Descuido, quisquillosidad y beater¨ªa

Respecto a las dos cartas tituladas Catalu?a y Javier Mar¨ªas y publicadas el 2 de septiembre, tan s¨®lo quisiera decir que es posible que haya escrito mis art¨ªculos con inexactitudes, pero es indudable que los se?ores Serra y Torrebadella los han le¨ªdo con descuido, quisquillosidad y beater¨ªa. A t¨ªtulo de ejemplo, nunca he dicho que los catalanes sean biling¨¹es perfectos, sino que en sus calles se desarrollan di¨¢logos biling¨¹es; tampoco que Barcelona sea oscura, sino que a veces oculta a Catalu?a, precisamente con su brillo; ni que el Ampurd¨¢n sea antisocial, sino que califiqu¨¦ a sus habitantes de cordiales, simp¨¢ticos, hospitalarios y civilizados. En cuanto a col por coll, parece que el se?or Serra no est¨¢ dispuesto a otorgar el beneficio de la errata. Al se?or Torrebadella poco puede contest¨¢rsele tras su obertura de insultos, no muy sociables.Si la mayor¨ªa de los dem¨¢s escritores de la serie El mapa de Espa?a han optado por el elogio y en alg¨²n caso por la adulaci¨®n de la regi¨®n que les toc¨® visitar, eso no me obliga a hacer lo mismo. En todos los lugares hay cosas que est¨¢n bien y mal, hermosas y feas, y limitarse s¨®lo a las primeras me parece f¨¢cil, falso y untuoso. En todo caso, no parece que sea admisible hablar de Catalu?a con sentido del humor oiron¨ªa, como si fuera un pa¨ªs sagrado, con sus inevitables beatos. Por ¨²ltimo, ambos se?ores me acusan de desconocimiento del Principado y de sus h¨¢bitos ling¨¹¨ªsticos, y quisiera decirles que tuve el placer de vivir en su pa¨ªs durante tres a?os y que entiendo y leo su lengua desde hace 15.