"La riqueza no puede ser el ¨²nico patr¨®n de consideraci¨®n social", seg¨²n Conde

El presidente del Banco Espa?ol de Cr¨¦dito (Banesto), Mario Conde, inaugur¨® ayer el curso de la Universidad Complutense de Verano en Mosc¨² con un discurso en el que apel¨® a la "correcta elaboraci¨®n de un c¨®digo de valores compartido", puesto que "la riqueza no puede ser el ¨²nico patr¨®n de respeto y consideraci¨®n social".

La parte central del discurso de Mario Conde se convirti¨® en el desarrollo de lo que llam¨® "un c¨®digo de valores compartido".Este c¨®digo es justificado por el banquero espa?ol de la siguiente forma: "as¨ª como una mano de obra t¨¦cnicamente preparada no es eficaz si no est¨¢ dirigida por empresarios competentes, as¨ª tambi¨¦n los empresarios son incapaces de realizar su actividad en el vac¨ªo. Para que sus esfuerzos vayan m¨¢s all¨¢ del enriquecimiento individual y contribuyan al progreso de la colectividad, deben, a la vez que orientan a sus colaboradores y subordinados, recibir orientaciones por parte de la sociedad entera, e influir en el proceso de elaboraci¨®n de tales orientaciones en el seno de la propia sociedad civil".

Tras subrayar que ya nadie duda del triunfo de la econom¨ªa de mercado sobre la econom¨ªa planificada, reconoci¨® que la econom¨ªa de mercado "no da por s¨ª sola una soluci¨®n adecuada a las necesidades materiales de una sociedad".

Asignaci¨®n injusta

Para paliar esos "fallos del mercado", el presidente de Banesto argument¨® que "es preciso arbitrar mecanismos, para garantizar que el mercado lleve al sistema hacia una soluci¨®n eficiente". No obstante, se?al¨®, que "esta eficiencia que garantiza el mercado es una propiedad muy deseable en un sistema econ¨®mico, pero no es la ¨²nica que la sociedad exige. Una asignaci¨®n eficiente de los recursos puede coexistir con una distribuci¨®n muy desigual de la renta y ser percibida, por consiguiente, como una asignaci¨®n injusta".Esta situaci¨®n de injusticia, seg¨²n Conde, "puede crear tensiones pol¨ªticas y sociales dif¨ªcilmente soportables en el largo plazo. ?sta es la raz¨®n para desear que las fuerzas del mercado sean orientadas, y en parte compensadas, por otras fuerzas sociales". Estas reorientaciones y compensaciones son las que deben completar el "c¨®digo de valores compartido".

Antes de definir ese c¨®digo, Conde realiz¨® dos importantes puntualizaciones. La primera fue que "el deseo de enriquecimiento individual es, sin duda, un m¨®vil esencial de la actividad econ¨®mica en un mecanismo de mercado, pero no puede ser el ¨²nico. En determinadas actividades, como el arte, la ense?anza o la pol¨ªtica, no suele ser ni siquiera el m¨®vil principal". Por otra parte, matiz¨® que "la riqueza no puede ser el ¨²nico patr¨®n de respeto y consideraci¨®n social".

En su opini¨®n, "el c¨®digo de valores com¨²n es el que permite distinguir entre las actividades m¨¢s deseadas y las menos deseadas -aunque permitidas- por la sociedad. Su sanci¨®n no la fija la ley, sino el ostracismo o el reconocimiento social".

Ese c¨®digo de valores com¨²n o compartido se caracteriza "porque los cauces formales de un r¨¦gimen democr¨¢tico son necesarios pero no suficientes. Entre el debate parlamentario y la contestaci¨®n permanente, una colectividad debe ir construyendo los canales por los que hace llegar su opini¨®n al Estado, y al resto de la sociedad civil", asegur¨® Conde.