Dios existe
Setenta a?os de ate¨ªsmo oficial y disuasi¨®n activa de las creencias religiosas han mellado a la Iglesia ortodoxa rusa, pero no han podido con ella: el 46% de los rusos nunca o casi nunca pone en duda la existencia de Dios. Este es uno de los descubrimientos del estudio preparado, a lo largo del pasado a?o y medio, por el norteamericano Times Mirror Center for the People & the Press para tantear creencias b¨¢sicas, valores pol¨ªticos y opiniones en Estados Unidos y en nueve naciones de Europa del Este y del Oeste m¨¢s las rep¨²blicas de Rusia, Ucrania y Lituania.Pero, mientras las convicciones religiosas en Rusia han sido menos afectadas de lo esperado, las resistencias a la privatizaci¨®n de los medios de producci¨®n -especialmente en la miner¨ªa y la industria- en el Este europeo son notorias. Nadie discute, sin embargo, que la privatizaci¨®n es necesaria en el sector terciario. Esperan de ella una mejor¨ªa de los servicios p¨²blicos.
Castigo divino...
La entrada de los encuestadores en la hasta ahora insondable Rusia ofrece tambi¨¦n otros resultados chocantes, como que el 45% de los rusos se sienta inclinado a pensar que el sida es un castigo divino a la conducta inmoral. Los checoslovacos, tan divididos entre ellos, comparten como un solo hombre su desprecio para con los gitanos, mientras en Espa?a el amor se ha ca¨ªdo de las tres cosas importantes en la vida de los ciudadanos en detrimento de una gen¨¦rica felicidad personal, si bien la salud y el dinero (aunque indirectamente, como trabajo / situaci¨®n en el trabajo en la jerga de la encuesta) mantienen su jerarqu¨ªa tradicional. Confirman la creencia popular que la liberal Francia sea el pa¨ªs consultado donde m¨¢s personas (9%) viven arrejuntadas y el insular Reino Unido aqu¨¦l donde m¨¢s nutrido es el n¨²mero (28%) de quienes piensan que el mercado ¨²nico comunitario es una mala idea.
A la pregunta de si es preferible que marido y mujer trabajen fuera de casa y compartan las tareas del hogar o que sea el hombre el encargado en exclusiva de luchar por el pan de cada d¨ªa, Europa se divide n¨ªtidamente en dos. Los occidentales asumen de forma un¨¢nime la primera alternativa, mientras las mujeres del Este ans¨ªan volver al hogar, salvo las b¨²lgaras, asqueadas de la pol¨ªtica oficial que las instaba a quedarse en casa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.