'La cosa' agoniza en Euskadi antes de nacer
La crisis traum¨¢tica de EE dificulta que se forme una nueva alternativa nacionalista
La cosa, el proyecto pol¨ªtico inventado por los comunistas italianos cuando sab¨ªan lo que quer¨ªan, pero no c¨®mo llamarlo, puede haber muerto en Euskadi antes de nacer. La tormenta en Euskadiko Ezkerra (EE) dificulta los planes de apertura de un espacio a la izquierda del nacionalismo conservador y con capacidad de atracci¨®n sobre sectores descolgados del apoyo a la violencia Esta es la interpretaci¨®n de algunos responsables de Eusko Alkartasuna (EA), el otro partido con n¨²cleos interesados en el proyecto. Los s¨ªntomas de descomposici¨®n de EE dejan al sector cr¨ªtico Au?amendi "en la peor de las situaciones posibles", seg¨²n un miembro de la ejecutiva de Eusko Alkartasuna.
Los cr¨ªticos de EE, partidarios de la confluencia hacia una fuerza nueva, corren el peligro de quedarse compuestos y sin novia. "Es estas condiciones aportan muy poco, por no decir nada", agrega la misma fuente, que prefiere permanecer en el anonimato "para no agravar las cosas".Algunos responsables de EA afirman ir¨®nicamente que los au?amendis "han hecho tan mal las cosas" que quiz¨¢ no sea descabellado pensar en "una maniobra ajena para acabar de un golpe con EA y con EE". Las posibilidades de una aproximaci¨®n entre el partido del ex lehendakari- Carlos Garaikoetxea y los seguidores del ex secretario general de EE, Kepa Aulestia, parecen ahora m¨¢s reducidas que hace unas semanas.
Sobre la cosa en Euskadi, igual que en los or¨ªgenes del Partido Democr¨¢tico de la Izquierda (PDS) italiano, se sabe lo que pretende, pero no en qu¨¦ consiste exactamente ni quienes estar¨ªan de verdad dispuestos a engrosar sus filas. En lo ¨²nico que coinciden grupos y colectivos diversos es en la oportunidad de organizar durante los pr¨®ximos dos a?os la alternativa progresista al PNV desde dentro del nacionalismo.
Los primeros movimientos se atribuyen a un grupo de antiguos miembros de ETA pol¨ªtico militar descolgados de EE al consumarse la fusi¨®n con los comunistas en 1982. El grupo est¨¢ encabezado por I?aki M¨²gica Arregui, Ezkerra, dedicado profesionalmente a negocios editoriales relacionados con la cultura vasca. M¨²gica no ha podido ser localizado por este peri¨®dico, pese a reiterados intentos. Este colectivo ya tom¨® partido p¨²blicamente tras las auton¨®micas por un Gobierno tripartito nacionalista.
La anterior direcci¨®n de EE, tras el descenso electoral de octubre, comenz¨® tambi¨¦n a preguntarse por los l¨ªmites y el futuro del partido. El primer motivo de distanciamiento fue la preferencia hacia el tercer socio para el Gobierno aut¨®nomo. Kepa Aulestia y Mart¨ªn Auzmendi quer¨ªan a Eusko Alkartasuna; Juan Mar¨ªa Bandr¨¦s, Mario Onaind¨ªa y Jon Larrinaga, a los socialistas.
Fue Aulestia el encargado de explicar en el congreso de febrero los planes de Au?amendi y quien estableci¨® la analog¨ªa con la cosa italiana. Los cr¨ªticos de EE quer¨ªan articular la gran alternativa progresista al nacionalismo conservador. Y era necesario inventarla, seg¨²n Aulestia, porque ni el PSE llegar¨¢ nunca a ser alternativa al PNV, por su dependencia del PSOE, ni lo conseguir¨¢ Herri Batasuna por su subordinaci¨®n a la estrategia de la violencia.
Movilizar energ¨ªas
Una parte de la direcci¨®n de EA est¨¢ pr¨®xima a este razonamiento, pero rechaza cualquier operaci¨®n entre c¨²pulas, en beneficio de "un verdadero proceso de apelaci¨®n a la sociedad para movilizar energ¨ªas nuevas de abstencionistas, descontentos y desorientados". De este grupo forman parte, entre otros, el ex portavoz parlamentario en Vitoria, Juan Porres, y el diputado Joseba Azkarraga.
De momento, ninguna decisi¨®n ha sido adoptada por la ejecutiva ni nadie ha lanzado una OPA sobre Euskadiko Ezkerra, dice un portavoz. El partido de Garaikoetxea est¨¢ a la expectativa. Oficialmente, nadie acepta la posibilidad de tomar en cuenta la disoluci¨®n del partido para participar en la creaci¨®n de algo nuevo.
Los padrinos de la nueva formaci¨®n pol¨ªtica creen que s¨®lo tendr¨ªa sentido si nace con la mirada puesta en HB y con el prop¨®sito de convertirse en referencia atractiva para grupos descolgados o desencantados de la coalici¨®n. "Atraer a I?aki Esnaola, por poner un ejemplo", afirma uno de los dirigentes de EA m¨¢s proclives a la confluencia, "har¨ªa pensar a muchos votantes de HB, que empiezan a tener dudas muy serias del ¨¦xito de la constante escalada de ETA". Algunos sondeos realizados con ex miembros o militantes en el ostracismo de la coalici¨®n no han dado un. resultado claro ni a favor ni en contra. Los desencantados de HB siguen los acontecimientos desde fuera y con m¨¢s curiosidad que inter¨¦s. Atraerlos cuenta m¨¢s como objetivo que como posibilidad inmediata, aunque los partidarios de la cosa est¨¢n convencidos de la apertura inevitable de grietas en la coalici¨®n a medida que profundice su estrategia de simple resistencia.
Todos los c¨¢lculos y previsiones pueden convertirse en el cuento de la lechera si el proyecto de nueva formaci¨®n debe pagar el precio de la ruptura de EE. Ahora no tiene m¨¢s padrinos reconocidos que los cr¨ªticos de este partido. Sus simpatizantes en EA no tienen inter¨¦s en comprometerse p¨²blicamente y Garaikoetxea se limita a declararse abierto a la incorporaci¨®n de quienes coincidan con sus fines. Muchos militantes y dirigentes de EE est¨¢n convencidos de la disoluci¨®n de su espacio pol¨ªtico, con fuerte recurso a la abstenci¨®n, si se produce la desaparici¨®n m¨¢s o menos traum¨¢tica del partido. Nadie estar¨¢ en condiciones de heredarlo, piensan. Evitar la evaporaci¨®n, afirman los l¨ªderes de Au?amendi, es precisamente su objetivo. "No nos resignamos a que el capital acumulado en 14 a?os se vea reducido a una mera opci¨®n testimonial", reza el ¨²ltimo manifiesto de la corriente.
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