El gal Paulo Figueiredo, condenado en Pau a 15 a?os de prisi¨®n como autor de dos atentados contra etarras

El miembro de los Grupos Antiterroristas de Liberaci¨®n (GAL) Paulo Figueiredo, de nacionalidad portuguesa, fue condenado ayer a 15 a?os de prisi¨®n por el tribunal especial que le juzg¨® en Pau (Francia) y que lo encontr¨® culpable de la ejecuci¨®n de dos atentados que ten¨ªan como objetivo a miembros de ETA. El portugu¨¦s lleva encarcelado ya cinco a?os y medio. El fiscal hab¨ªa pedido 20 a?os de c¨¢rcel, considerando que es "un asesino a sueldo y un simple mercenario". En todo caso, tanto el presidente del tribunal como el fiscal, en su informe final, y el abogado defensor de Figueiredo han dado como probado que los polic¨ªas espa?oles Jos¨¦ Amedo y Michel Dom¨ªnguez contrataron a Figueiredo y a otros portugueses y organizaron los atentados.

En contra de lo que anunci¨® ayer el presidente del Tribunal, no le ha pedido a Figueiredo que hiciera una nueva identificaci¨®n en fotograf¨ªas de Amedo y Dom¨ªngez. La raz¨®n es que esa petici¨®n hab¨ªa sido planteada por la acusaci¨®n particular, cuyos miembros abandonaron ayer la sala de juicio y no han vuelto en protesta por la denegaci¨®n de un testigo.Jos¨¦ Amedo se ha convertido en el gran ausente del juicio. Las referencias del pasado al polic¨ªa espa?ol, vagas o puntuales, se han transformado para los jueces galos en una evidencia.

Amedo ha salido muy mal parado del Palacio de Justicia de Pau, con independencia del resultado de su propio proceso en Madrid. El testimonio reiterado y fiable de Figueiredo le convierte en responsable por inducci¨®n de los dos atentados confesados por el mercenario portugu¨¦s, contra los bares Batxoki y La Consolation, con el resultado de ocho heridos graves en total.

El subcomisario, adem¨¢s, ayud¨® a Figueiredo a pasar ilegalmente la frontera hispano-portuguesa gracias a su documentaci¨®n oficial y en su propio autom¨®vil, le facilit¨® en una hora un DNI falso en Bilbao, a nombre de Manuel Sousa Quintela, y entreg¨® en Ir¨²n (Guip¨²zcoa) al grupo de portugueses tres pistolas flegales con los n¨²meros de serie borrados.

Pistolas de Andorra

Una de las pistolas, una Walter P5 alemana, forma parte de un lote de 10 vendido ilegalmente en 1985 por la armer¨ªa Rosell, de Andorra. El comprador, seg¨²n la documentaci¨®n judicial francesa, "pudo ser un alto funcionario espa?ol", el entonces teniente coronel de la Guardia Civil Rafael Masa. Este hecho, negado por Masa, no ha podido ser probado todav¨ªa.

La implicaci¨®n de Amedo en la organizaci¨®n y direcci¨®n de los GAL es tan evidente para los magistrados de Pau que uno de los fiscales se refiri¨® ayer a la organizaci¨®n terrorista anti ETA como un grupo de "defensa de los intereses espa?oles en territorio franc¨¦s". El mismo fiscal pregunt¨® a Figueiredo si se siente un mercenario "en el sentido no despectivo del t¨¦rmino", es decir, como un combatiente retribu¨ªdo al servicio de un pa¨ªs ajeno. Figueiredo lo neg¨® e insisti¨® en que siempre crey¨® realizar una misi¨®n cuasi oficial por cuenta del subcomisario. Amedo, seg¨²n el portugu¨¦s, es autoritario e inspiraba confianza acompa?ada de una cierta amenaza. La comparecencia como testigo del presunto miembro del comando itinerante de ETA Frederic Haramboure suscit¨® una pol¨¦mica con el fiscal. Al ser preguntado por su profesi¨®n, el testigo contest¨® "preso pol¨ªtico vasco". Haramboure termin¨® admitiendo que est¨¢ acusado de participar en atentados sangrientos en Espa?a pero, dijo, "en base a testimonios arrancados a un amigo [Henri Parot] con torturas".

Tambi¨¦n declar¨® como testigo Jos¨¦ Ram¨®n L¨®pez de Abechuco, considerado un dirigente de ETA por la polic¨ªa espa?ola. El era el principal objetivo designado por Amedo al grupo de mercenarios portugueses.

Igual que Haramboure, L¨®pez de Abechuco asisti¨® el mi¨¦rcoles al juicio custodiado por la polic¨ªa. Por la tarde decidieron retirarse con sus abogados para protestar por la negativa del tribunal a aceptar como testigo a Jean Marc Dufourg, ex polic¨ªa autor de un libro donde describe complicidades de algunos responsables de Par¨ªs con el GAL.