El Parlamento italiano debatir¨¢ las propuestas de reforma de Cossiga

La junta de portavoces de la C¨¢mara de Diputados de Italia acord¨® ayer debatir a medidados de este mes, en una sesi¨®n conjunta con el Senado, el mensaje sobre la reforma institucional que el presidente de la Rep¨²blica, Francesco Cossiga, le remiti¨® el pasado 26 de junio. Al mismo tiempo, el primer ministro, Giulio Andreotti, demostr¨® documentalmente que no hubo ning¨²n enfrentamiento entre ¨¦l y el jefe del Estado en relaci¨®n con dicho mensaje. Con ello se cierra un nuevo cap¨ªtulo de la recurrente crisis italiana y queda en entredicho la previsi¨®n de "un mes de julio caliente", hecha el pasado domingo por el l¨ªder socialista, Bettino Craxi, en el cierre del congreso de su partido.Craxi apoy¨® plenamente a su pupilo Claudio Martelli, ministro de Justicia, en el acto de emplazar a Andreotti para que explicara por qu¨¦ no hab¨ªa prestado su firma al mensaje de Cossiga. Pero el bregado primer ministro ten¨ªa dos cartas marcadas. Una, la que dirigi¨® al jefe del Estado para aconsejarle que el mensaje fuera visado por el propio Martelli, en su calidad de primer fedatario p¨²blico, y en la que,a?ad¨ªa: "Si esta soluci¨®n crease obst¨¢culos, firmar¨¦ yo por consideraci¨®n a tu persona y para no suscitar especulaciones err¨®neas". La otra es la respuesta de Cossiga a esta misiva, en la que el presidente dec¨ªa: "La soluci¨®n por ti propuesta no s¨®lo es la m¨¢s oportuna y conveniente, sino la m¨¢s conforme al esp¨ªritu de la Constituci¨®n".

Dando a conocer estas cartas, en la noche del lunes, Andreotti desinfl¨® todo el drama pol¨ªtico generado desde el PSI en torno a un presunto enfrentamiento definitivo entre el presidente de la Rep¨²blica y el presidente del Gobierno. Y as¨ª se lleg¨® al acuerdo de ayer para debatir el mensaje.

El compromiso, que pend¨ªa de la ratificaci¨®n del Senado, considerada m¨¢s que probable, fija las fechas del 17 y 18 de julio para el debate y descarta que el mensaje de Cossiga pueda ser sometido al voto parlamentario. De este modo, el Gobierno podr¨¢ limitarse a expresar su apoyo t¨¦cnico a las propuestas de Cossiga sin pronunciarse sobre su fondo y sin que tengan que formalizarse sus divisiones internas entre el componente socialista, que apoya el presidencialismo de Cossiga, y el democristiano, que ha cerrado filas en torno a la continuidad del sistema.