"Pense que mi candidatura como Nobel de la Paz era un chiste"
Cuando recibi¨® en su di¨®cesis de S¨¢o F¨¦lix do Araguaia, en el coraz¨®n de la Amazon¨ªa brasile?a, la noticia de que Adolfo P¨¦rez Esquivel y diversos organismos hab¨ªan propuesto su nombre para el Premio Nobel de la Paz de 1992, el obispo catal¨¢n Pedro Casald¨¢liga rompi¨® a re¨ªr. "Pens¨¦ que era un chiste; ?Premio Nobel a m¨ª!. En aquel momento dije: Que le den el Premio Nobel a los indios que luchan por sus territorios, a los labradores sin tierra, a los pueblos sufridos de esta Am¨¦rica", afirma.
RICARDO SOCA, La candidatura de Casald¨¢liga ha sido propuesta por P¨¦rez Esquivel, el premio Nobel de la Paz de 1980, y respaldada por el movimiento Justicia y Paz, por el Memorial Juan XXIII y por la Generalitat de Catalu?a, entre otras entidades. Dom Pedro explica as¨ª por qu¨¦ la ha aceptado: "Despu¨¦s, los amigos me hicieron ver que la postulaci¨®n de mi nombre servir¨ªa para fortalecer nuestra lucha".
En los 23 a?os que lleva en Brasil, el obispo espa?ol ha asumido las posiciones m¨¢s avanzadas en el seno de la politizada Conferencia Episcopal Brasile?a (CNBB), consagr¨¢ndose a la defensa de los campesinos sin tierra y de los indios, una lucha que, a pesar de sus esfuerzos, parece haber rendido escasos frutos: "Nunca, desde que llegu¨¦ a Brasil, la situaci¨®n hab¨ªa estado peor; pistoleros y grupos paramilitares contin¨²an intimidando y matando a compa?eros de la Comisi¨®n Pastoral de la Tierra, a sindicalistas, a labradores... Pero esto no comenz¨® ahora, ya son 500 a?os de opresi¨®n".
La dram¨¢tica cuesti¨®n de la tierra lleva a Casald¨¢liga a abordar uno de sus temas preferidos: el V Centenario, que, para ¨¦l, debe ser ocasi¨®n para "un mea culpa, para que se detengan un poco a pensar estos sucesivos imperios, empezando por Espa?a y Portugal, los otros que les han seguido y ahora Estados Unidos, que es el imperio ". Del mea culpa propuesto por Casald¨¢liga no escapa ni la propia Iglesia, "que fue connivente o ambigua y que muchas veces , so capa de evangelizaci¨®n, canoniz¨® la conquista".
El candidato espa?ol al Prem¨ªo Nobel de la Paz de 1992 sostiene que "lo menos que Espa?a deber¨ªa hacer es reconocer su culpa, sin rehuirla y sin andar con aquellos jueguecitos de leyenda negra o leyenda rosa; la historia no es leyenda y todos sabemos que hubo masacres, genocidios, etnocidios y ahora estamos ahorcados con la deuda externa".
Casald¨¢liga celebra los cambios operados en el Este de Europa: "S¨®lo podemos estar felices de que acabe el imperio sovi¨¦tico, falta ahora que acabe tambi¨¦n el imperio norteamericano. El gran error de la Uni¨®n Sovi¨¦tica fue querer acallar la voz de las etnias, de las rep¨²blicas; esto lo vivimos aqu¨ª con los indios, y yo, como catal¨¢n, lo siento muy intensamente".
El viaje a Cuba de miembros de la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica espa?ola no sorprende a Casald¨¢liga. El prelado se limita a afirmar enf¨¢ticamente que "Cuba se abri¨® a la Iglesia gracias a la Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n; lo puedo jurar porque lo s¨¦ de fuente muy inmediata. Ser¨ªa bueno que los conservadores no lo olvidaran. Esto puedes ponerlo con mi nombre y mis dos apellidos". Pero dom Pedro tambi¨¦n ve el dedo de Roma en la visita a La Habana de ?ngel Suqu¨ªa, presidente de la Conferencia Espiscopal espa?ola: "A pesar de los pesares, Espa?a ha mantenido una cierta buena relaci¨®n con Cuba y es posible que el propio Vaticano haya aconsejado al arzobispo de Madrid y cardenal que entren en contacto con el episcopado cubano y se vaya abriendo ese espacio".
El obispo de S¨¢o F¨¦lix do Aragua¨ªa se mostr¨® reticente a opinar sobre la situaci¨®n actual de la Iglesia espa?ola, "pues en estos 23 a?os nunca volv¨ª a Espa?a", pero luego coment¨®: "No hay duda de que en la ¨¦poca de la represi¨®n la Iglesia espa?ola ten¨ªa una fibra que ahora, a distancia, da la impresi¨®n de que ya no tiene, a pesar de que hay grupos muy comprometidos, muy conscientes, muy solidarios. Por otra parte, tenemos la impresi¨®n de que en el Primer Mundo el episcopado est¨¢ muy leg¨ªtimamente preocupado por la falta de espiritualidad, por el materialismo consumista, que es una forma de ate¨ªsmo o, mejor, una forma de idolatr¨ªa".
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