Cartas marcadas
LA DURA sanci¨®n impuesta. por el departamento del Tesoro de Estados Unidos a Salomon Brothers, impidi¨¦ndole acudir a las subastas de bonos en nombre de terceros, es la primera dosis de una vacuna que la Administraci¨®n norteamericana pretende aplicar al sistema financiero de Wall Street para impedir que se contagie de la epidemia de esc¨¢ndalos y fraudes que est¨¢n sacudiendo en los ¨²ltimos meses, -si no a?os- al mundo financiero japon¨¦s.Los ¨²ltimos esc¨¢ndalos en Estados Unidos (Ivan Boesky, Salomon Brothers, los bonos basura) y en Europa (Pechiney, Flick, BCCI) han implicado a empresas y personas concretas, y, han sido descubiertos por las propias cautelas que Impone el sistema. Jap¨®n es distinto. Los esc¨¢ndalos suelen demostrar corrupciones que se vienen practicando desde hace tiempo y con el conocimiento -y la complicidad- del propio sistema. La historia contempor¨¢nea de los esc¨¢ndalos pol¨ªtico-financieros en Jap¨®n se inaugur¨® en 1976 con el affaire de la Lockheed, provoc¨® la ca¨ªda del primer ministro Kakuei Tanaka. Hace dos a?os, el caso Recruit puso al descubierto un voluminoso fraude de delito de iniciados, que proporcion¨® formidables beneficios burs¨¢tiles a pol¨ªticos y financieros al disponer de informaci¨®n privilegiada. El precio fue la ca¨ªda del primer ministro Takeshita, sin que nunca se despejaran del todo las serias sospechas sobre la presunta implicaci¨®n del ex primer ministro YasuhIro Nakasone.
El mes pasado fueron los; falsos certificados de dep¨®sito del Fuji Bank, por unos 200.000 millones de pesetas, los que desencadenaron el p¨¢nico en Tokio. Ahora son las compensaciones Irregulares efectuadas por las cuatro grandes agencias de valores a favor de sus principales clientes y un fraude de 250.000 millones de pesetas en una peque?a cal¨ªa de aliorros de Osaka, en el que se ha visto salpicado el poderoso Banco Industrial de Jap¨®n.
No estamos ante esc¨¢ndalos; aislados, resultado de iniciativas personales. Su ocultaci¨®n temporal no es producto de funcionanlos corraptos que se aprovechan de su informaci¨®n privileglada sobre pr¨¢cticas Ilegales para aumentar sus ingresos. O no estamos s¨®lo ante eso. Se trata de algo ni ucho m¨¢s nocivo para el sistema en s¨ª mismo: de una especle de patriotismo de conveniencia, en virtud del cual los esc¨¢ndalos se revelan s¨®lo cuando las empresas Implicadas est¨¢n ya preparadas para hacer frente a las consecuencias de su publicaci¨®n y cuando las aseguradoras tienen a¨²n capacidad para hacer, frente a las indemnizaciones derivadas de las pr¨¢cticas ilegales
El ¨¦xito Comercial de la econom¨ªa japonesa se basa no tanto en prohibir la iniportaci¨®n de productos extranjeros como en porierles trabas t¨¦cnicas o, simplemente, no comprarlos. Los esc¨¢ndalos financieros siguen una t¨¦cnica semejante: el cumplimiento de normas no escritas que pernuten ocultar la corrupci¨®n con la complicidad de la Administraci¨®n, de las empresas, de los funcionarios, de todo el sistema. En un mundo financiero cada vez m¨¢s relacionado, se dir¨ªa que los japonses juegan con las cartas marcadas.
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