El desplome de la 'gran ciencia'
Tormenta en Europa y Jap¨®n ante la falta de fondos para la estaci¨®n espacial de EE UU
La posibilidad de que Estados Unidos abandone totalmente la idea de poner una estaci¨®n espacial en ¨®rbita ha provocado una tormenta diplom¨¢tica entre las grandes potencias, ya que Jap¨®n y Europa iban a participar en el proyecto. El tema espacial es indicativo de la crisis de los megaproyectos cient¨ªficos, que han ca¨ªdo en desgracia por falta de dinero y de rentabilidad. Cualquiera de estos proyectos tiene un coste superior al bill¨®n de pesetas.
La decisi¨®n, el pasado 16 de mayo, de una subcomisi¨®n de la C¨¢mara de Representantes de Estados Unidos de borrar del presupuesto de la NASA para el pr¨®ximo a?o fiscal la cantidad destinada a la estaci¨®n espacial permanente Freedom ha sembrado el nerviosismo entre los socios europeo y japon¨¦s del proyecto.Aunque el Gobierno de Bush ha manifestado su decisi¨®n de defender la estaci¨®n en los siguientes pasos del largo camino presupuestario, esta "broma pesada", como la definen ya en la Agencia Europea del Espacio (ESA) planea sobre las actuales discusiones en torno al programa espacial europeo a medio y largo plazo. De hecho, la semana pasada, los 13 pa¨ªses miembros de la ESA decidieron posponer hasta noviembre la conferencia de nivel ministerial, prevista para julio, en la que deben decidir las fases siguientes de los principales programas a largo plazo de la agencia, los m¨®dulos orbitales Columbus y el transbordador espacial Hermes.
Problemas internos
Adem¨¢s de la crisis internacional, la ESA se enfrenta a problemas internos, ya que Alemania est¨¢ intentando rebajar su contribuci¨®n, fundamental, al programa Hermes. En la cumbre franco-alemana que finaliz¨® el pasado jueves, sin embargo, Kohl y Mitterrand manifestaron su apoyo al programa espacial europeo a largo plazo, aunque el comunicado final recogi¨® tambi¨¦n la necesidad de tener en cuenta las limitaciones financieras de los estados miembros.
Espa?a es uno de los pa¨ªses que ha pedido el aplazamiento de la reuni¨®n de los ministros. La causa ha sido la indefinici¨®n sobre c¨®mo se van a cubrir, los gastos de la infraestructura en ¨®rbita y en tierra entre misiones y durante ellas. Vicente G¨®mez, delegado de Espa?a en ESA, reconoce, sin embargo, que el tema de la estaci¨®n espacial norteamericana ha planeado y seguir¨¢ haci¨¦ndolo sobre las reuniones preparatorias, aunque no figura en la agenda oficial: "En la agencia se cree que no es posible que Estados Unidos no haga la estaci¨®n Freedom porque hay un acuerdo internacional de por medio". Aunque la ESA piense que el traspi¨¦s presupuestario en Estados Unidos se debe a cuestiones pol¨ªticas internas, su director general, el franc¨¦s Jean Marie Luton, se ha apresurado a enviar una carta a la NASA protestando en¨¦rgicamente por el tema.
La protesta de Jap¨®n, que ya ha destinado 2.000 millones de d¨®lares (200.000 millones de pesetas) a su laboratorio espacial para la estaci¨®n permanente, ha sido todav¨ªa m¨¢s contundente. El ministro de Asuntos Exteriores y el director de la agencia nacional de ciencia y tecnolog¨ªa han enviado sendas cartas a sus hom¨®nimos estadounidenses en las que afirman que est¨¢ en juego la credibilidad de Estados Unidos en tanto que socio de cualquier proyecto de gran ciencia.
Jap¨®n ya ha amenazado con cancelar su posible participaci¨®n financiera -a decidir este verano- en otro megaproyecto, el superacelerador de part¨ªculas SSC que se va a construir en Tejas con un coste superior al bill¨®n de pesetas. EE UU depende de las contribuciones financieras extranjeras para. construirlo y ¨¦stas no llegan. Aunque la decisi¨®n no se tome este a?o, muchos creen que el proyecto muera pronto por falta de dinero.
Los acuerdos para participar en el megaproyecto de estaci¨®n espacial permanente fueron firmados en 1988 a requerimiento del presidente Reagan entre EE UU, Europa, Jap¨®n y Canad¨¢.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.