Los Reyes regresan "muy satisfechos" del Pa¨ªs Vasco y manifiestan su deseo de volver

Los Reyes recibieron ayer en Loyola (Guip¨²zcoa) las mayores muestras de afecto a su presencia en tierra vasca: tanto su llegada a la bas¨ªlica de la Compa?¨ªa de Jes¨²s como su despedida estuvieron envueltas en c¨¢lidos aplausos. Con la asistencia a la misa solemne de conmemoraci¨®n de la festividad de San Ignacio y la entrevista con el etn¨®logo Jos¨¦ Miguel de Barandiar¨¢n, don Juan Carlos y do?a Sof¨ªa dieron por concluida su estancia en el Pa¨ªs Vasco, una visita marcada por la advertencia real sobre la necesidad de sumarse a la nueva Europa y por el fracaso, institucional y callejero, de Herri Batasuna. Los Reyes han regresado contentos y con ganas de volver a Euskadi, seg¨²n fuentes de la Zarzuela.

"Los Reyes han vuelto muy satisfechos del viaje y con muchas ganas de volver". As¨ª se expresaban ayer fuentes de la Casa Real, pocas horas despu¨¦s de que aterrizara en el palacio de la Zarzuela el helic¨®ptero que, pilotado por el Rey, hab¨ªa trasladado al monarca, a do?a Sof¨ªa y a los miembros principales de la Casa de Su Majestad desplazados al Pa¨ªs Vasco.La segunda y ¨²ltima jornada del viaje dej¨® un recuerdo c¨¢lido a los Reyes. Hasta la metereolog¨ªa respet¨® la celebraci¨®n de los actos m¨¢s brillantes. A primera hora de la ma?ana, San Sebasti¨¢n amaneci¨® bajo una fuerte lluvia. Apenas cinco minutos antes de comenzar la misa en el santuario de Loyola, dej¨® de llover y sali¨® el sol (don Juan Carlos y do?a Sof¨ªa siguieron gran parte de la ceremonia religiosa protegidos con gafas oscuras).

Dos horas despu¨¦s, concluida la eucarist¨ªa y cuando ya los Reyes hab¨ªan atravesado los 300 metros de la explanada que separaba el altar de los coches oficiales, volvi¨® a llover, pero no lo suficiente como para impedir que casi 5.000 personas aplaudieran a los Reyes. Don Juan Carlos sonre¨ªa y saludaba; la Reina rompi¨® el protocolo y estrech¨® decenas de manos que pugnaban con la Ertzaintza para acercarse a los Reyes. Con semblante feliz, abandonaron la bas¨ªlica de Loyola en direcci¨®n a Ata¨²n.

El d¨ªa anterior los Reyes ya hab¨ªan recibido muestras de simpat¨ªa. Fue en San Sebasti¨¢n -mucho m¨¢s que en Gernika, donde la presencia de la plana mayor de Herri Batasuna enrareci¨® el ambiente- cuando don Juan Carlos y do?a Sof¨ªa vieron c¨®mo decenas de personas aguardaban hasta la madrugada para saludarles antes de que se retirasen a dormir.

Charla con los cocineros

La recepci¨®n que ofrecieron a ¨²ltima hora del martes en el palacio de Miramar a personalidades guipuzcoanas se prolong¨® casi dos horas, el doble del tiempo previsto, s¨ªntoma de que tanto los Reyes como sus invitados se encontraban a gusto.

Despu¨¦s, don Juan Carlos y do?a Sof¨ªa cenaron en el restaurante Akelarre, cerca del monte Igueldo, y estuvieron brindando con el lehendakari Ardanza y charlando con los cocineros y camareros del local hasta pasada la medianoche.

Entretanto, Herri Batasuna apenas lograba reunir a 3.000 personas en las calles de la capital donostiarra; a las 23.15 un petardo estallaba junto al Gobierno Civil. Ayer, menos de 20 personas con una pancarta en favor de la independencia coinsiguieronlos abucheos de los feligreses que hab¨ªan, acudido a la llamada de los jesuitas en Loyola.

Pancarta en el suelo

Los beltzas (antidisturbios de la polic¨ªa aut¨®noma vasca) apenas tuvieron que dar un paso adelante para que los concentrados echaran a correr, dejando la pancarta por los suelos. Minutos despu¨¦s, un miembro de la polic¨ªa y uno de los manifestantes doblaron juntos la pancarta y se despidieron sin mayores problemas.

En el balance del v ?aje, el acto m¨¢s significativo de HB ha resultado ser la toma, el martes, de los altavoces de la Casa de Juntas de Gernika, que emitieron sin parar el Eusko gudariak (himno al soldado vasco) e importunaron el paseo de los Reyes.

El acto de ayer, la misa conmemorativa del V centenario del nacimiento del fundador de la, compa?¨ªa de Jes¨²s, comenz¨® con la llegada del monarca y su esposa a las 11 horas. En ese momento, partieron dos procesiones simult¨¢neamente: una desde el interior de 'la bas¨ªlica, presidida por el arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal, ?ngel Suqu¨ªa, y otra desde Azpeitia, acompa?ando la imagen de san Ignacio y de la Virgen de Ar¨¢nzazu.

Cuando las dos filas se encontraron ante el altar, las im¨¢genes de los santos fueron colocadas a ambos lados de la c¨²pula. Representantes de todos los pa¨ªses donde la Compa?¨ªa de Jesus est¨¢ presente se situaron en la parte superior; a la izquierda, los Reyes; a la derecha, el Gobierno vasco en pleno, presidido por el lehendakari Ardanza y otras autoridades.

En la parte inferior, unos 5.000 feligreses y curiosos desplazados desde diversos pa¨ªses para celebrar los 500 a?os del nacimiento del santo. Durante la misa, el obispo de San Sebasti¨¢n, Jos¨¦ Mar¨ªa Seti¨¦n, dijo a los Reyes: "Hab¨¦is venido a presidir una celebraci¨®n cuyo brillo han querido empa?ar acciones terroristas. No es ¨¦ste el sentir de nuestro pueblo, ni es ese el camino de su pacificaci¨®n".

El d¨ªa anterior, don Juan Carlos hab¨ªa recibido en el hotel Mar¨ªa Cristina de San Sebasti¨¢n a los representantes de las fuerzas de seguridad del Pa¨ªs Vasco (a los tres gobernadores civiles y a los mandos policiales y de la Guardia Civil), en una audiencia privada, el ¨²nico acto celebrado fuera de programa.