?Uno m¨¢s uno...? iTres!
El presidente Bush culpa a la televisi¨®n de la crisis de la Educaci¨®n en Estados Unidos
Demasiada televisi¨®n. ?sta es la conclusi¨®n a la que ha llegado el presidente George Bush para explicar los malos resultados escolares que se registran en Estados Unidos. La Asociaci¨®n Internacional para la Evaluaci¨®n de los Niveles Educativos sit¨²a a los estudiantes de 8? de b¨¢sica norteamericanos en el puesto n¨²mero 10 en aritm¨¦tica y en el duod¨¦cimo en ¨¢lgebra en una lista compuesta por las 20 naciones m¨¢s industrializadas de] mundo. Los ni?os norteamericanos est¨¢n situados tambi¨¦n en duod¨¦cima posici¨®n en geometr¨ªa.
Hong Kong y Jap¨®n ocupan las dos primeras posiciones. Los datos sobre el nivel educativo de los escolares en este pa¨ªs han sido objeto de estudios y m¨¢s estudios. Las respuestas a preguntas en ex¨¢menes de cultura general parecen de chiste. "?D¨®nde naci¨® Col¨®n?". "En Ohio", afirma una joven de 17 a?os de Houston, Tejas, al creer que la ciudad de Columbus, en Ohio, estaba relacionada con el descubridor, cuyo nombre en ingl¨¦s es precisamente Columbus.Pero hay datos que van m¨¢s all¨¢ de la an¨¦cdota. En 1988, de los 3,8 millones de norteamericanos de 18 a?os de edad, 700.000 no sab¨ªan leer. El analfabetismo entre los estudiantes de las minor¨ªas es el 40%, un dato preocupante si se tiene en cuenta que en el a?o 2000 esas minor¨ªas ser¨¢n mayor¨ªa en las escuelas de 10 Estados.
Ante esta situaci¨®n, Bush, que el a?o pr¨®ximo concurrir¨¢ .a las elecciones presidenciales, ha colocado el tema educativo entre sus prioridades. Para demostrarlo, esta semana visit¨® dos escuelas de Lewlston (Maine), en las que arremeti¨® contra la televisi¨®n. "Estoy convencido", dijo Bush, "de que el exceso de televisi¨®n tiene un mal efecto entre los escolares, en la estabilidad de nuestras familias y en la propia ense?anza".
Asignatura pendiente
Bush considera que "el gasto en temas educativos se ha disparado dram¨¢ticamente". En 10 a?os el presupuesto educativo estadounidense ha saltado de 160.000 millones de d¨®lares a 400.000 millones. Algunos maestros creen, en cambio, que se deber¨ªa invertir a¨²n m¨¢s en las escuelas y universidades, especialmente en la zonas de clase media y media baja.La soluci¨®n republicana para alcanzar lo que el presidente denomina "el verdadero renacimiento de la educaci¨®n american¨¢", pasa por medidas como dificultar los ex¨¢menes, modificar algunas estructuras educativas que afectan al profesorado y lograr una mayor integraci¨®n de los padres. Durante los ¨²ltimos 10 a?os muchos sectores del pa¨ªs han reclamado un retorno a lo que se denomina esquema b¨¢sico o tradicional de la educaci¨®n.
Los dem¨®cratas, que saben que Bush tiene una asignatura pendiente en la pol¨ªtica interna, no paran de hacer p¨²blicos estudios sobre el nivel escolar. Ron Brown, presidente del Partido Dem¨®crata, ha declarado esta misma semana que "una vez m¨¢s Bush pasa su responsabilidad en el tema escolar a los colegios y a los l¨ªderes de la comunidad, mientras ¨¦l evita tomar la responsabilidad de mejorar nuestras escuelas".
La incultura trae consigo desajustes de todo tipo. La droga, la violencia, el sida y los embarazos juveniles. Todo es una cadena. En 1989, 300 de las 1.000 j¨®venes escolares de laDuSable High School de Chicago quedaron embarazadas. Fortune, la revista que ha publicado algunos de estos detalles, compara la situaci¨®n escolar en Estados Unidos con un "nuevo Pearl Harbour".
Cambios vitales
Este Pearl Harbour escolar se extiende hacia los niveles m¨¢s altos de la educaci¨®n. El Comit¨¦ Universitario de EE UU, la organizaci¨®n que trata de unificar los criterios en el mundo acad¨¦mico de este pa¨ªs, decidi¨® el pasado a?o cambiar el formato de los ex¨¢menes de selectividad, el temido Scholastic Aptitude Test (SAT), la bestia negra de los que desean estudiar una carrera.A partir de 1994 los norteamericanos que deseen ir a la Universidad no s¨®lo deber¨¢n responder a las preguntas en forma de test; tambi¨¦n deber¨¢n demostrar por qu¨¦ responden de una u otra forma. El SAT del futuro estar¨¢ dise?ado para demostrar que saber no es una cuesti¨®n de adivinar. Los cambios en el sistema provocar¨¢n cambios t¨¦cnicos. A partir de 1994 los ex¨¢menes SAT no se colocar¨¢n en una computadora que se encargar¨¢ de leer las sefiales y dar un resultado. Los profesores deber¨¢n leer los ex¨¢menes uno a uno y calificarlos con criterios no solamente mec¨¢nicos.
Donald M. Stewart, presidente del College Board, el encargado de reestructurar el SAT y que representa los intereses de 2.700 centros, cree que estos cambios ser¨¢n "vitales". Pero han provocado las protestas de algunas minor¨ªas que piensan que estos cambios han sido pensados para evitar el acceso de las minor¨ªas o los estudiantes de habla no inglesa a los niveles m¨¢s altos de la educaci¨®n.
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