La retirada del Ejercito Rojo de Europa, amenazada por la deserci¨®n

La devoluci¨®n de su soberan¨ªa a los Estados sometidos a la hegemon¨ªa sovi¨¦tica por Stalin y la retirada del Ej¨¦rcito Rojo de sus respectivos territorios hizo a Mija¨ªl Gorbachov merecedor del Premio Nobel de la Paz y de los elogios de Occidente y las naciones liberadas. A los ojos de la ortodoxia comunista y el generalato ruso ha sido uno de los m¨¢s graves pecados del presidente sovi¨¦tico depuesto. S¨®lo Alemania y Polonia albergan ya tropas sovi¨¦ticas, y, tras el golpe, se teme una avalancha de deserciones.

La venta del r¨¦gimen comunista y del propio Estado de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana al canciller federal, Helmut Kohl, a cambio de ayuda econ¨®mica fue considerada una indignidad por los sectores comunistas conservadores, para los que la lealtad a los viejos camaradas como Erich Honecker es mucho m¨¢s importante que la voluntad popular.Cuando Mija¨ªl Gorbachov lleg¨® al poder, en mayo de 1985, el Ej¨¦rcito rojo estaba s¨®lidamente instalado en todos los pa¨ªses socialistas miembros del Pacto de Varsovia, salvo enRumania, donde el comunismo nacionalista de Nicolae Ceaucescu hab¨ªa logrado desembarazarse de su presencia. Bulgaria no requer¨ªa mas que algunos oficiales, dada su lealtad a Mosc¨².

Polonia, Hungr¨ªa y Checoslovaquia albergaban contingentes de tropas sovi¨¦ticas suficientes como fuerza amenazadora hacia Occidente y disuasoria hacia el interior de estos pa¨ªses, en la mayor¨ªa de los cuales se hab¨ªan producido levantamientos contra el r¨¦gimen en la posguerra. En la RDA, los 350.000 soldados sovi¨¦ticos formaban con el Ejercito Popular Nacional (NVA) la fuerza de choque ante un hipot¨¦tico conflicto entre los bloques.

Hoy, los ¨²nicos Estados que a¨²n albergan tropas sovi¨¦ticas son Alemania, con 275.000 soldados, y Polonia, con poco m¨¢s de 40.000. Checoslovaquia y Hungr¨ªa ya s¨®lo negocian con Mosc¨² problemas de propiedad inmobiliaria e indemnizaciones por los muchos da?os producidos por las tropas sovi¨¦ticas.

Si prospera el golpe, sobre Polonia y Alemania se cierne la amenaza de una oledada de solicitudes de asilo de miembros del Ej¨¦rcito rojo y una resistencia mayor que la ya existente a cumplir su calendario de retirada. El retorno se conviertir¨ªa en un destino a¨²n menos atractivo. Ya el lunes m¨¢s de un centenar de soldados desertaron en Polonia.