Toyota, Nissan, Hitachi y Matsushita, implicadas en el fraude burs¨¢til japon¨¦s
Las compa?¨ªas de autom¨®viles Toyota y Nissan y las de electr¨®nica Hitachi y Matsushita figuran en la lista de 231 clientes privilegiados que las cuatro principales firmas de valores japonesas han compensado de forma irregular con un total de m¨¢s de 128.000 millones de yenes por p¨¦rdidas sufridas en bolsa entre 1987 y 1990, y cuyos nombres ¨¦stas accedieron a publicar ayer ante las presiones de? Gobierno, cada vez m¨¢s temeroso de que este nuevo esc¨¢ndalo financiero saque a la luz ramificaciones pol¨ªticas.
Parte de la lista de empresas fue adelantada en su primera edici¨®n del lunes por el influyente diario econ¨®mico Nihon Keizai Shimbun, pero poco antes los presidentes de Nomura, Daiwa, Nikko y Yamalchi, las cuatro grandes securities (sociedades de inversi¨®n) de Jap¨®n, hab¨ªan acordado facilitar a la asociaci¨®n nacional de dealers (intermediarios financieros)los nombres de los clientes que recibieron elevadas sumas de dinero para enjugar de alg¨²n modo los p¨¦simos resultados tenidos en Bolsa en los ¨²ltimos tres a?os.La lista incluye grandes empresas como las citadas, pero tambi¨¦n otras medianas, un canal privado de televisi¨®n, entidades financieras ligadas a compa?¨ªas de renombre y casi una veintena de organizaciones p¨²blicas. Una de ¨¦stas, un fondo de pensiones del Ministerio de Sanidad y Bienestar P¨²blico, recibi¨® 4.900 millones de yenes (unos 4.000 millones de pesetas), la compensaci¨®n m¨¢s alta de todas.
No deja de sorprender que entre los compensados aparezcan escuelas p¨²blicas y hasta un sindicato de polic¨ªa.
La compensaci¨®n en s¨ª no est¨¢ penada por la ley pese al enorme desprecio hacia el peque?o inversor que tal pr¨¢ctica supone. El Ministerio de Finanzas dict¨® una directriz hace dos a?os desaconsej¨¢ndola. Lo que s¨ª est¨¢ castigado es que las firmas de valores prometan de antemano una compensaci¨®n por una eventual p¨¦rdida en Bolsa. Nomura ha afirmado que este tipo de operaciones se ha hecho con el conocimiento del propio Ministerio.
La casi totalidad de las empresas citadas se han apresurado a indicar que no ten¨ªan constancia de haber recibido dinero de las securities y otras se han limitado a afirmar que van a investigar. Es muy probable que por el efecto domin¨® el esc¨¢ncialo provoque la dimisi¨®n o la destituci¨®n de directivos en algunas de las compa?¨ªas afectadas.
El presidente del consejo de administraci¨®n de Nomura al igual que el presidente ejecutivo de ¨¦sta y de Nikko ya han dimitido desde que estall¨® el esc¨¢ndalo a finales de junio.
Algunos analistas estiman que la, publicaci¨®n de la lista otorga. de momento un cierto respiro al Gobierno y sobre todo al ministro de Finanzas, Ryutaro Hashimoto, del que se ha pedido la dimisi¨®n, permiti¨¦ndole afrontar con mayores garant¨ªas la batalla que la oposici¨®n ha prometido dar en el Parlamento a partir de la pr¨®xima semana. Hashimoto ha dicho que no tiene intenci¨®n de abandonar el cargo, pero sus posibilidades a aspirar a la jefatura del gobierno son ahora muy escasas.
El jefe del Ejecutivo, Toshiki Kaifu, y el propio Hashimoto presionaron los ¨²ltimos d¨ªas para que las securities facilitaran voluntariamente la identidad de los clientes beneficiados e insinuaron que podr¨ªa ser el Parlamento quien les obligara a hacerlo. Sin embargo, el gobernante partido liberal se ha negado a que la Dieta escuche el testimonio de protagonistas como el ex presidente de Nomura, Setsuya Tabuchi, como solicitaba la oposici¨®n.
El Gobierno quiere evitar a toda costa que el esc¨¢ndalo se convierta en una reedici¨®n del famoso caso Recruit, que cost¨® la ca¨ªda en 1989 al entonces primer ministro, Noboru Takeshita.
De momento, el nombre de ning¨²n pol¨ªtico ha aparecido en la n¨®mina de los implicados. Un alto funcionario del Ministerio de Finanzas asegur¨® la semana pasada que ning¨²n parlamentario figuraba en la lista. Sin embargo, existen crecientes sospechas dada la fuerte y casi natural interrelaci¨®n que existe entre la clase pol¨ªtica y las empresas en Jap¨®n.
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