El dirigente golpista intent¨® romper el PCE, segun Josep Palau
El nuevo presidente de la URSS, Guennadi Yan¨¢yev, impuls¨® entre 1977 y 1978 un intento frustrado de seccionar al Partido Comunista de Espa?a (PCE), entonces liderado en el apogeo del eurocomunismo por Santiago Carrillo. Yan¨¢yev trat¨® de desviar al brazo juvenil del partido hacia posiciones prosovi¨¦ticas y de entreguismo al PCUS. Estas revelaciones las hizo ayer a EL PA?S en M¨¦xico el entonces secretario general de la Uni¨®n de Juventudes Comunistas de Espa?a (UJCE), Josep Palau, quien, afirma, tras 12 horas de conversaciones a solas con Yan¨¢yev, se nego a aceptar sus consignas. El nuevo presidente era responsable de las organizaciones juveniles de la URSS.Palau, hoy simpatizante socialista, confes¨® que, en 1977, un funcionario de la Embajada sovi¨¦tica en Madrid le facilit¨® los billetes de avi¨®n para viajar a Mosc¨² a fin de entrevistarse con Yan¨¢yev.
Mantuvieron conversaciones a solas durante varios d¨ªas, algunas de las cuales llegaron incluso a desarrollarse, ante la insistencia del sovi¨¦tico por obtener resultados, en lugares tan inveros¨ªmiles como la sauna del hotel donde se hospedaba.
"Yan¨¢yev ten¨ªa unos cuarenta y tantos a?os y yo 23. Me hizo presiones terribles para que, al margen del PCE, inici¨¢ramos relaciones m¨¢s fluidas entre las juventudes comunistas espa?olas y el PCUS, e incluso me insinu¨® que obtendr¨ªa privilegios personales si yo arrancaba a mi organizaci¨®n del eurocomunismo", dice Palau.
Un hotel de lujo
Las conversaciones con Yan¨¢yev prosiguieron en Espa?a en mayo de 1978 con motivo del primer congreso de las Juventudes Comunistas. "Pese a que no estaba invitado", agrega Palau, "Yan¨¢yev se present¨® en Madrid y forz¨® a la organizaci¨®n a que lo incluyera entre los delegados extranjeros. Protagoniz¨® varios incidentes, uno de ellos al negarse a aceptar el hotel que le brind¨¢bamos y exigir uno de lujo que, al final, pag¨® la Embajada sovi¨¦tica; y otro, al retirarse indignado de la sala de sesiones porque decidimos votar una resoluci¨®n, pese a que hab¨ªa ocurrido 10 a?os antes, contra la invasi¨®n sovi¨¦tica de Checoslovaquia".
"Aquellas horas de conversaciones se me han quedado para siempre en la memor¨ªa dice Palau. "Mi primera impresi¨®n de Yan¨¢yev, con ese tono amenazante que le caracteriza, es que se trataba del prototipo del estalinista conspirador que pretend¨ªa ganarse al secretario de las juventudes comunistas para lanzarlo como torpedo contra Carrillo".
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