Una 'Traviata' con desconocidos
Cada vez con mayor frecuencia las direcciones art¨ªsticas de los teatros de ¨®pera apuestan por los nuevos valores. El director Riccardo Muti present¨® en la Scala de Mil¨¢n una Traviata con cantantes pr¨¢cticamente desconoc¨ªdos. Las mejores voces j¨®venes cantan a Mozart en Glyndebourne. Pesaro se ha convertido en una escuela de cantantes rossimanos.El fen¨®meno no ha llegado a¨²n a los para¨ªsos de los divos, tipo Metropolitan de Nueva York el Festival de Salzburgo, aunque habr¨¢ que esperar las nuevas directrices de G. Mortier en la ciudad de Mozart a partir del pr¨®ximo ano para comprobar si se afirma la tendencia.
En Espa?a tambi¨¦n se nota la inclinaci¨®n al cambio. Tanto el Liceo de Barcelona como el Teatro de la Zarzuela de Madrid se han unido al carro de los riesgos con visi¨®n de futuro. Uno de los repartos de El barbero de Sevilla, la pr¨®xima temporada en Madrid, est¨¢ ¨ªntegramente formado por j¨®venes.
Es algo que ya se hab¨ªa practicado en Las Palmas, Oviedo o el teatro Arriaga de Bilbao. Lo que antes era una pol¨ªtica de necesidad para lugares con presupuestos limitados se ha convertido en marca de prestigio de casi todos los teatros.
T¨¦cnica y tradici¨®n
En la actualidad se canta menos cotidianamente. Sin embargo, el n¨²mero de nuevos cantantes es elevado. Estados Unidos o Jap¨®n resplandecen por t¨¦cnicas deslumbrantes. En Europa domina el peso de la tradici¨®n. Espa?a destaca por el calor vocal, por los timbres, por la naturalidad, por la l¨ªnea belcantista. Son muchos a?os ya de continuidad hist¨®rica, sin apenas altibajos.
Los primeros pasos de un cantante l¨ªrico son complicados. Act¨²an donde pueden y como pueden: en funciones fin de curso de las escuelas de canto, en caf¨¦scantantes, en representaciones de aficionados. Se integran en los coros estables de los teatros, obtienen alg¨²n rol como partiquinos. Los m¨¢s afortunados encuentran un agente que se arriesga por ellos. Otros van por libre, con el talento -casi nunca reconocido- como ¨²nica arma. Asisten a cursos de especializaci¨®n, se enfrentan a la tensi¨®n de 1.000 audiciones. Esperan, cada d¨ªa m¨¢s impacientes, la oportunidad de su deb¨².
Los cantantes de ahora viven en un mundo de prisas, cambios permanentes, intereses discogr¨¢ficos y carreras fulgurantes. Quiz¨¢ tengan una mayor t¨¦cnica vocal, pero les falta reposo, sedimentaci¨®n, temperamento. Es un signo de los tiempos, como tambi¨¦n lo es el de cultivar repertorios amplios frente a la especializaci¨®n de anta?o.
Las ofertas han aumentado, aunque no son todav¨ªa suficientes. La habilidad de proyectar una buena imagen es importante. No s¨®lo hay que cantar y cantar bien: hay que actuar, gustar, seducir. Las nuevas generaciones l¨ªricas viven hoy como modernos anacoretas llenos de disciplina y sacrificio. Tienen ansias de triunfo. Algunos inhalar¨¢n ma?ana el aire de la gloria.
Babelia
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