Ingeniero en Varsovia, obrero en M¨®stoles
Miles de polacos viven en la regi¨®n subempleados y en situaci¨®n irregular
Aleksander sali¨® hace tres veranos de su casa de Lublin (Polonia) con un billete de vacaciones para Espa?a, una bolsa medio vac¨ªa y tres ideas bien claras: qu¨¦ dejaba, d¨®nde iba y que no pensaba regresar a su pa¨ªs. Su mujer, Teresa, y sus hijos, Sylvia y Sebastian, se reunieron con ¨¦l seis meses m¨¢s tarde. Desde entonces subsisten en Madrid gracias al mercado negro del trabajo, mientras esperan legalizar su situaci¨®n. Como ellos, cerca de 5.000 polacos -el 75% en la regi¨®n- viven en Espa?a en situaci¨®n irregular.
La vida en Polonia es muy dura. Yo trabajaba como delineante y mi marido como carpintero cuenta Teresa, de 35 a?os. "Los dos sueldos se nos iban en comprar comida. Limpiando casas en Espa?a se gana m¨¢s". Bozena tambi¨¦n limpia casas. En Varsovia era profesora de educaci¨®n f¨ªsica. Hace un a?o lleg¨® a Madrid con su hija Magda, de 11 a?os, y su compa?ero Marek, de 30. Durmieron cuatro d¨ªas al raso en Alcal¨¢ de Henares, hasta que unos compatriotas les ayudaron a conseguir trabajo.Maciek tiene 26 a?os. Es abogado y se gana la vida como butanero desde que lleg¨®, hace dos a?os. De cada bombona que sube obtiene 32 pesetas y las propinas.
La mayor¨ªa de los polacos que viven en Espa?a han dejado su pa¨ªs por motivos econ¨®micos. Sin embargo, aqu¨ª solicitan asilo pol¨ªtico para obtener ayuda econ¨®mica y jur¨ªdica. En 1990, m¨¢s de 3. 100 pidieron asilo en Espa?a, hasta acaparar el 3 1 % de todas las peticiones presentadas.
Aleksander, Teresa y sus hijos consiguieron autom¨¢ticamente el estatuto de refugiados hace tres a?os. Alegaron que eran perseguidos en su pa¨ªs por ser cat¨®licos y pertenecer al sindicato Solidaridad. La victoria de Lech Walesa signific¨® para ellos convertirse en inmigrantes econ¨®micos indocumentados.
'Cintur¨®n de cerdo'
El pasado febrero los polacos quedaron excluidos, por orden del Ministerio de Asuntos Sociales, de los programas de ayuda a refugiados de la Cruz Roja. "No tenemos ning¨²n tipo de asistencia m¨¦dica y se nos proh¨ªbe trabajar", dice Aleksander, ense?ando su identificaci¨®n: un pedazo de papel con su foto, que ha de mostrar a la polic¨ªa cada tres meses y que ellos llaman swinski pasek, cintur¨®n de cerdo.La mayor¨ªa de estos polacos vive en la zona sur de Madrid: en Getafe, Pinto, M¨®stoles, Alcorc¨®n... Quieren legalizar su situaci¨®n para acabar con la sensaci¨®n de tr¨¢nsito que les impide comprarse un televisor o una lavadora, "porque nunca sabes si te echar¨¢n al d¨ªa siguiente". Su aspecto f¨ªsico les protege de las sospechas de la polic¨ªa, pero no les deja a salvo, sin embargo, de los abusos laborales. Marco, de 37 a?os, es ingeniero qu¨ªmico, pero trabaja como pe¨®n.
Guillermo da Cunha, representante en Espa?a del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), admite la existencia de un vac¨ªo legal para los inmigrantes a los que un accidente de la historia ha convertido de exillados pol¨ªticos en extranjeros en busca de trabajo.
El plazo abierto por el Gobierno para la regularizaci¨®n de los inmigrantes -del 10 de junio al 10 de diciembre- les ha dado nuevas esperanzas. Los polacos no est¨¢n organizados en ning¨²n tipo de comunidad, pero todos los domingos, a las cinco de la tarde, se re¨²nen en la iglesia de San Mart¨ªn, a espaldas de la Gran V¨ªa. Despu¨¦s del servicio religioso, ¨²nico que se oficia en polaco y al que asisten unas 400 personas, hay una reuni¨®n para hablar de la regularizaci¨®n. La mayor¨ªa no sobrepasa los 35 a?os. Unos 20 ni?os corretean por el sal¨®n. .
El capell¨¢n de la iglesia, Stanislaw Demski, explica los requisitos legales, da direcciones y tel¨¦fonos y se esfuerza por aconsejar cada uno de los casos individuales que le cuentan. "Muchos s¨®lo vienen a la iglesia para que les explique lo que tienen que hacer con los papeles-, contin¨²a el padre Demski.
?Volver? "No", dice Sebastian, el hijo de nueve a?os de Teresa. Quiere ser piloto o futbolista "como Buyo". Su madre lo mira y dice: "Me quedar¨¦ con mis hijos lo que sea necesario, pero quiero morir en Polonia".
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