Las mejores voces j¨®venes cantan a Mozart
El Festival de ¨®pera de Glyndebourne (Reino Unido) sigue fiel a Mozart desde su creaci¨®n en 1934. La frase de su fundador, John Christie: "Hacer no el mejor festival que podamos, sino el mejor del mundo" fue toda una declaraci¨®n de intenciones. Glyndebourne ahora no es solamente un ejemplo, sino un punto de referencia. Con una reposici¨®n de Las bodas de F¨ªgaro, con montaje de Peter Hall, y una nueva producci¨®n de Cos¨¬ fan tutte a cargo de Simon Rattie y Trevor Nunn, con un reparto lleno de voces j¨®venes, ha dado comienzo la semana pasada la 57 edici¨®n del Festival.
Estas dos ¨®peras son, curiosamente, las mismas con las que el carism¨¢tico director Fritz Busch inaugur¨® el primer festival de Glyndebourne hace 57 a?os. Hasta el 23 de agosto se representar¨¢n Idomeneo, La demencia de Tito, La flauta m¨¢gica y Don Giovanni; despu¨¦s del verano les tocar¨¢ el turno a La finta giardiniera y The jewel box, el nuevo mozart montado por el cr¨ªtico Paul Griffiths en la Opera North, del que se habla en todo el Reino Unido.Tanto en Las bodas como en Cosi, el foso ha sido ocupado por la Orquesta del Siglo de las Luces, con instrumentos originales. Su sonoridad y su concepto interpretativo han sido realmente extraordinarios, un descubrimiento. Di¨¢fana, ordenada y llena de matices con Andrew Davis; en¨¦rgica, vital, contrastada e intimista con Simon Rattle.
La puesta en escena fue tradicional en Las bodas, pero llena de detalles y de acciones secundarias, con ese especial sentido de la claridad que tienen los mejores directores teatrales brit¨¢nicos. La acci¨®n del Cosi se traslad¨® a un barco, idea brillante y audaz que Trevor Nunn desarroll¨® con finura e imaginaci¨®n. El humor sal¨ªa a flote continuamente; el marco enriquec¨ªa las situaciones. En ambos casos, los cantantes estuvieron magn¨ªficos como actores. La ¨®pera funcionaba como teatro, como gran teatro.
Voces j¨®venes
La apuesta de Glyndebourne por las voces j¨®venes ha sido una de las caracter¨ªsticas fundamentales del festival a lo largo de su historia. Por aqu¨ª han pasado en los comienzos de sus carreras art¨ªsticas cantantes como Birgit Nilsson (1951, Electra), Richard Lewis (1951, 1952, 1953, Idomeneo), Elisabeth Grummer (1956, llia), Pilar Lorengar (1956, 1957, 1960, Panina), Teresa Berganza (1958, Cherubino), Joan Sutherland (1960, Do?a Ana), Mirella Freni (1960, Zerlina), Luciano Pavarotti (1964, Idamante), G¨²ndula Janowitz (1964, llia), Montserrat Caball¨¦ (1965, Condesa), Edita Gruberova (1973, Reina de la Noche), Frederica von Stabe (1973, Cherubino), Kiri Te Kanawa (1973, Condesa), lleana Cotrubas (1973, Susana), Samuel Ramey (1976, F¨ªgaro), por citar algunos ejemplos al azar referidos exclusivamente a personajes de Mozart.
En las representaciones actuales de Cosi destac¨® una jovenc¨ªsima soprano, la brit¨¢nica Amanda Roocroft, una de esas voces que dar¨¢n que hablar en Europa. Su Fiordiligi fue espl¨¦ndida en timbre, musicalidad, trinos, emisi¨®n, l¨ªnea y profundidad. Todo ello, a pesar de que se lleg¨® a temer por una falta de concentraci¨®n debido a un incidente surgido en los ensayos. El caso es que David Ellis, miembro del coro y amigo de Amanda durante los tres ¨²ltimos a?os, consider¨® que el tenor mozartiano norteamericano Kurt Streit (Ferrando) se pasaba en la duraci¨®n de un beso con Amanda Roocroft dentro de la representaci¨®n. Lleno de celos, una vez fueera del escenario, arremeti¨® contra el tenor, que acab¨® con sus huesos en el suelo, teniendo que ser intervenido en un hospital de Brighton, donde le tuvieron que dar dos puntos cerca del ojo. Para calmar los ¨¢nimos, la direcci¨®n opt¨® por eliminar la presencia del impetuoso caballero en el coro, una vez que hab¨ªa pedido las pertinentes disculpas, ofreci¨¦ndole actuar en el pr¨®ximo Idomeneo. As¨ª las cosas, el tenor cant¨® con correcci¨®n, y la soprano estuvo radiante.
En el mismo Cosi son de subrayar tambi¨¦n las composiciones que de sus personajes hicieron el bar¨ªtono Claudio Desderi como Don Alfonso (un cl¨¢sico ya en este papel) y la soprano norteamericana Gianna Rolandi, una Destina graciosa y descarada, de vuelta de todo. En cuanto a Las bodas, sobresali¨® tambi¨¦n una cantante muy joven, la brit¨¢nica Alison Hagley, como Susanna, con una voz cristalina, de buenas maneras y estupenda t¨¦cnica.
El equilibrio orquesta-escenavoces no es f¨¢cil de conseguir, y menos en unas obras tan frecuentadas y dif¨ªciles como las aqu¨ª comentadas. Un conocido cr¨ªtico no brit¨¢nico me dec¨ªa en un intermedio que hab¨ªa presenciado las recientes Bodas del Metropolitan de Nueva York repletas de primeras figuras (Kiri Te Kanawa, Ramey) y que sin embargo no alcanzaban ni con mucho el nivel de calidez y emoci¨®n de las aqu¨ª presenciadas. Lo creo. Glyndebourne supone una manera diferente de acercarse a la ¨®pera: natural, global, mimada, meticulosa, profesional y con muchas horas de trabajo. Los resultados son sorprendentes. Como afirmaba un cr¨ªtico latino: "Es igual lo que hagan y qui¨¦n cante; siempre les sale bien". Por eso cuando se interpreta a Mozart, las vacas de los alrededores se acercan a pastar a las proximidades del teatro.
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