En la `bodeguiya' de Mitterrand

., Frangois Mitterrand tiene tambi¨¦n su bodeguiya, donde mayormente se habla en unas dimensiones planetarias que le vienen ya algo anchas de sisa a la Francia del d¨ªa. A ella invita el presidente franc¨¦s a intelectuales, escritores, artistas, con una contumacia de un par de veces al mes. Y a una de estas sesiones, en las que puede mediar desde la peque?a confidencia al suspiro de resignaci¨®n muy posr-grandeur, concurri¨® recientemente Michel del Castillo.

En un aparte, Mitterrand, que es un hombre que siente un sincero inter¨¦s por Espa?a, pero qug, sobre todo, siente una sincera pasi¨®n por la historia, se dirigi¨® al escritor para hacer una declaraci¨®n de cordial mansedumbre fatigada. "?Ah monsieur del Castillo, si nosotros tuvi¨¦ramos la Am¨¦rica Latina, como tienen los espa?oles". Mitterrand, nacionalmente orgulloso de todo lo que Francia ha acogido y recogido, no dijo "ustedes los espa?oles", aunque el comentario iba encaminado a la buena informaci¨®n y mejor provecho de uno de los m¨¢s hisp¨¢nicos de todos los intelectuales franceses.

Un hombre l¨²cido, inteligente y cansado, amante del barroco y de la letra impresa, preside un momento de la historia de Francia que mucho se parece al de una introspecci¨®n nadie sabe por qu¨¦ tan angustiada. Junto a ¨¦l, un d¨ªa, el escritor Michel del Castillo, "republicano, laico y cat¨®lico", como se le ha o¨ªdo hacer triple profesi¨®n de fe, le pudo parecer a Mitterrand el vislumbre de un destino diferente. El novelista sonri¨® tan s¨®lo en se?al de satisfecho asentimiento.