Cinco veces 'no'
En julio del a?o pasado, Toshiki Kaif¨², a la saz¨®n reci¨¦n nombrado primer ministro japon¨¦s, se encasquet¨® un sombrero texano y derroch¨® simpat¨ªa en la cumbre de Houston. Prometi¨® que liberalizar¨ªa el comercio en su pa¨ªs. Prometi¨® que reducir¨ªa su super¨¢vit comercial en el exterior. Prometi¨® que coordinar¨ªa con sus socios del club de los ricos su pol¨ªtica monetaria. Prometi¨® que Jap¨®n har¨ªa frente a sus responsabilidades internacionales de acuerdo con su indiscutible condici¨®n de superpotencia econ¨®mica. Prometi¨® que se erigir¨ªa en palad¨ªn de la ecolog¨ªa y la conservaci¨®n de la naturaleza en el mundo. Y todo qued¨® plasmado en los 16 folios del comunicado final. Sus colegas del G-7 quedaron encantados con aquel caballero tan comprensivo y dicharachero, que siempre dec¨ªa que s¨ª.El primer no lleg¨® poco despu¨¦s, cuando Estados Unidos intentaba salvar la agonizante Ronda Uruguay del GATT. Jap¨®n hizo o¨ªdos sordos a los llamamientos de Carla Hills, la enviada especial del presidente Bush, y en este a?o no ha liberalizado su econom¨ªa.
El segundo no figura en las estad¨ªsticas del Fondo Monetario Internacional. De los dos pa¨ªses que se comprometieron a reducir su super¨¢vit comercial, uno, Alemania -ayudada por la unificaci¨®n-, lo ha hecho. Jap¨®n no.
El tercer no corresponde a la pol¨ªtica monetaria. Estados Unidos, cuya econom¨ªa est¨¢ estancada (su crecimiento para este a?o se calcula en un ¨ªnfirno 0,1%), presion¨® en Houston y, m¨¢s tarde, en la reuni¨®n de primavera de ministros del G-7 en Washington, para que bajaran los tipos de inter¨¦s. Washington necesitaba un abaratamiento del dinero para reactivar su crecimiento. Jap¨®n, que dijo s¨ª al descenso, subi¨® recientemente unas cent¨¦simas su tipo preferencial para redondear el 6%.
El cuarto no reson¨® con estruendo a principios de a?o, cuando Jap¨®n se inhibi¨® del conflicto del golfo P¨¦rsico -de donde obtiene m¨¢s de la mitad del petr¨®leo que consume- y dej¨® solos a los queridos amigos de Houston.
El quinto no es el ecol¨®gico. Las promesas de Jap¨®n acerca de que dedicar¨ªa parte de su super¨¢vit a conservar la naturaleza se han quedado en unas inversiones, canalizadas por el Banco Mundial, para la protecci¨®n de la selva amaz¨®nica.
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