El G-7 se compromete a liberalizar el comercio mundial

Esto ya es algo personal, se han dicho los l¨ªderes de los siete grandes. Y han apostado su honrilla a que antes de fin de a?o se alcanzar¨¢ un acuerdo internacional sobre la Ronda Uruguay. Un acuerdo que permita una mayor liberalizaci¨®n del comercio mundial y detenga el crecimiento de la brecha entre pa¨ªses ricos y pobres. Seg¨²n el comunicado final de la cumbre de los siete, el crecimiento econ¨®mico del planeta en los pr¨®ximos a?os depende de la conclusi¨®n exitosa de la Ronda Uruguay del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT).El fracaso del a?o pasado fue rotundo. En su cumbre de Houston (EE UU), los siete se comprometieron firmemente a lograr un acuerdo sobre el comercio internacional antes de finales de diciembre. Pero ni la voluntad pol¨ªtica ni las ag¨®nicas negociaciones de Ginebra bastaron para armonizar los intereses agr¨ªcolas de la Comunidad Europea (CE) con el proteccionismo del mercado interno japon¨¦s y las reservas de EE UU sobre la difusi¨®n de su tecnolog¨ªa. Todo qued¨® en nada.

Los siete han decidido echar el resto. "Permaneceremos personalmente implicados en el proceso [de negociaci¨®n de la Ronda Uruguay], preparados para intervenir ante cualquier otro [dirigente] si las diferencias s¨®lo pueden ser resueltas al m¨¢s alto nivel", dice el comunicado del G-7. El primer ministro brit¨¢nico, John Major, insinu¨® que, si las negociaciones comerciales quedaran de nuevo empantanadas, los siete grandes se reunir¨ªan de nuevo, antes de fin de a?o, para despejar el asunto de una vez por todas. El presidente franc¨¦s, Fran?ois Mitterrand, coment¨® acerca de la prometida resoluci¨®n del asunto que este a?o: "Me lo creo m¨¢s que el anterior".

En Londres se han dado ya grandes pasos hacia el acuerdo. El a?o pasado, el obst¨¢culo en que unos y otros tropezaban de forma recurrente era la agricultura europea. Esta vez ha quedado claro que no son s¨®lo las lechugas las que entorpecen el desarrollo econ¨®mico internacional. Junto a la agricultura se consignan -al mismo nivel de importancia y dificultad- los servicios, la propiedad intelectual y sobre todo el acceso a los mercados (en referencia a Jap¨®n).

El avance fundamental

El avance fundamental, en cuanto a la agricultura, es el acuerdo de los siete para que la reducci¨®n progresiva de las subvenciones se haga tomando en cuenta "intereses no comerciales". Es decir, pol¨ªticos. La CE ha logrado convencer a sus socios de que no es posible sacrificar totalmente, de un d¨ªa para otro, los intereses de sus 12 millones de agricultores ante el altar del libre comercio.

Respecto al acceso a los mercados, el G-7 subraya la necesidad de reducir o suprimir aranceles a los productos extranjeros, con "una acci¨®n paralela contra las barreras no arancelarias", en referencia a la reluctancia de los ciudadanos japoneses a consumir productos for¨¢neos.

En otros aspectos, el comunicado de la cumbre se felicita porque, a pesar del susto de la guerra del Golfo, "la acci¨®n global se ha evitado". Pero pa¨ªses como el Reino Unido o Canad¨¢ marchen claramente cuesta abajo, y Estados Unidos no consigue salir del estancamiento.

La cura recetada contra estos males por los siete grandes es: reducci¨®n de los tipos de inter¨¦s reales y de los d¨¦ficit presupuestarios, incentivos para el ahorro, cooperaci¨®n en los mercados financieros y combatir el proteccionismo.

En el cap¨ªtulo energ¨¦tico, el G-7 admite que el suministro y el precio del petr¨®leo siguen siendo sensibles a las conmociones pol¨ªticas, como demostr¨® el conflicto del Golfo. Pese a esta obviedad, los siete se permiten una cierta complacencia: no en vano se libr¨® una violenta guerra sobre los mayores yacimientos mundiales de crudo, sin mayores consecuencias que una breve sacudida de los mercados.