El futuro alem¨¢n
LO OCURRIDO en las elecciones regionales de Hamburgo el domingo pasado permite vislumbrar los cambios que se perfilan en el escenario pol¨ªtico de Alemania. La victoria del Partido Socialdem¨®crata Alem¨¢n (SPD), que obtuvo la mayor¨ªa absoluta en el nuevo Parlamento de la ciudad-Estado de Hamburgo y, simult¨¢neamente, el fracaso rotundo del partido del canciller Kohl, la Uni¨®n Cristiana Democr¨¢tica (CDU), que pierde cinco puntos y se queda con un 35%, de los votos, no son fen¨®menos locales. Expresan un cambio profundo de la actitud del electorado alem¨¢n, manifestado reiteradamente en los ¨²ltimos meses. Despu¨¦s de haber dado a Kohl, en diciembre de 1990, una victoria indiscutible, los votantes germanos han perdido confianza en la CDU y han privilegiado en las urnas a su contrincante, el SPD. El dato fundamental que se debe tener, en cuenta es que Hamburgo constituye el tercer fiacaso del canciller Kohl en 1991: en Hesse e incluso en Renania-Palatinado -la patria chica del canciller-, los socialistas han cosechado victorias claras en detrimento de una democracia cristiana en permanente d¨¦scenso.?Cu¨¢les son las causas de esta evoluci¨®n, en la que muchos ven el anuncio de un probable cambio en la direcci¨®n del pa¨ªs? En diciembre, Kohl era el canciller de la unidad. Hab¨ªa realizado lo inalcanzable: el retorno de la RDA al seno de una sola Alemania, a un ritmo rapid¨ªsimo y sin ninguna complicaci¨®n internacional. Es m¨¢s: hab¨ªa prometido que la unidad alemana se llevar¨ªa a cabo sin recargos en los impuestos de la poblaci¨®n occidental. Y ¨¦se fue el tal¨®n de Aquiles de su actual posici¨®n. El hundimiento de la econom¨ªa de Alemania del Este -en parte, a causa de la unificaci¨®n r¨¢pida preconizada por Kohl- ha sido m¨¢s calamitoso de lo previsto. Y Kohl ha tenido que introducir una elevaci¨®n de las cargas fiscales. Lo ha hecho con una reforma tributaria injusta: aboliendo el impuesto sobre el patrimonio y el capital industrial y aumentando en un 7,5% el impuesto general sobre la renta, El SPD defendi¨® una pol¨ªtica m¨¢s pausada en la unificaci¨®n, y ello le supuso perder muchos votos en las elecciones de diciembre pasado. Pero los he chos posteriores han demostrado el acierto de su visi¨®n, como reflejan las urnas.
En esta situaci¨®n conviene observar el papel del partido bisagra por excelencia, el Partido Democr¨¢tico Liberal (FDP). En Hamburgo ha sufrido una perdida sensible: con un 5,4% de los votos se ha salvado por unas d¨¦cimas de quedar eliminado del Parlamento regional. Con toda probabilidad, el SPD -que ha venido gobernando en el gran puerto hanse¨¢tico en coalici¨®n con los liberales- prescindir¨¢ de ¨¦stos ahora que puede gobernar solo. Y no s¨®lo por razones locales. Bj?rn Engholm, que acaba de ser elegido presidente de un SPD profundamente renovado, ha aprovechado los resultados de Hamburgo para invitar a los liberales a "hacer examen de conciencia" y "a decidir por qu¨¦ pol¨ªtica apuestan". En el FDP se han d¨¦finildodos actitudes: una, favorable al retorno a la pol¨ªtica de alianza con el SPD, encabezada por J¨¹gen Mullemann, y la otra, que dirige el conde Lambsdorf, presidente del partido, deseosa de no interrumpir la colaboraci¨®n con la CDU. A todas luces, Hamburgo representa un est¨ªmulo para los sectores partidarios del vuelco hacia la alianza con el SPD.
Una situaci¨®n bastante semejante -si bien de signo opuesto- ha existido en la ¨²ltima etapa del Gobierno encabezado por el socialdem¨®crata Schmidt, en 1982, que se apoyaba en una coalici¨®n con los liberales. Cuando el SPD empez¨® a perder votos y se oscureci¨® el horizonte de la coalici¨®n SPD-FDP surgieron en el seno de este ¨²ltimo las maniobras previas para su paso a una alianza con la democrcia cristiana. Kohl subi¨® al poder, antes incluso de ganar las elecciones generales, gracias al salto de los liberales de una alianza con la izquierda a una con la derecha. Es, en cierto modo, lo propio de un partido bisagra: su capacidad de apertura a diversas opciones gubernamentales. Tras las elecciones de Hamburgo aparecen nuevas posibilidades en el futuro pol¨ªtico alem¨¢n, si bien quedan a¨²n muchos interrogantes.
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