cuadrados. Nada. Ni rastro de la pareja.
Los reporteros decidieron plantarse en Los Pe?ascales a primera hora de la tarde. All¨ª, la llegada de flores, sillas y comida en abundancia desvel¨® el secreto. En un momento dado, el padre del futbolista sali¨® en su Mercedes vestido con un ch¨¢ndal. La sorpresa inicial dio paso a una ansiosa persecuci¨®n cuando alguien vio que debajo del ch¨¢ndal hab¨ªa una corbata. La boda estaba al caer, no hab¨ªa duda. ?Y Emilio? ?Acaso iba en el maletero?
La boda se celebr¨®, o al menos eso dijo el padre Mundina. Fue a las siete, en Torrelodones. Periodistas y curiosos asediaron la iglesia, pero sin ¨¦xito. Sembraron de adoquines y tablones una de las puertas para evitar la huida del ¨ªdolo, pero fue in¨²til. A Ram¨®n Mendoza, el presidente del Madrid, no se le vio el pelo. A Butrague?o, el novio, tampoco. Ni al entrar en la iglesia ni al salir. Alg¨²n chaval de los que acompa?aron a los fot¨®grafos en las tejas de la capilla, cerrada a cal y canto, asegur¨® haberlo visto en el maletero de un coche. Una mujer se vanaglori¨® de haberle dado la mano. Falso. "Se ha ido volando, que para eso es el Buitre", grit¨® alguien. La fiesta sigui¨® en la finca de Los Pe?ascales, donde vivir¨¢ la pareja. "No lo ve¨¢is como un desprecio. Han querido tener una ceremonia ¨ªntima, un sacramento de verdad, no un circo", disculp¨® el padre Mundina.
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