El Psiqui¨¢trico de Le¨®n

En la p¨¢gina 30 del diario EL PA?S del 13 de junio de 1991 aparece la fotografia de un paciente del hospital psiqui¨¢trico de Santa Isabel, en Le¨®n, con una pelota en la mano izquierda, un cerdito de pl¨¢stico en la derecha, atado por el tobillo y la mu?eca a la cama y con una expresi¨®n mezcla de resignaci¨®n y dolor. Es la m¨¢s pat¨¦tica expresi¨®n de la locura.Electrochoques sin anestesia, camisas de fuerza plastificadas, pacientes atados a los radiadores y a las camas, suicidios, accidentes mortales, son algunos de los hechos cotidianos que se dan en este hospital.

Aunque ¨¦sta sea una situaci¨®n excepcional, la gravedad de los hechos impone una r¨¢pida y eficaz investigaci¨®n por parte de las autoridades sanitarias y la puesta en pr¨¢ctica de las medidas que resuelvan la situaci¨®n de indignidad y de tortura psicol¨®gica y fisica a la que se ven sometidos unos seies humanos que, por su debilidad, deber¨ªan estar especialmente protegidos y cuidados por esta "maravillosa sociedad del bienestar y el consumo" en que vivimos.

La investigaci¨®n no deber¨ªa quedarse en este centro. ?En cu¨¢ntos m¨¢s se dan algunas de las dram¨¢ticas situaciones que describe el reportaje? ?En cu¨¢ntos se mezclan enfermos con psicosis y neurosis graves con personas con s¨ªndrome de Down, oligofrenias, retrasos intelectuales, etc¨¦tera, m¨¢s propios de centros ocupacionales, centros especiales de empleo, etc¨¦tera, que de hospitales psiqui¨¢tricos?

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Vivimos en un sistema en el que predomina un concepto de salud que se define en la pr¨¢ctica (aunque en la teor¨ªa se hagan grandilocuentes declaraciones sobre la prevenci¨®n, la salud comunitaria, etc¨¦tera) por la atenci¨®n a lo patol¨®gico. Un sistema que no se ocupa de aspectos cotidianos de una normalidad -su puesta salud- que se sufre, pero no se cuestiona.-