Madrid, la oportunidad perdida

La historia de la capitalidad cultural de Madrid en 1992 est¨¢ por escribir y tambi¨¦n por definir a tan s¨®lo siete meses del banderazo de salida. El 40% de los 1.200 actos que constituir¨¢n la programaci¨®n oficial, con un presupuesto que puede variar en 5.000 millones, todav¨ªa no tienen ni d¨ªa ti] hora ni lugar donde celebrarse, aunque los organizadores est¨¢n tranquilos. "Se van a cumplir las expectativas", aseguran. La teor¨ªa oficial supone que Madrid 92 ser¨¢ diferente de Madrid 91, en que la capital concentrar¨¢ ese a?o una primer¨ªsima oferta art¨ªstica estable, una milla o tri¨¢ngulo de oro de las pinacotecas que cubrir¨¢ todos los siglos y estilos entre las aportaciones del Museo del Prado, el Centro de Arte Reina Sof¨ªa y la colecci¨®n Thyssen.

Esta adecuaci¨®n a los tiempos modernos se resume, en cuanto a los proyectos estrella, en una docena de infraestructuras de envergadura. La primera gran obra, al margen del monumento "simb¨®lico-pedag¨®gico" de la esfera Armilar, ser¨¢ la terminaci¨®n del teatro Real como foro universal de la ¨®pera.

Los responsables del consorcio han asistido, aparentenente, neutrales, a las discrepancias de los dirigentes pol¨ªticos a la hora de fijar responsabilidades sobre los incumplimientos de los plazos de varias obras. Santiago Gonz¨¢lez, responsable de comunicaci¨®n del consorcio Madrid 92, es m¨¢s claro: "Nosotros, sobre las obras de acompa?amiento del acontecimiento del 92, s¨®lo tenemos que instar a las Administraciones para que las acaben, y ya estamos hartos de exigirlo". En la actualidad el consorcio se muestra preocupado por retrasos tanto en el teatro Real, dependiente del Ministerio de Cultura, como en el Palacio de Villahermosa.

De los 1.200 actos previstos para organizar en 1992, en los que se gastar¨¢n entre 10.000 y 15.000 millones de pesetas, el consorcio asegura tener cerrados ya, con fecha, patrocinador y pr¨¢cticamente horario definitivo, entre 700 y 800. Los dem¨¢s se definir¨¢n antes del verano, a la espera de los ajustes l¨®gicos de ¨²ltima hora. "Queda suficiente tiempo", afirma Gonz¨¢lez.

No queda tanto tiempo para la Federaci¨®n Regional de Asociaciones de Vecinos. "Para nosotros es tarde, sobre todo para el impulso que quer¨ªamos dar a los circuitos culturales paralelos y a los movimientos de voluntariado cultural", dice Jos¨¦ Molina, su portavoz.