El Madrid acept¨® el agobio del Sporfing
El Real Madrid acab¨® asumiendo que para ganar deb¨ªa agobiarse. Es decir, deb¨ªa, permitir al Sporting que controlase el juego del centro del campo. El equipo blanco se regal¨® el primer tiempo para hacer los goles y dar espect¨¢culo; y la segunda parte la dej¨® para el vecino, en este caso el vecino de la clasificaci¨®n y el principal contrincante en la lucha porjugar la temporada que viene una competici¨®n europea. As¨ª, una vez anotados los dos goles de Butrague?o el partido se hizo lento, pesado, cansino, corno si blancos y rojiblancos se hubieran paralizado, por el primer sol de mayo.Tal vez el cambio de actitud del Madrid, que ya se ven¨ªa barruntando, tuvo como principal culpable una jugada en la que Tendillo cort¨® con alegr¨ªa y sali¨® veloz al ataque; el bal¨®n que deb¨ªa haberle llegado de nuevo se perdi¨® por el camino y toda la defensa qued¨® en si tuaci¨®n desairada, con el calor que hac¨ªa. El sportinguista Emilio aprovech¨® el lujoso pa sillo y se person¨® en la frontal, pero tan sorprendido' estaba que se qued¨® sin fuerzas y le sali¨® un tir¨ªn, lo que los casti zos llaman un chorrito. Era el minuto 10 de la segunda parte, y hasta ah¨ª llegaron las bro mas. Desde ese momento, al gunos elementos del encuentro (el Madrid, el Sporting y Hagi) tuvieron dos partes.
El cornienzo fue prometedor para Hagi. Parec¨ªa otro: buscaba a sus compa?eros cada vez que le llegaba la pelota. 0 cada vez que la robaba, lo que ocurri¨® a menudo. Organiz¨® los dos ataques que dieron paso a los goles; sali¨® a presionar a los defensas, pele¨®. Realmente, se sud¨® los aplausos. Como si alguien le hubiera dicho que Maturana estaba vi¨¦ndole. Pero la segunda parte tambi¨¦n cambi¨® para ¨¦l. Se reconvirn¨® en su Figura anterior y de nuevo neg¨® el pase f¨¢cil y arriesg¨® con el dif¨ªcil. Cambi¨® su programa, y siempre que regresa a su autismo de principios de temporada acab¨® tomando decisiones equivocadas, como si Maturana ya se hubiera ido del estadio.
Tambi¨¦n comenz¨® bien el Madrid. Muy ordenado y con Butrague?o mostr¨¢ndose muy creativo, mientras que Michel compraba suelo en la banda derecha. El Sporting se obsesion¨® con defenderse y solamente fabric¨® una ocasi¨®n clara en la primera parte. En la segunda fue otra cosa. Se orden¨® m¨¢s arriba, marc¨® un gol, dispuso de media hora para empatar el partido y -casi lo consigui¨®.
Dos jugadores del Madriden cambio no registraron dife rencla en estas dos fases: Aldana y Butrague?o. Aldana estuvo torp¨®n y lento, y fue pitado varias veces. Butrague?o, en cambio, hizo seis jugadas de rnaestro: el segundo gol, un pase a Aldana que ¨¦ste desaprovech¨®, un pase a Villarroya, que no lo entendi¨®; un env¨ªo vertical de nuevo a Villarroya en el que ¨¦ste, que tuvo tiempo incluso de hacer apuestas con el portero, devolvi¨® de nuevo incomprensiblemente hacia atr¨¢s, y dos regates secos en el ¨¢rea tras los que acab¨® derribado. Salvo Hagi, a rachas, y Michel, sus compa?eros no le siguieron en ese nivel de juego. Es una l¨¢stima que el juvenil Alfonso, devuelto al Real Madrid Deportivo para intentar e? ascenso a Segunda, no haya podido disfrutar de estos partidos para descifrar cuanto antes si puede unirse a esa sociedad de talentos.
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