?Quien reemplazar¨¢ a los americanos?
M¨¢s de mil espa?oles que trabajan en la base de Torrej¨®n se interrogan sobre su futuro
El municipio de Torrej¨®n de Ardoz, a unos 20 kil¨®metros de Madrid, vive desde hace tiempo una extra?a sensaci¨®n, Sus habitantes observan casi impasibles la marcha -incre¨ªble para muchos- de las fuerzas norteamericanas estacionadas en la base de utilizaci¨®n conjunta: una ciudad estadounidense dentro del recinto militar que ha ido perdiendo esplendor con el paso del tiempo y en la que prestan sus servicios m¨¢s de mil espa?oles.
El futuro de los empleados espa?oles que trabajan bajo las ¨®rdenes de los norteamericanos no se presenta nada halag¨¹e?o seg¨²n ellos. Sueldos dignos y buenas condiciones de trabajo no se ver¨¢n compensados por el Gobierno espa?ol cuando se cumpla el lema de protesta mil veces coreado: Yanquis, go home.
No s¨®lo les preocupa la inseguridad del empleo, sino las consecuencias econ¨®micas y psicol¨®gicas que este cambio acarrear¨¢. Decoradores, cajeras, empleados de tiendas, rellenadores de m¨¢quinas de bebidas, bomberos, pintores, titoreros y personal m¨¢s cualificado tendr¨¢n problemas para incorporarse a los puestos que ofrece el Ministerio de Defensa.
A pesar de que Defensa ha reiterado que recolocar¨¢ a todos los trabajadores, Eduardo Gavil¨¢n -un sevillano de 58 a?os que comenz¨® a trabajar en la base hace 35 como encarga do de un taller mec¨¢nico- dice que no existe el puesto que desempe?a actualmente. Responsable de 10 trabajadores, es el jefe del ¨¢rea del servicio de mantenimiento y relleno de 250 m¨¢quinas expendedoras de bebidas, golosinas y comidas, que est¨¢n repartidas por toda la base. Afirma trabajar "muy a gusto con los americanos", pero a?ade: "No ten¨ªan que haber venido nunca; ning¨²n extranjero debe establecer bases militares en nuestro pa¨ªs".
"Sueldo de mendigo"_
Vive en el Soto de La Moraleja, ha adaptado su forma de vida a sus ingresos y est¨¢ muy preocupado por su cotizaci¨®n a la Seguridad Social. Aceptar el "sueldo de mendigo" que ofrece Defensa puede perjudicarle seriamente, dice. Si todo transcurre como le han indicado sus jefes norteamericanos, continuar¨¢ trabajando al menos este a?o; despu¨¦s se quedar¨¢ en el paro hasta que se jubile.
Mar¨ªa del Carmen Dom¨ªnguez, en cambio, se muestra m¨¢s optimista y a¨²n conf¨ªa en que Defensa "siga contando con las personas". Tras un examen entr¨® a trabajar en la base en 1960 como cajera del club de oficiales. En la actualidad es jefa de cajeras y cree que no tendr¨¢ problemas de adaptaci¨®n en otro puesto similar en la Administraci¨®n espa?ola, aunque la contabilidad americana es muy diferente.
Realista, asegura que las mujeres, "sobre todo entradas en la recta de los 50 a?os", tienen muchas dificultades a la hora de encontrar trabajo en las empresas privadas y "ya no se puede ir a la aventura". Ahora reflexiona sobre "la equivocaci¨®n" cometida a?os atr¨¢s al quedarse a trabajar en la base. No quiere saber nada de pol¨ªtica ni opina sobre la conveniencia de que los americanos se marchen de Espa?a.
La mayor¨ªa de los trabajadores espa?oles no tienen sentimientos antiamericanos, m¨¢s bien al contrario, aunque las relaciones laborales han ido deterior¨¢ndose desde hace dos a?os. Los norteamericanos achacan a los espa?oles que quieren expulsarles de la base". Las categor¨ªas del 30% del personal laboral local -como se conoce a los empleados espa?oles- no son asimilables a las de Defensa, ya que ¨¦stas fueron redactadas por los norteamericanos.
Los trabajadores que pueden encontrarse m¨¢s problemas en sus nuevos destinos, a juicio de ¨¦stos, ser¨¢n los que tengan una alta cualificaci¨®n y los oficiales administrativos, que trabajan de decoradores, cajeras o rellenadores de m¨¢quinas.
Este es el caso de Alberto Manuel Fern¨¢ndez, de 47 a?os, casado y con cinco hijos. Trabaja en la base desde 1982 y desconoce si su ocupaci¨®n tiene cabida en Defensa. Por sus manos pasa todo tipo de ropa que debe clasificar en la tintorer¨ªa para posteriormente lavarla. Cree que podr¨¢ adaptarse a otra ocupaci¨®n, pero con problemas.
Leonardo Rueda Valero, de 59 a?os, camarero, uno de los cuatro primeros despedidos en la base, llevaba 33 a?os trabajando con los norteamericanos y no ha visto recogida su categor¨ªa hasta este a?o. "Defensa nos ten¨ªa catalogados como cocineros de primera o de segunda". Prefiere jubilarse como parado antes que "trabajar casi gratis".
Bomberos de toda Espa?a se han interesado por sus colegas de la base de Torrej¨®n.
Cruz Dom¨ªnguez Barrios lleva 19 a?os en el parque y asegura haber rechazado "alguna que otra oferta". Ahora, con sus 41 a?os, se muestra pesimista sobre su futuro, sobre todo por las diferencias que existen entre los m¨¦todos de trabajo y los medios entre el parque de Torrej¨®n y el resto de los espa?oles.
No quiere cambiar de oficio, por lo que, de no tener la recolocaci¨®n como bombero, dejar¨ªa el ministerio para irse a un parque de otro organismo. Sabe que las condiciones econ¨®micas y de trabajo ser¨¢n peores. No se vanagloria de ello, pero reconoce que la preparaci¨®n impartida por los norteamericanos, con frecuentes cursillos, supera la de los bomberos espa?oles.
Alegr¨ªa y preocupaci¨®n
El resto de los ciudadanos de Torrej¨®n ve la marcha de los norteamericanos con una mezcla de alegr¨ªa y preocupaci¨®n. Alegr¨ªa por el hecho de "vivir sin el ruido de los aviones y el peligro que ello supone", algo que a buen seguro se les har¨¢ extra?o al principio, y preocupaci¨®n porque desconocen todav¨ªa las intenciones de Defensa sobre la base a¨¦rea. La inmensa mayor¨ªa reconoce que los aviones seguir¨¢n sobrevolando sus cabezas.
En cuanto a los beneficios que los militares norteamericanos aportan al municipio, casi nadie, ni Ayuntamiento ni ciudadanos, cree que se pierda demasiado con su vuelta a Estados Unidos.
Si hace a?os los soldados reportaban beneficios a determinados sectores de la poblaci¨®n, en la actualidad son m¨¢s los inconvenientes que tienen que soportar. Torrej¨®n, conocido por acoger la base, las marchas anti-OTAN y ser la sede de numerosas protestas antib¨¦licas, vot¨® mayoritariamente a favor de la entrada de Espa?a en la OTAN.
EE UU despedir¨¢ a 58 empleados en julio
Cincuenta y ocho trabajadores espa?oles de la base a¨¦rea de utilizaci¨®n conjunta de Torrej¨®n de Ardoz, adem¨¢s de los cuatro ya despedidos, dejar¨¢n de percibir sus honorarios desde el pr¨®ximo d¨ªa 2 de julio, seg¨²n les han comunicado sus jefes norteamericanos.La situaci¨®n, calificada de dram¨¢tica por los miembros del comit¨¦ de empresa de la instalaci¨®n militar, puede agravarse a¨²n m¨¢s con la salida del primer contingente de tropas norteamericanas el pr¨®ximo d¨ªa 28 de junio, y que supondr¨¢ la petici¨®n de que otros 200 trabajadores de la base madrile?a queden sin empleo.
Jos¨¦ Enrique Serrano, director general de Personal del Ministerio de Defensa, asegur¨® a los miembros del comit¨¦ de empresa de la Uni¨®n General de Trabajadores (UGT), con los que mantuvo ayer una reuni¨®n, que la reducci¨®n del personal espa?ol de la base "va a sufrir un fuerte aceler¨®n" a partir de este verano.
600 antes de 1992
Julio Gonz¨¢lez, presidente del comit¨¦ de empresa, afirm¨® que la cifra que ellos barajan en la actualidad, y que coincide con las previsiones de los norteamericanos, ronda las 600 peticiones de despido antes de Finalizar el presente a?o.
El presidente del comit¨¦ de empresa asegur¨® tambi¨¦n que la situaci¨®n puede llegar a empeorar debido al traslado de Jos¨¦ Enrique Serrano, que deja su puesto en Defensa, lo que puede originar un par¨®n en las negociaciones durante el verano.
Los 58 trabajadores que dejar¨¢n de cobrar el pr¨®ximo 2 de julio pueden pasar directamente al paro al estar rotas las negociaciones con Defensa. Por ello, no podr¨¢n beneficiarse del acuerdo alcanzado para los cuatro primeros empleados despedidos, que contin¨²an cobrando el sueldo del Ministerio de Defensa aunque no desempe?an ning¨²n trabajo.
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