El instrumento m¨¢s amado por Mozart

Al doctor Tomatis le han preguntado centenares de veces por qu¨¦ s¨®lo utiliza m¨²sica de Mozart para estimular el sentido de la escucha en sus tratamientos. Finalmente se decidi¨® a escribir un libro para explicarlo, y sus argumentos encajan perfectamente con las teor¨ªas que ¨¦l mismo ha tejido sobre el origen del mundo de las relaciones."He comprobado durante muchos a?os que la m¨²sica de Mozart es la que da mejores resultados. En ?frica, en Alemania, donde sea. Y esto es porque Mozart tuvo la suerte de estar en un ¨²tero feliz y con un padre fant¨¢stico".

El otorrinolaring¨®logo siempre ha insistido en que, "si el hombre ama a su mujer, el sonido del afecto se transmite hasta el feto" y recuerda que la palabra Amor, en hebreo, significa "te hablo y soy tuyo". Parece ser la ¨²nica f¨®rmula posible para atravesar una barrera de 110 decibelios que protege al embri¨®n de los disturbios del entorno. Nuestra suerte, a juicio de este doctor, es que Mozart filtrara la m¨²sica tempranamente en su sistema neurol¨®gico.

Sonidos arm¨®nicos

Tomatis relata que el padre de Mozart era a su vez compositor y que, por ello, quiso transmitir lo mejor a su hijo. "Esto condicion¨® que su sistema nervioso no fuera perturbado por la mala m¨²sica y que se derarrollara con armon¨ªa".

"Si nos fijarnos", contin¨²a explicando el especialista franc¨¦s", "no hay un solo defecto arm¨®nico en la m¨²sica de Mozart. Siempre hay un ritmo joven. Realmente, ¨¦l siempre fue un joven, aunque con un coraz¨®n cansado que lat¨ªa a 120 pulsaciones por minuto".

Estas circunstancias, seg¨²n Tomatis, explican la sensaci¨®n de bienestar y la hiperactividad que produce escuchar la m¨²sica del genial compositor de Salzburgo, en el oyente en general y especialmente en los pacientes tratados con ella.

Despu¨¦s de 45 a?os de utilizarla y de llegar a amar profundamente cada una de sus notas, Alfred Tomatis ha llegado a la conclusi¨®n de que no era el plano, ni el viol¨ªn los intrumentos que Mozart dominaba mejor. "El intrumento que mejor toc¨® Mozart fue el cuerpo humano", concluye satisfecho.