Brahms, Mozart, Pedrell
El inter¨¦s del p¨²blico granadino por los conciertos del ciclo Brahms ha sido creciente, pues no en vano la Gewandhaus es una gran orquesta cuya existencia se remonta a 250 a?os. No siempre las orquestas son capaces de mantener la tradici¨®n de su estilo. Sin embargo, en el caso de la de Leipzig nos quedan la dulzura, pastosidad y densidad de esa magn¨ªfica cuerda que responde, todav¨ªa hoy, a criterios mendelssohnianos, pues fue con el autor de El sue?o de una noche de verano con el que la orquesta inici¨®, en pleno romanticismo, su ¨¦poca dorada. Con los arcos llama la atenci¨®n el timbre c¨¢lido y refinado de los vientos de madera -soberbias flautas, oboes y fagotes-, mientras los metales quedan un tanto por debajo pues sin llegar a ser toscos, lo que ser¨ªa exagerar, s¨ª resultan a veces hirientes.En cuanto a Kurt Masur, que simultanea la titularidad de Leipzig con la de la Filarm¨®nica de Nueva York, se le aplaude siempre su sentido arquitectural y su excelente continuidad, si bien se echa en falta una intensidad po¨¦tica que en Brahms es necesaria y, de manera especial, en la Tercera y Cuarta sinfon¨ªas, cuyo emocionante intimismo, no lleg¨® a exteriorizarse aunque quedaran claras las formas, los planos y las estructuras.
En el hermoso Segundo concierto para piano en si bemol mayor, Elisabeth Leonskaja, la gran int¨¦rprete georgIar¨ªa, s¨ª penetr¨® en el mensaje brahmsiano, tenue y poderoso a la vez, a trav¨¦s de una t¨¦cnica completa y trascendente que, como en el caso de la veintea?era violinista japonesa Midori, en el Concierto para viol¨ªn, elev¨® mucho m¨¢s alto su po¨¦tica que la del director.
El caso de Midori es realmente asombroso, pues con tan pocos a?os no s¨®lo vence por su t¨¦cnica avasalladora, sino que convence por la emoci¨®n de su expresividad pura.
Mientras, al caer la tarde, el otro monogr¨¢fico paralelo dedicado a las Sonatas de Mozart, tocadas al fortepiano, convoc¨® cada d¨ªa una amplia audiencia que aplaudi¨® a Paul Badura-Skoda con un entusiasmo distinto: el que se deriva del inter¨¦s hist¨®rico, de la experiencia de descubrir c¨®mo pudo sonar esta m¨²sica en la Europa que la vio nacer. Especialmente importante me parece la tercera serie monogr¨¢fica, organizada por el Curso Manuel de Falla y dedicada a Felipe Pedrell. Se sucedieron las lecciones de Francisco C¨¢novas, Mart¨ªn Moreno (director del curso), Mart¨ªn Tenllado, Miguel Manzano, Miguel Querol, Guillermo Gonz¨¢lez, Jorge de Persia, Emilio Casares y Francisco Bonastre, quien deline¨® con sint¨¦ticos y fuertes trazos la figura de Pedrell y su significaci¨®n en el devenir de la m¨²sica espa?ola de signo nacionalista.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.