El Rey afirma ante Hass¨¢n II que la cooperacion debe tener en cuenta los derechos humanos

El rey Hassan II ech¨® "la casa por la ventana", seg¨²n la expresi¨®n de un diplom¨¢tico, para acoger ayer a su hermano don Juan Carlos y asistir juntos a la firma del primer tratado de amistad y cooperaci¨®n que Espa?a suscribe con un pa¨ªs ¨¢rabe, Marruecos. Durante su discurso oficial en el acto de la firma, don Juan Carlos resalt¨® que "la cooperaci¨®n internacional se ir¨¢ convirtiendo en el instrumento prioritario para alcanzar el pleno desarrollo social de los pueblos y la consagraci¨®n definitiva de los derechos y libertades fundamentales".

El Rey agreg¨® en su discurso que uno de los pilares sobre los que descansa el tratado rubricado ayer es el respeto de los derechos humanos y libertades fundamentales. Por la tarde, el presidente del Gobierno espa?ol, Felipe Gonz¨¢lez, asegur¨® en una conferencia de prensa ofrecida en el aeropuerto de Rabat-Sal¨¦ minutos antes de partir hacia Madrid que Marruecos est¨¢ progresando en materia de derechos humanos. Gonz¨¢lez reconoci¨®, sin embargo, que no hab¨ªa tratado con el Gobierno marroqu¨ª la cuesti¨®n de los presos de la c¨¢rcel de Tazmamarz, en la que se encuentran recluidos los militares que participaron en el intento de golpe de Estado del palacio de Skirat hace 20 a?os.Amnist¨ªa Internacional hab¨ªa pedido en una carta abierta al presidente espa?ol que durante su visita a Rabat se interesase por este tema, as¨ª como por la situaci¨®n del recluso Abraham Serfaty, considerado como uno de los m¨¢s antiguos del pa¨ªs, y del preso de madre espa?ola Srifi Villar, internados en la prisi¨®n de Kenitra.

El jefe del Estado espa?ol y el del Gobierno efectuaron, por primera vez, ayer, una visita conjunta al extranjero, pero no viajaron juntos. Aunque con retraso sobre el horario previsto, el avi¨®n Falcon 900 de Felipe Gonz¨¢lez aterriz¨® en el aeropuerto de Rabat a las 12.30 (hora local), 20 minutos antes que el que transportaba a don Juan Carlos, a quien acompafiaba el ministro de Exteriores, Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez.

A media tarde fue, en cambio, el monarca quien primero despeg¨®, para dar rienda libre al presidente espa?ol, quien ofreci¨® su conferencia de prensa.

Si el recibimiento en el aeropuerto fue pomposo, con la presencia del Gobierno en pleno, el recorrido de la comitiva hasta el palacio de los Hu¨¦spedes y despu¨¦s hasta el palacio Real fue apote¨®sico.

Las autoridades del pa¨ªs anfitri¨®n no ahorraron ning¨²n esfuerzo para engalanar su capital con miles de banderas marroqu¨ªes y espa?olas y grandes pancartas en las que se pod¨ªa leer: "?Viva el reino de Marruecos!", "?Viva el reino de Espa?a!" e incluso "?Viva el S¨¢hara rriarroqu¨ª!".

Cierre aconsejado

No bastaba, sin embargo, con los adornos callejeros para realzar el acto de la firma, que la televisi¨®n retransmiti¨® ¨ªntegramente en directo. Para animar a los ciudadanos de la capital marroqu¨ª a echarse a la calle, la wilaya (Ayuntamiento) hizo p¨²blico un comunicado instando a la poblaci¨®n "a expresar al Soberano sus sentimientos de fidelidad y lealtad y a brindar una calurosa acogida a Su Ilustre Hu¨¦sped".

Para alentar a la poblaci¨®n a cumplir con el comunicado, los mokabem (funcionarios de la Prefectura, instituci¨®n similar al Gobierno Civil) recorrieron los barrios comerciales, empezando por el zoco, instando a los tenderos a echar el cierre a partir de las 10.30 (hora local) hasta las cinco de la tarde, justo despu¨¦s de la hora prevista para el regreso a Madrid de la delegaci¨®n espa?ola.

"?Qu¨¦ pasa si se niegan a seguir el consejo del emisario del Gobierno civil y mantienen el negocio abierto?", preguntaban algunos periodistas a los due?os de las tiendas de la medina. "No, no nos pondr¨ªan multa", contest¨® Ahmed antes de echar el cerrojo de su marroquiner¨ªa, "pero cuando necesites un permiso o cualquier papel de la Prefectura te ponen todo tipo de pegas si no has acatado su recomendaci¨®n". Otros, en cambio, respond¨ªan con evasivas: "Es de nuevo la Fiesta del Cordero", que ya tuvo lugar hace dos semanas.

En su af¨¢n por lograr que los lugare?os se congregasen a lo largo del recorrido la polic¨ªa prohibi¨® adem¨¢s el acceso a las playas y cerr¨® incluso la estaci¨®n de ferrocarriles y las de autobuses de larga distancia. A aquellos que estaban dispuestos a venir de lejos a Rabat o a los colegios se les proporcion¨® medios de transporte gratuitos y las correspondientes banderitas de papel para agitarlas en las aceras.

Para que quedase patente el entusiasmo de los rabat¨ªes, el cortejo real no sigui¨® el recorrido m¨¢s corto, sino que atraves¨® el barrio perif¨¦rico de Sal¨¦ antes de ir al centro de Rabat.

Se ignora qu¨¦ impresi¨®n caus¨® esta movilizaci¨®n popular poco espont¨¢nea a don Juan Carlos. Gonz¨¢lez se limit¨® a comentar que la acogida se enmarc¨® "dentro de la hospitalidad que Marruecos ofrece a los visitantes que son jefes de Estado". En un principio, tanto el monarca como el presidente del Gobierno hab¨ªan accedido a la sugerencia marroqu¨ª de celebrar el acto de la firma en Granada.

Temerosos, sin embargo, de que los retrasos de Hassan II suscitasen, como ocurri¨® durante su primera visita de estado a Espa?a en septiembre de 1989, comentarios jocosos de la prensa, el presidente prefiri¨® proponer a las autoridades marroqu¨ªes que la cumbre se desarrollase en su pa¨ªs.