Una atm¨®sfera campestre
Andan revueltos en Glyndebourne con la construcci¨®n de un nuevo teatro que ocupar¨¢ la situaci¨®n del actual, pero desplazado 180 grados. El proyecto costar¨¢ 32,5 millones de libras esterlinas (unos 6.000 millones de pesetas) y se realizar¨¢ desde el oto?o de 1991 hasta la primavera de 1994, suspendi¨¦ndose ¨²nicamente la edici¨®n de 1993. Con ello, la capacidad actual, 830 asientos (el teatro originalmente ten¨ªa 300 sillas), aumentar¨¢ a 1.150 localidades.Ver ¨®pera en Glyndebourne es una experiencia totalmente distinta a cualquier otro sitio. De entrada, el teatro pertenece a una casa privada y se encuentra en plena campi?a inglesa, a unos 80 kil¨®metros al sur de Londres, en un bell¨ªsimo lugar con vacas, ovejas o patos y con unas inmensas praderas y jardines donde los espectadores se traen sus pic-nic en cestas de mimbre y peque?as neveras. El ¨²nico ruido, adem¨¢s del de los p¨¢jaros, lo producen las botellas de champa?a en el descorche.
Se puede tambi¨¦n circular por el interior de la casa de los Christie y sentarse en sus sillones. Hay dos espacios habilitados como comedores -uno de lujo; otro, un autoservicio- para la cena durante el descanso de las funciones, un descanso largo, hora y media, que lleva a que empiecen las representaciones sobre las cinco de la tarde para que puedan regresar a Londres la gran mayor¨ªa de los espectadores a una hora prudente.
El alojamiento m¨¢s cercano se encuentra en Ringmer, a unos 2,5 kil¨®metros de Glyndebourne, un modesto hotel de ocho habitaciones con un restaurante chino de cocina cantonesa y de Schezuan.
El festival (al que apoya una enorme lista de patrocinadores privados) se complementa con una gira de octubre a diciembre por varias localidades inglesas e irlandesas. Las producciones m¨¢s relevantes del Festival de Glyndebourne son editadas en disco compacto o v¨ªdeo para su difusi¨®n mundial.
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